Con los resultados oficiales de las elecciones generales del 28A ya encima de la mesa se abre un periodo de absoluta incertidumbre. El Gobierno de España busca presidente y Pedro Sánchez tiene todas las papeletas. Pero sus 123 escaños no le bastan para articular una mayoría parlamentaria y ser investido presidente. Hay varias opciones: puede mirar a la izquierda y recoger el guante de Pablo Iglesias, pero requerirá también de los partidos independentistas; o bien puede virar a la derecha, demoler el veto de Albert Rivera y formar un Gobierno socialista teñido de naranja. El abanico de posibilidades es tan amplio como la paleta de colores del arco parlamentario: ¿Cuáles son las opciones reales?

La apuesta del PSOE es clara: gobernar en solitario. Así lo ha anunciado la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, quien considera que los casi 7,5 millones de votos le avalan. Pero como el propio Pablo Iglesias les recordó durante su comparecencia ante los medios tras conocerse los resultados que el tiempo de los gobiernos monocolor ha llegado a su fin.

Pablo Iglesias quedó en reunirse "con brevedad" con Sánchez, pero éste no se comprometió a negociar un Gobierno con Podemos y no con Ciudadanos

Podemos desconfía de Sánchez

El secretario general de Podemos admitió que “nos hubiera gustado un resultado mejor, pero es suficiente para frenar a la derecha y a la extrema derecha y construir un Gobierno de coalición de izquierda”. Con estas palabras Iglesias dejaba claro su formación apuesta claramente por un Gobierno de coalición, una fórmula que ha defendido en reiteradas ocasiones. De hecho, ya en la noche electoral presionó a Sánchez en esta dirección recordándole que “el bloque parlamentario progresista es mayor que el bloque de las tres derechas”.

En la misma tónica se situó Alberto Garzón, quien instó a Sánchez a “evitar la tentación” de pactar con Ciudadanos.

Pablo Iglesias llamó por teléfono al presidente del Gobierno para felicitarle y ambos quedaron en reunirse “con brevedad”. Eso sí, el líder morado no desveló si Sánchez se comprometió a acordar con Podemos y no con los naranjas: “Las preguntas a Sánchez que las responda él”.

Si finalmente Sánchez se decide por Iglesias y no por Rivera como pareja de baile para los próximos cuatro años, poco o nada se sabrá hasta que se concrete un acuerdo y se rubrique negro sobre blanco. El secretario general de Podemos invitó a la prensa a “asumir que vamos a ser discretos” con las negociaciones. La única certeza es que primero hablarán del programa de Gobierno y luego de ministerios, pero “adelantar acontecimientos sería absurdo.

Pero la suma PSOE-Podemos no es suficiente. Entre ambos apenas llegan a los 166 escaños y se quedan a falta de 10 de la mayoría absoluta. Incluir al PNV en la ecuación tampoco sirve, puesto que aún faltarían cuatro diputados. Así las cosas, la fórmula para investir a Sánchez descansa sobre los votos de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC).

Sánchez tendría ante sí el difícil reto de reeditar parte del bloque de la moción de censura, objetivo que no cumplió con respecto a los Presupuestos Generales del Estado (PGE). No obstante, Gabriel Rufián, quien será portavoz de los republicanos en el Congreso, ya ha instado a Sánchez a sentarse a “dialogar”: “Aquí, o hablamos o no habrá solución. Depende de Pedro Sánchez con quién quiera pactar”.

Ciudadanos levanta el cordón sanitario

A pesar del cordón sanitario que levantó Rivera y de que la militancia concentrada en Ferraz gritaba a los cuatro vientos “con Rivera, no” mientras entonaban el “sí se puede” cuando Iglesias aparecía en pantalla ofreciéndose a Sánchez; el presidente podría tintar las instituciones de naranja.

El secretario general socialista ha admitido que dialogará con todas las formaciones políticas y José Manuel Villegas parece abrir una ventana al acuerdo, admitiendo que se sentarán a dialogar, aunque estarán en la oposición: "El PSOE gobernará con Podemos y nosotros iremos a la oposición".

Ciudadanos da por hecho que Sánchez gobernará con Podemos, pero los morados desconfían del PSOE

Sea como fuere, el nudo parece que tardará varias semanas en desenredarse. El desenlace final habrá de esperar hasta, al menos, junio.

Los diputados electos iniciarán el papeleo y recogerán sus respectivas actas a partir del 6 de mayo, y la sesión constitutiva está agendada para el 21 de mayo. A partir de esta fecha, y con el Congreso y el Senado ya constituido, el rey Felipe VI podrá iniciar la ronda de contactos para proponer a la Cámara Baja un presidente del Gobierno. Pero la campaña electoral de cara a las autonómicas, municipales y europeas arranca el 10 de mayo y los comicios, por lo que las negociaciones se pospondrán hasta después de las votaciones ya que ninguna formación aboga por matizar sus argumentarios en función de los acuerdos alcanzados.

Fuentes internas de Podemos consultadas por ElPlural.com confiesan que son optimistas, pero admiten que existe cierta incertidumbre por saber si Sánchez tratará de entenderse con Rivera. Además, destacan que Rivera tiene ante sí “una oportunidad de oro para ser el principal partido de derechas en España”, por lo que “me extrañaría mucho” que levantara el veto al PSOE.

Antes de las elecciones del 26M se negociará la composición de la Mesa. Vox se quedará fuera del reparto

Una Mesa sin Vox

Fuentes de Ciudadanos aseguran a este periódico que las piezas no se moverán hasta pasado el 26M y que, a lo sumo, se pactará la configuración de la Mesa del Congreso.

Según estas mismas fuentes, Vox quedaría fuera del reparto, condenada al ostracismo parlamentario: 23 diputados y sin presencia en la Mesa ni en el Gobierno no son pólvora suficiente para tener la potencia de fuego de la que fanfarronea Santiago Abascal.

La Mesa apenas variaría su composición. Actualmente, el PP tiene la presidencia y dos puestos más (en total, tres), dos Ciudadanos, dos PSOE y dos Podemos. Con el nuevo arco parlamentario, la presidencia sería para los socialistas, que robarían el tercer miembro a los populares; de modo que el PSOE tendría tres, el PP dos, Ciudadanos dos y Podemos otros dos.