En ABC, sin embargo, se cuela un Hermann Tertsch, esperancista como ninguno, que fue fichado para atacar a Zapatero y que ahora no puede reprimir su rabia interna contra Rajoy a quien presenta nada más ni nada menos como un inepto. Según su relato, a Aguirre todavía tenía que prestar "grandes servicios a esta España triste, torpe y aturdida que balbucea su discurso contradictorio por los escenarios internacionales”. La primera, en la frente. Y no acaba ahí:

"El problema de Aguirre estaba sobre todo en la decepción, la que ha producido el Gobierno de Rajoy en tantísimos españoles que lo votaron. Y que sin duda Aguirre comparte. Ella ha demostrado que la política de convicciones puede funcionar. Que es mentira que España sea de izquierdas, por mucho que lo crea la derecha. Y que por eso la derecha no tiene que engañar al electorado ni para ganar ni para seguir gobernando. En su partido no han querido oír a la voz clara de la derecha liberal. Puede que acabe echándola de menos tanto como los que han dado cada vez más votos por ella”.


Para Pedro J. Ramírez la marcha de Esperanza supone sobre todo la pérdida del "principal referente" de la España liberal. Destaca también en portada que se va "harta" y recuerda en el editorial que detrás de su abandono "ha pesado mucho su falta de sintonía política con Mariano Rajoy". Según El Mundo, Esperanza Aguirre era un referente ideológico y moral para muchos militantes del PP, que se guiaban por su valentía y su claridad de planteamientos".

Fernando Sánchez-Dragó, a quien Aguirre colocó en la televisión pública de los madrileños para presentar el informativo de la noche, confiesa estar en "estado de shock":

 

"Se va, en uno de los momentos más difíciles de nuestra historia, la mejor cabeza política de España, la más coherente, la más valiente, la única, quizá, que de no haber sido acorralada por los suyos podría haber evitado o mitigado lo que ahora sucede y poner coto al monumental entuerto que se avecina”.


El francotirador Sostres no podía ser menos y se dedica a patear sin piedad a Mariano Rajoy. "Ella no es una hipócrita y está hasta las narices de tenerse que callar ante el desastre que Mariano Rajoy está perpetrando". Aventura además, que volverá y para "liderar la revolución que el país necesita". Por si no quedara claro, insiste:

 

 

"Esperanza dejará de ser presidenta de Madrid pero volverá para ser presidenta de España. Puede que ella aún no lo sepa, pero cuando el actual Gobierno se colapse de incompetencia y necedad, cuando ya todo se desmorone sin que ninguna excusa pueda disimular el naufragio, la vamos a necesitar y sabe que tendrá que estar preparada".


La Gaceta tampoco se resigna a decir adiós a la lideresa. "Esperanza Aguirre deja la presidencia de Madrid pero no abandona la política", advierte en primera.

Javier Quero, en su columna de la contraportada, recuerda cómo Rajoy ha parado los pies a sus últimas iniciativas abriendo "la brecha entre su pensamiento y el de su formación política". Y recuerda con ironía:

 

 

"Apenas divergían que Esperanza Aguirre lideró una campaña contra la subida del IVA y Mariano Rajoy lo subió. Y en reclamar con insistencia la profunda reforma de la España de las autonomías, que para Rajoy es intocable. Bueno, y en la devolución de las competencias al Gobierno central, que Rajoy no quiere. Bien, y también en que bolinaga debería seguir en la cárcel y en la necesidad de ser inflexible con el flirteo secesionista d elos nacionalista catalanes y en la posibilidad de modificar la Ley antitabaco... En fin, ya ven, asuntillos sin importancia".


Entre los blogs de intereconomía destaca el último post de Pío Moa en el que aplaude la dimisión de la lideresa "si con ello pone a su degenerado partido ante algunas responsabilidades". Para este exmiembro del GRAPO empeñado ahora en reescribir la historia maquillando la figura de Franco, Esperanza Aguirre era la mejor política con diferencia:

 

 

"Era mucho mejor que el resto de los políticos, empezando por los de su partido. Ha sido más 'hombre' que Vidal-Quadras, que Mayor Oreja y otros que han mantenido posiciones patrióticas y democráticas, pero sin arriesgar nada por ellas. El PP es el partido de los Rajoy, Basagoiti, Soraya, Cospedal, Oyarzábal y toda esa gente. En un partido así no puede tener lugar una persona decente, a menos que se signifique por una resistencia clara a la podredumbre".