El ex líder de ERC en Barcelona, Ernest Maragall, ha anunciado en la tarde de este lunes que se da de baja como militante del partido catalán debido a "la vergüenza y el horror" que han supuesto la polémica de los ofensivos carteles en los que se utilizaba el Alzheimer que sufre el hermano del político y ex president de la Generalitat, Pasqual Maragall, para difamar a ambos desde el seno del propio partido.

Según ha explicado el exconseller, se ha decidido a dar este paso con el objetivo de que esta lametable camapaña "no parezca que entra dentro de la normalidad", según ha explicado este lunes en una rueda de prensa en la sede de ERC. En esta, también ha informado de que el motivo por el cuál no había comparecido antes ante los medios era que padecía covid. "No puedo permanecer callado ante todo esto y aún menos puedo aceptar que se confunda silencio con complicidad o conformidad", ha concluído durante la rueda de prensa.

Maragall habla de los carteles

El ex líder del partido catalán, se ha pronunciado sobre la polémica de los carteles, hace ya unas semanas, alegando que sus dos primeras impresiones fueron las de "vergüenza y horror". "Hoy podría añadir decepción y distancia crítica a partir de una determinada experiencia orgánica", ha destacado.

Durante el anuncia de su baja, también ha señalado a la persona de las filas del partido que ideara la camapaña contra él y su hermano, de la que ha dicho que "no quiso dar la cara" y que tampoco asumió las consecuencias "cuando tocaba hacerlo", ha subrayado.

El exconseller ha dejado pasar un total de 17 días hasta su comparecencia pública, desde que el pasado 5 de julio saliera a la luz que la idea de los carteles difamatorios había sido concebida desde las propias filas republicanas. Durante este tiempo, el político había permanecido en un segundo plano mientras una guerra interna se desataba en el seno de ERC. 

"He querido esperar a que se atribuyeran las responsabilidades individuales u orgánicas", ha justificado el exconseller, que ha lamentado que el caso de los carteles se haya "utilizado con objetivos políticos" que nada tenían que ver con esa cuestión. "Se ha querido utilizar para servir a otros objetivos", ha dicho sobre un caso en el que, según ha explicado "se han mezclado cosas". 

La decepción del ex líder de ERC

Ante todo, Maragall se ha mostrado altamente decepcionado con la formación y las mentes pensantes de una "iniciativa lamentable" como la de los carteles contra el Alzheimer. Asimismo, también ha hecho hincapié en su "distancia crítica" con el partido, al que ha acusado, de manera más velada, de no haber gestionado de manera adecuada la polémica.

Tolo Moya, acusado de hacer "guerra sucia"

Margall tabién ha señalado a Tolo Moya, antiguo director de comunicación de ERC, como responsable de orquestar la campaña de los carteles difamatorios, o al menos, de proteger a quién lo había hecho. El propio partido ha denunciado al exdirector por presuntamente difundir unas grabaciones de reuiniones dentro del partido, que apuntaban al ya dimitido Sergi Sabrià, exvicesecretario de comunicación, y al gerente, como mentes pensantes de la campaña

Sin embargo, Moya ya se ha encargado de negar tales acusaciones. En una entrevista para el diario Menorca, el exdirector de comuincación ha afirmado que Margall, así como Marta Rovira, secretaria general del partido, han mentido sobre esta cuestión, utiñizándole como "cabeza de turco" para "proteger" a cargos del partido más elevados. De esta manera, Moya ha amenazado con tomar acciones legales contra ERC. 

ERC expedienta a a cuatro miembros

Por otra parte, hace dos semanas se pudo saber que el partido catalán había decidido suspeder temporalmente la militancia de cuatro miembros de la formación, todos ellos implicados en el casp de los carteles contra el Alzheimer.

De los cuatro implicados, ERC ya ha suspendido temporalmente de militancia a los que tienen expediente grave, es decir, que podrían ser sancionados con una expulsión del partido por dos años; así como los que poseen el de muy grave, que es a quien el partido plantea expulsar permanentemente, mientras que los casos leves solo implican una advertencia.

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