Pedro Sánchez y Pablo Casado se han reunido este lunes en el palacio de La Moncloa en busca de acuerdos de Estado que favorezcan a una posición común frente a los retos del futuro a los que se enfrenta el país. Una reunión del presidente del Gobierno y el líder de la oposición que, pese al “ánimo constructivo” al que ha hecho referencia el líder popular, ha acabado en desacuerdo, bloqueo y una hora y media de encuentro que no ha servido para nada más que para refrendar los ideales de cada uno de los bloques.

La renovación del CGPJ, la salida conjunta frente a la crisis territorial o la elaboración de unos plazos prudenciales para destinar el IVA retenido a las comunidades autónomas eran algunos de los planteamientos que se han discutido a lo largo de la reunión. Al menos, estas eran las pesquisas que el líder del Ejecutivo ha planteado; pero, como era de esperar, el popular ha ido más allá pidiendo “el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente de Venezuela y que dé toda la información sobre la reunión mantenida entre José Luis Ábalos y Delcy Rodríguez”.

El líder de la oposición se ha mostrado dispuesto a “tender la mano para que el Gobierno no dependa de aquellos que reniegan de España y ponen en duda la soberanía nacional”. Eso sí, para ello ha solicitado al presidente del Gobierno que asuma tres de sus promesas electorales: “El PP le ha pedido tres aspectos fundamentales: que renuncie a la mesa de negociación con los independentistas, que garantice la inhabilitación de Quim Torra y, en tercer lugar, que no modifique el Código Penal para favorecer el indulto por la puerta de atrás a los presos”. “Le he recordado al presidente algunas de sus promesas electorales: tipificación como delito del referéndum, acabar con el adoctrinamiento, traer a España al señor Puigdemont..”, ha esgrimido, adelantando que el Partido Popular escucharía las demandas del PSOE y podría votar favorablemente a los Presupuestos Generales del Estado siempre que el Gobierno rompa con la hoja de ruta del independentismo.

Además, Casado ha reivindicado que es necesario realizar un plan conjunto que sea un “compromiso por España”: “Es necesario que dejemos un país mejor que el que nos encontramos. Sánchez debe decidir entre aquellos que quieren empobrecer a los españoles o aquellos que proponemos un compromiso por España para mejorar nuestra calidad democrática y reforzar nuestras instituciones”, ha subrayado, avanzando algunas de las medidas donde “podría haber entendimiento”: “Es esencial defender el Pacto de Toledo, la revalorización de las pensiones, la educación y la ley de protección de la infancia, donde le he sugerido que también alcance a nuestros mayores. Una cantidad de medias que, junto a la protección por la violencia de género, ejercerían como un paraguas para frenar el sufrimiento de los más vulnerables”.

Sin embargo, pese a enumerar todas las “propuestas de Estado” puestas sobre la mesa, la reunión no ha sido tan fructífera como se esperaba. Ni siquiera en la renovación del Consejo General del Poder Judicial, caducado desde noviembre de 2018, ha habido entendimiento, debido a la desconfianza mostrada por el líder de la oposición: "Sobre el CGPJ, creo que la elección de la Fiscal General del Estado o la amenaza de la reforma del Código Penal para hacerlo a la carta de los políticos encarcelados imposibilitan este debate", ha sentenciado.