La secretaría de Organización del Partido Socialista está en periodo de sede vacante, custodiada por cuatro camarlengos hasta que el próximo 5 de julio el Comité Federal bendiga a su nuevo (o nueva) número tres. La fulminante salida de Santos Cerdán tras el informe de la UCO que le sitúa en el epicentro de la trama corrupta por el presunto cobro de comisiones ilegales dejó sin dueño a la mano derecha de Pedro Sánchez para las cuestiones del partido. Un cargo delicado en la estructura y para el que suenan algunos nombres, pero como recuerdan voces autorizadas en Ferraz, cuanto más aparezcan en las quinielas, más se alejará de la nominación final.
La carrera por suceder a Santos Cerdán está en marcha en el PSOE desde la salida del ex secretario de Organización. No hay nada claro entre los cuadros socialistas. Afloran muchos nombres para ocupar la vacante del dimitido político navarro, pero también muchas dudas. El cargo en liza otorga un considerable poder orgánico al elegido o elegida. Como suele ocurrir en este tipo de procesos, el chauchau se dispara hasta límites insospechados y desde Ferraz se ha puesto el candado a toda filtración, aunque ello no impide el clásico juego de quinielas en todos los medios de comunicación.
Algunas informaciones se aventuran con algunos rostros que en los últimos meses han cogido un peso específico en clave interna. Mientras tanto, en el cuartel general despejan todos los balones que le llegan con evasivas, guardando bajo la habitual llave de la “prudencia” cualquier conato de colaboración. Pero en lo que coinciden el grueso de informaciones es que la secretaría de Organización volverá a las manos de una mujer tras pasar por la tutela de José Luis Ábalos y del propio Santos Cerdán, ambos arrastrados al epicentro procesal del caso Koldo.
Trío de candidatas
Hasta el próximo 5 de julio, la secretaría de Organización recae sobre un equipo interino que lo integran perfiles como el de la presidenta del partido, Cristina Narbona; la gerente, Ana María Fuentes; el secretario de Acción Democrática y Transparencia, Borja Cabezón; y Montse Mínguez (PSC). Esta última lidera la secretaría de Trabajo y Economía Social. Cargo que compagina con la secretaría general del Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados. Un perfil que en los últimos meses ha subido como la espuma y que algunos sitúan en el tercer escalafón del aparato socialista.
De hecho, es el nombre que más suena de puertas para fuera del PSOE, sin desdeñar otros perfiles como el de la emergente Pilar Bernabé, delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana y miembro de la Ejecutiva, o el de Milagros Tolón, presidenta del Comité Federal. Tres candidatas de peso y fuerza, aunque la irrupción de Mínguez no es desdeñable y genera más consenso, según apuntan varios medios de comunicación.
Pero liderar o siquiera aparecer en las quinielas mediáticas no es un seguro de vida. Es más, todo lo contrario. Fuentes socialistas consultadas por ElPlural.com se sorprenden de que sólo estén apareciendo los nombres de Mínguez, Bernabé y Tolón, sobre todo por el modus operandi de Pedro Sánchez, que no suele hacer mucho caso al titular. “Como si no supiéramos que no le gusta”, comentan con ironía estas voces.
Desde el entorno de la Ejecutiva socialista son tajantes en este sentido. Se retrotraen al Congreso Federal de Sevilla, cuando todo apuntaba a que Esther Peña dejaría la portavocía orgánica del partido en favor de Enma López, otro perfil emergente en el organigrama socialista. Pero quedó en un rumor que hizo mucho ruido y poco más, porque la diputada por Burgos, sentada ahora en el escaño de Patxi López, se mantuvo. Los cambios fueron por otros derroteros, como la inclusión de la propia López en la dirección.
“Cuánto más salgas en las quinielas, menos vas a poder acceder a ese puesto”, comentan las fuentes consultadas, insistiendo en que durante semanas “mataron” a Peña. “Es estadística pura”, resuelven, mientras el calendario acecha y se acerca a la fecha del esperado cónclave socialista. La partida está en marcha y las quinielas al rojo vivo. Es posible que Sánchez vuelva a sorprender el 5 de julio con un nombramiento inesperado.