Vox ha anunciado este miércoles su voluntad de derribar el monumento a las víctimas del 11M ubicado en la estación de Atocha (Madrid). La extrema derecha española considera su supresión una prioridad: “He pedido a la Comisión de Cultura que aprovechen las obras que se van a hacer en Atocha y retiren el monumento a las víctimas del 11-M, porque esas 192 personas asesinadas no merecer ser recordadas con un tubo sucio”, ha explicado Fernando López Miras, concejal de la formación ultraderechista en el Ayuntamiento de la capital.

Esta propuesta se ha encontrado con el portazo de sus socios de Gobierno, José Luis Martínez Almeida, que ha asegurado que “de ninguna manera de retirará el monumento; y de Begoña Villacís, que ha asegurado que se respetará la voluntad de las víctimas. "Si a ellas le gusta, Cs hará lo que les guste".

El presidente de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, Eulogio Paz, ha mostrado su rechazo en declaraciones exclusivas a ElPlural.com: “No voy a tolerar que se toque el monumento de las víctimas”, ha explicado, incidiendo en que “se puede mejorar, pero no se puede tocar”. Además, Paz -padre de una de las víctimas del fatídico atentado- explica que el próximo lunes se reunirá la Junta Directiva de la asociación para dar respuesta a la proposición de Vox.

Pero Paz no se ha quedado ahí, mostrando su temor a que el vaivén de Vox con el monumento acabe originando un caso parecido al de San Agustín de Guadalix, donde el Gobierno del PP decidió cambiar el obelisco en homenaje a las víctimas de lugar, ponerlo frente a la comisaría de la Guardia Civil y colocar una placa en homenaje a los 248 Guardias Civiles caídos por el terrorismo.

Este cambio de guion ofendió profundamente a los damnificados por el 11-M, que se sintieron ofendidos por esta “falta de respeto y chapuza” que desvirtualizaba el objeto inicial de su levantamiento.