Más de dos semanas después, en concreto, 19 días, el Tribunal Supremo daba a conocer la sentencia condenatoria al fiscal general del Estado. Así se conocía que el fallo lo considera culpable por la nota de prensa que la misma Sala no tomó como delictiva cuando se abrió el proceso penal en el Supremo. Desde el ámbito de la Justicia, un exletrado del Tribunal Constitucional, Joaquín Urías, ha desvelado que los magistrados que han condenado al fiscal general son filtradores habituales de datos reservados.

En una entrevista en Hora 25 de la Cadena SER, el jusrista ha asegurado que las filtraciones son más que habituales en la judicatura: "A diario, en nuestros tribunales, se están filtrando cosas mucho peores. Todo se filtra en España. Los jueces del Tribunal Supremo, muchos de los que han firmado esta sentencia, cualquier periodista sabe que son los primeros que filtran".

Concretamente, en lo que respecta al caso de Álvaro García Ortiz, apunta a que se "ha decidido investigar una filtración" aunque no hubiese pruebas para sostener la causa: "Cuando ha resultado que no había pruebas se ha dicho "bueno, aunque no haya pruebas, vamos para adelante y va a ser condenado. Ahí están los motivos. Creo que son bastante evidentes".

El catedrático de Derecho Constitucional subraya que la sentencia del Supremo que condena al fiscal general "tiene muchas afirmaciones y pocos argumentos". Yendo más allá, ha extraído algunas conclusiones de los 233 folios que componen el fallo: "Leyendo la sentencia es muy difícil en cuanto a la filtración (no en cuanto a la publicación de la nota de prensa) que nadie que lea esta sentencia acabe convencido de que es evidente que fue el fiscal general", arranca.

Así, explica que "el Tribunal Supremo constantemente dice 'no hay otra explicación posible, esto tuvo que ser así, estamos convencidos", lo que para él no resulta suficiente: "Jurídicamente, en un Estado de derecho, a mí no me preocupa si el juez está íntimamente convencido de que el fiscal filtró una cosa o no. No es suficiente con que ellos estén convencidos. Nos tienen que explicar cuáles son los datos objetivos que, sin lugar a dudas, hacen que tengamos todo el mundo claro que él y no otra persona ha sido el autor".

Por ello, Urías considera que el fallo de los magistrados está perfectamente diseñado desde el inicio del proceso: "Sabemos todos que el fallo, redactado a medida como un traje que te hace un sastre, en el que se dice 'mire, usted no va a ir a la cárcel, lo vamos a inhabilitar por dos años, que es justo el tiempo que queda de posible gobierno socialista para que no lo puedan volver a nombrar y solamente lo vamos a inhabilitar como fiscal general". En este sentido, señala la rápidez con la que se dictó sentencia, pese a que ni siquiera estaba redactada: "Se publicó hace tres semanas. Es imposible que en dos días de discusión que hubo los magistrados hubieran analizado todo lo que ahora se comenta en estas 240 páginas que nos han llegado hoy".

Así, el ex del Constitucional no titubea al asegurar que es "bastante evidente que al menos el fallo se redactó antes que la justificación", lo que "no es un modo de operar aceptable en un Estado de derecho". "Usted tiene que argumentar, y como resultado de la argumentación llega un fallo. Si usted primero tiene el fallo y después construye la argumentación, evidentemente parece que la intención no es hacer justicia, sino que puede ser cualquier otra cosa", concluye Urías.

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