Al Partido Popular se le acumulan los problemas. Más allá del descrédito que sufren algunos de sus principales barones, en Génova prestan especial atención a un desangre que no cesa en votos hacia Vox. El crecimiento de los de Santiago Abascal se ha multiplicado hasta el punto de que en el fuero interno de los conservadores se barrunta que han roto su propio techo electoral. El auge de la papeleta ultraderechista obliga al líder del principal partido de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, a pegar el enésimo volantazo a su estrategia. Los populares no terminan de dar con la tecla, llegando a uno de sus peores momentos desde la crisis que segó el cuello – políticamente  hablando – de Pablo Casado y ungió al ex presidente de la Xunta de Galicia como nuevo pope de la derecha nacional. Ahora, buscarán hacer mella en un espacio – advierten – desatendido como son las “clases medias”. Para ello, canalizarán el mensaje a través de propuestas en clave de vivienda o inmigración – planes ya definidos previamente -, pero también abordará la cuestión de los autónomos para frenar la sangría de votos a la extrema derecha y dibujar a sus siglas como “alternativa de gobierno”.

La consigna en el PP pasa por presentarse como un partido que busca soluciones a los problemas de los votantes. Para ello desplegarán un rosario de propuestas en materia de vivienda, inmigración, conciliación o autónomos para evidenciar que el Partido Popular es una fuerza “de gobierno” a diferencia de Vox, que carece de experiencia de gestión. Alegan en las entrañas de Génova, además, que en cuanto los de Santiago Abascal han tenido oportunidad de cogobernar, se han retirado de los gobiernos autonómicos; referencia a la ruptura de los ultras con los conservadores a raíz de un pacto con el PSOE por el reparto de migrantes en la Península y desoxigenar a las Islas Canarias. Acuerdo que, por cierto, nunca llegó.

Desde el PP precisan que ya han presentado planes en tres de las cuatro áreas en las que pretenden profundizar – vivienda, inmigración y conciliación -, pero advierten que pronto harán lo propio con un proyecto para los trabajadores por cuenta propia del cual ya empieza a haber cierto goteo informativo. En términos más generales, los conservadores subrayan que se trata de puntos transversales que afectan a amplias capas de la sociedad y que les permitirían ensanchar sus opciones electorales no sólo a su derecha, sino también hacia la izquierda. De hecho, explican que uno de los cotos de caza más preciados por el equipo de estrategas de Génova es el “centro-izquierda”. Incluso lo encapsulan como prioridad.

Frustración de las “clases medias”

La hipótesis de los populares es que el Gobierno central ha desatendido a estos sectores sociales, que han visto cómo su capacidad de gasto mensual ha menguado considerablemente, lo que afecta directamente a su colchón económico. Incluso ejemplifican que una pareja que antes cobraba cada uno en torno a los 35.000 euros vivía con relativa tranquilidad. Sin embargo, con el crecimiento constante del precio de la vivienda, la cesta de la compra y los impuestos, conjugado con el sempiterno estancamiento de los sueldos, merman a las clases medias hasta llevarlas a la frustración. Al menos así lo explican desde el entorno del líder de la oposición.

Los siete años de Gobierno de Pedro Sánchez – exponen en Génova – han penalizado y “esquilmado” a las clases medias con “constantes subidas” impositivas y sin solventar problemas como el de la vivienda o el de la inmigración. Ello, según sus cálculos, ha provocado una “desafección creciente” en este nicho de votantes. “La sensación de frustración de esos ciudadanos es mayor ahora cuando ven que el dinero en el PSOE se distribuía en sobres e iba para ‘sobrinas y fiestas’”, percuten desde Génova, haciendo alusión al informe descafeinado de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sobre José Luis Ábalos y Koldo García Izaguirre. Pero las conclusiones de los populares van más allá, desnaturalizando el tipo impositivo y asegurando que su fin es nutrir a “los de abajo, que no hacen nada, o a los de arriba, que se lo llevan crudo”.

Pinceladas sobre su plan de autónomos

La pasada semana, Feijóo presentó una batería de medidas en clave migratoria, que ciertamente no han solventado los problemas del partido. Pese a ello, ahora se volcará en un plan para los trabajadores por cuenta ajena, después de que Moncloa haya presentado un primer boceto que contempla subida de cuotas progresivamente para los autónomos en el periodo 2026-2031. Este mismo lunes está previsto que el jefe de la oposición participe en un acto del Instituto de Empresa Familiar en Burgos, junto al rey Felipe. Será allí – precisan en el PP – donde explicará las prioridades de su formación para cuestiones económicas y de apoyo a empresas y autónomos. De esta manera, insisten, desplegará su “compromiso expreso” con una clase media a la que el Gobierno ignora.

En cualquier caso, insisten en que el contexto actual, con los precios de la vivienda por las nubes y alzas impositivas mientras los sueldos no suben, afecta a la sensación de millones de españoles que entienden que “la diferencia entre trabajar mucho y cobrar poco o no trabajar nada y cobrar algo es muy pequeña”.

Recuperar la confianza

Todo ello conduce al objetivo de frenar la sangría con Vox, al que se llega desde una estación en la que el Partido Popular exhiba su capacidad de gobierno, pero también su credibilidad. El PP se volcará en dibujar a Feijóo como la única opción política que “cumple” con la palabra dada, exhibiendo a Sánchez y al PSOE como un camino de “incumplimientos”. Ello pasa también por el cheque de derogar las “leyes sanchistas” que extendió el expresidente gallego antes del parón estival. También por recordar, como ya hacen entre bambalinas destacados cargos conservadores, que Feijóo fue “mejorando” resultados en Galicia progresivamente tras cumplir su programa electoral. “Tiene un legado de cumplimiento”. De hecho, creen que si mañana se celebrasen unas generales, también mejoraría sus resultados, a pesar de que las encuestas apunten en la dirección contraria.

En consecuencia, la cúpula del PP confía en el “voto útil” hacia Feijóo llegados a la contienda electoral. Consideran que para entonces, el suflé de Vox habrá bajado y será el momento en el que recolecten las nueces de esta nueva estrategia. Incluso el propio presidente conservador ha mostrado públicamente su convencimiento de que habrá muchos votantes de Abascal que decidan “una papeleta azul” en la próxima cita con las urnas para garantizar el cambio de Gobierno. El líder de la oposición lleva un tiempo aferrándose a la narrativa de presentar al PP como única vía para sacar a Sánchez de Moncloa para diluir las opciones de los ultraderechistas. Así lo verbalizó tras la vuelta al curso político y así lo siguen entendiendo de puertas para dentro.

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