“Estamos dispuestos a hacer exactamente las cosas como las están haciendo en Estados Unidos y como las están haciendo en Argentina, con la misma motosierra -en referencia al elemento que Javier Milei emplea para el  soterramiento de cualquier derecho social y aspecto público- el gasto político, contra la corrupción política y con el mismo ataque a todas las porquerías ideológicas de la izquierda y del globalismo”.

Con esas palabras se refería esta semana el líder de Vox, Santiago Abascal, a la hoja de ruta que seguiría su partido en caso de alcanzar la Moncloa. Con ello, y aunque en ocasiones se ha esforzado por crearse un personaje principal, el responsable ultraderechista empieza a auto relegarse al secundario de los Javier Milei o Donald Trump.

Idénticos en discurso y medidas

Precisamente sobre el recientemente nombrado presidente de Estados Unidos, Abascal siente especial admiración, y es que también le copia directamente eslóganes o propuestas; del “Los españoles primero”, muy similar al American First americano; al Make Europe Great Again (MEGA) -Hagamos Europa grande de nuevo-, pasando por la promesa de levantar un muro en Ceuta y Melilla para contener el flujo migratorio.

El copia-pega es tal que justo sobre las bases del MEGA el máximo exponente de Vox presidirá el próximo 8 de febrero una cumbre ultra con líderes de su misma ideología dentro del continente, a saber, el primer ministro húngaro, Víktor Orbán, o la lideresa del Reagrupamiento Nacional francés, Marine Le Pen.

El amor de Abascal por las decisiones de los movimientos reaccionarios, especialmente los capitaneados por Milei y Trump es, en definitiva, clamoroso. Para comprobarlo, basta con echar un vistazo a las redes sociales del partido español o mirar intervenciones de cualquiera de ellos que, en última instancia, se terminan retroalimentando.

Prueba palpable de las últimas semanas fueron las polémicas declaraciones del presidente argentino contra el “wokismo’ enfermizo” y el colectivo LGTBIQ+. En la práctica, aseguraba eliminar los DNI “no binarios”, los cupos laborales trans e incluso eliminar la figura del “feminicidio”.

Similar fue el discurso de Trump también en el Foro Económico de Davos, donde insistió en la existencia de “solo dos sexos” y afianzó que “ya no habrá hombres participando en competiciones deportivas”.

 

Otro de los puntos que les une a los dirigentes -que en última instancia se retroalimentan entre ellos- se encuentran la construcción de un muro entre las ciudades autónomas y que lo pague Marruecos. Y, por supuesto, no escapan los enemigos únicos personificados en la izquierda, evidentemente, pero también todo cuanto tiene que ver con cualquier ideología progresista (el colectivo LGTBIQ+, organizaciones medioamientales, etc).

En estas, llegamos a la última idea de Trump, que pasa por imponer aranceles a productos españoles después de incluir al país entre los denominados BRICS. Lejos de criticar una cuestión que podría acarrear graves problemas económicos a nuestro país, el líder de Vox se plegó por enésima vez ante él.

"Tenemos a un Trump mejor"

En la teoría todo en orden entre los líderes ultras. “Tenemos a un Donald Trump aún mejor que el del mandatario anterior”, llegó a decir Abascal, pero en la práctica la última vez que han ‘coincidido’ el responsable de los republicanos y de Vox, el primero no tuvo un solo hueco en la agenda para verse con el segundo.

Ni rastro en persona de Trump, aunque el presidenta del partido de extrema derecha español sí que se encontró con otros homólogos ideológicamente hablando como Milei o la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. "Siempre es un placer verte", remitió el argentino al español en el Museo de la Biblia.

Asimismo, la agenda de Abascal en Washington estuvo llena de encuentros como comidas o cenas que él ensalzó como si las hubiera realizado en importantes foros de pensamiento, pero que sin embargo estaban integradas todas ellas por personalidades vinculadas a la extrema derecha.  De este modo, el máximo representante de Vox acudió, por ejemplo, al Instituto Hudson, dedicado al estudio de la seguridad y las mafias del crimen organizado en el mundo, donde se reunió con los responsables de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) y de la que es director Matt Schlapp -trumpista que participó en el mitin de campaña de la formación española en Madrid.