La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha intervenido ante los medios de comunicación tras la Conferencia de Presidentes autonómicos, de la que se ha ausentado tras escuchar la intervención en euskera del lehendakari Imanol Pradales. Como era de esperar, las preguntas de los periodistas se han centrado en este desplante, y la respuesta de la dirigente madrileña le ha hecho incurrir en contradicciones con su propio discurso, ya que ha mantenido su cruzada contra el euskera y el catalán pero no ha mostrado inconveniente ante las lenguas cooficiales de las regiones donde gobierna el Partido Popular, como el gallego y el valenciano, y ha asegurado que "no tiene problema con que se hablen las lenguas cooficiales", pero se ha marchado de la Conferencia pese a tal afirmación.

"Desde que he llegado, en todos los encuentros que he tenido con el presidente y con el resto de presidentes autonómicos y ministros, les he dado la mano. Creo que ese lenguaje tiene que preservarse en una relación diplomática y política, pero no quiero que me dé dos besos una persona que nos llama todo el rato asesinos y que ejecutamos sentencias de muerte y dejamos morir a la gente. Eso no es respeto institucional, es hipocresía, y creo que no tiene un pase institucional y por eso prefiero mantener cierta distancia", ha arrancado sobre la ministra de Sanidad, Mónica García.

"Con respecto al tema de los pinganillos, para mí es un honor estar en Barcelona y Cataluña, una región en la que he estado en torno a doce veces como presidenta autonómica. Cataluña es España y tengo la responsabilidad y el gusto de estar aquí, pero no tiene sentido que en los pasillos estemos hablando en perfecto español y que luego tenga que ponerme un pinganillo para entenderles en otros idiomas", ha explicado.

"Solamente se quiere visibilizar cada vez más un estado plurinacional que no somos y también plurilingüe. Las lenguas de las regiones son riqueza cultural de España, pero no pueden ser reducidas a un arma para separarnos y convertirnos en extraños en nuestra propia casa", ha continuado.

Al ser preguntada por sus compañeros del PP, que no se han levantado como ella ha hecho al escuchar a Pradales, Ayuso ha manifestado que tiene "libertad para manifestar, desde mi posición de presidenta autonómica, aquello que no me parece bien. "No me parece bien que en el pasillo estoy hablando con la misma persona en español y luego, cinco minutos después, hablando en otro idioma para escenificar esta separación. No se pueden utilizar las lenguas cooficiales para escenificar divisiones. La próxima vez iremos sin etiqueta, cada uno de una manera, y cada uno buscando solametne lo que le conviene", ha señalado. Sobre el 'no-seguidismo' del PP al movimiento de Ayuso, cabe destacar que el propio Alfonso Rueda ha empezado su comparecencia en gallego.

"Tenemos un idioma que nos une a todos, a 600 millones de personas en todo el planeta, y no es normal que tenga una persona traduciendo lo que dice una persona con la que he hablado en español hace cinco minutos", ha institido. 

"Tengo libertad para manifestar mi descontento"

Ayuso también ha sido preguntada por si mantendrá esta misma actitud en las próximas Conferencias de Presidentes. "Como no me parece bien la utilización de las lenguas cooficiales para dividir a los españoles, que es para lo que se utilizan, no sé cómo serán las siguientes veces. Evidentemente, tengo libertad para manifestar mi descontento dentro de mis competencias", ha defendido.

Sobre la vivienda, cuestión por la que ha sido también preguntada, ha argumentado que ya respondieron a Pedro Sánchez sobre el tema: "Estamos en contra de seguir nacionalizando el suelo. Se está fomentando la okupación y la inquiokupación. Se está haciendo que ciudadanos que no eran vulnerables lo sean y que ciudadanos no quieran poner en alquiler sus viviendas porque las inquiokupan", ha lanzado, tratando de impulsar un marco para el que no ha aportado ningún dato. "Como no haya más libertad, liberalización y facilidades para construir, el problema de la vivienda va a seguir existiendo", ha opinado.

Finalmente, sobre que sus compañeros en el PP no le hayan seguido en su abandono, ha defendido que no necesita "hacer sainetes" con nadie, y ha sido entonces cuando ha incurrido en contradicciones: "Del mismo modo que ningún presidente autonómico me ha pedido permiso para hablar en su idioma. A mí me parece bien que hablen en gallego o en valenciano, pero se utiliza el catalán como un arma de división", aceptando unas lenguas cooficiales, casualmente aquellas de cuya región están bajo el control del PP, y otras no. "No pido que se me secunde en estos gestos, solo libertad para ser coherente. Si todos nos entendemos en español, pues que lo hagamos, y pedir que volvamos a una senda coherente, ya que a España no le ha ido bien desde que se ha metido en esta senda", ha sentenciado.

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