Corinna Larsen vuelve a copar el foco mediático en España después de conceder una entrevista a OkDiario en la que ha desgranado algunos detalles de la vida más íntima de Juan Carlos I, así como algunos secretos palaciegos. En este caso, la empresaria ha sacado a la luz la relación de “padre-hijo” que el Emérito mantuvo con Francisco Franco.

Larsen relata que Juan Carlos I hablaba con “frecuencia” de su relación con el dictador y que lo hacía “aún más” cuando estuvo “en mal estado físico”. “Cuando empieza  a preocuparse de que se va a morir y a recordar la niñez y muchas anécdotas”, matiza.

La empresaria cuenta que el Emérito le reveló que se sentía “como una pelota de ping pong entre su familia y el dictador”. Larsen recuerda cómo el ex monarca le guio hasta un monasterio en el que le “educaron muy austeramente” y le explicó que “sufría sentimientos de abandono porque no había estado con su familia”.

“Debió de ser muy difícil para él crecer entre dos polos opuestos y navegar entre el general Franco y su propio padre, y al final tener que sacrificar a su padre para subir al trono él. Es algo que debió de serle muy difícil psicológicamente”, especifica Corinna Larsen.

La empresaria alemana, preguntada por alguna “confidencia” sobre el 23-F que el Emérito le pudiera contar, aseguró que “no entró más en detalle de lo que se pueda leer en los libros de Historia”.

Su relación con Franco

Larsen subraya que la relación entre Francisco Franco y Juan Carlos I era de “padre e hijo”. “Cuando eres tan joven y te educa este hombre, te transmite muchos valores y hasta cierto punto éstos perviven en una persona”, continúa Corinna.

Sin embargo, la empresaria rechaza la idea de que el Emérito “defienda el legado de Franco”. De hecho, hace hincapié en que “creó una transición a la democracia por la que se le admira en el mundo entero”. “Creo que la Transición no ha llegado a completarse nunca del todo”, revela Larsen, quien asegura que la Constitución del 78 alberga elementos heredados del legado franquista. “Es más cuestión de rejuvenecer ciertas instituciones para reflejar la España moderna”, aclara.

Por último, se le interpela a Corinna Larsen si considera que la Casa Real ha sido “torpe” al tratar este asunto, ante lo que responde con que no utilizaría ese término. “Ha sido una gestión a veces despiadada, a veces imprudente y a veces curiosamente pasiva”, declara la empresaria.

“Creo que es también un reflejo de ese concepto de inviolabilidad que contiene aún su Constitución y que es legado de Franco, pero que los hace sentir casi invencibles y sin obligación de rendir cuentas”, destaca.