La izquierda española atraviesa una etapa de incertidumbre, redefinición y pugna interna. El desgaste del PSOE por los últimos escándalos de corrupción —con el caso de Santos Cerdán como telón de fondo— ha abierto una grieta que amenaza con ensancharse entre los votantes progresistas. A esto se suma una desconexión creciente entre las élites políticas del Gobierno y las bases movilizadas de una izquierda que clama por regeneración, ética y ambición transformadora. La crisis no solo erosiona la credibilidad del partido que lidera Pedro Sánchez, sino que arrastra consigo a todo el espacio que lo rodea.

Desde Sumar a Podemos, pasando por Izquierda Unida, Más Madrid o ERC, la izquierda situada más allá del PSOE intenta reagruparse en medio de una fragmentación peligrosa. Las europeas de 2024 certificaron ese desmembramiento, y la renuncia de Yolanda Díaz al liderazgo político de Sumar reabrió el debate sobre quién debe encarnar el futuro del espacio alternativo a la socialdemocracia clásica. Ya no se trata solo de siglas: se trata de credibilidad, proyecto y conexión con una ciudadanía desencantada. ¿Quién tiene la capacidad real de aglutinar a una izquierda diversa, exigente y herida por los golpes institucionales?

En este escenario emergen diferentes nombres con peso propio, aunque con trayectorias, tonos y estrategias muy diferentes. Yolanda Díaz, pese a su renuncia al frente de Sumar, conserva la autoridad de quien ha estado en la cúpula del poder y ha abanderado reformas de calado. Su figura sigue generando adhesiones, aunque también cierto desgaste. Irene Montero, al frente ahora de la reconstrucción de Podemos desde el Parlamento Europeo, representa una izquierda sin concesiones, combativa, feminista y crítica con el PSOE, a quien no duda en acusar de haber querido “destruirles”. En paralelo, Pablo Bustinduy, ministro de Derechos Sociales y de estilo sosegado, ha empezado a perfilarse como el rostro amable pero firme de Sumar, apelando a la “honra” de una izquierda sin mácula.

Fuera del Consejo de Ministros, destacan otras figuras con potencial de arrastre. Mónica García, portavoz de Más Madrid y ministra de Sanidad, proyecta solvencia técnica y voluntad reformista, aunque todavía no ha dado el paso para liderar un proyecto más allá de Madrid. Antonio Maíllo, nuevo coordinador federal de IU, apela a la coherencia, al legado de Anguita y a la unidad como antídoto frente al avance de la ultraderecha. Por último, Gabriel Rufián, desde ERC, sigue siendo una de las voces más contundentes en el Congreso. Aunque limitado por su marco catalán, muchos lo señalan como el único capaz de hablar claro contra el PSOE sin perder pie en la calle. Él mismo, entre bromas y verdades, ha sugerido que Irene Montero es quien mejor representa ese espíritu de unidad.

Ante este mapa complejo y fragmentado, lanzamos una encuesta abierta a nuestros lectores: ¿quién debería liderar el espacio a la izquierda del PSOE? No se trata solo de nombres: se trata de imaginar un futuro político donde esa izquierda vuelva a ilusionar, movilizar y construir alternativas sólidas frente a las derivas conservadoras.

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ENCUESTA: ¿Quién debe liderar la izquierda a la izquierda del PSOE?

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