El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha vuelto a de su descanso veraniego en un momento de elevada tensión en Oriente Próximo. Israel continúa desarrollando su genocidio sobre la población y territorio palestino y la posible suma de otro contendiente preocupa a la comunidad internacional. Hezbollah ha lanzado un contrataque desde el Líbano e Israel ha respondido con un bombardeo masivo en el interior de las fronteras del país, situación que preocupa enormemente al Gobierno de España.
“Pasaría a ser una guerra regional con connotaciones muy graves”, ha lamentado Albares en la Cadena Ser. El máximo responsable de las relaciones exteriores ha vuelto a defender la necesidad inmediata de un “alto el fuego” en territorio Palestino y la entrada de ayuda humanitaria “sin ningún impedimento”, exigencias de los tribunales internacionales. Una vez conseguido esto, el siguiente paso tiene que ser la creación de “un Estado palestino que conviva en paz con el Estado de Israel”. El principal escollo para este abordaje es el país hebreo.
El régimen israelí no pretender frenar el apartheid que desarrolla desde hace décadas, con mayor fiereza desde hace meses, y su posición y amistades internacionales le permiten hacerlo saltándose toda la normativa internacional y obviando las sentencias judiciales. Todo ello sin ninguna consecuencia por parte de la comunidad internacional. Ante esta impunidad, Albares ha demandado que “debería de ocurrir algo” por el incumplimiento sistemático de las medidas cautelares emitidas por el Tribunal Internacional de Justicia, máximo organismo jurisdiccional del mundo. “Son decisiones vinculantes para todo el mundo. También para Israel”, ha recordado el ministro.
Sin embargo, no se ha emitido ninguna sanción, bloqueo o consecuencias derivadas con las que el bloque occidental siempre castiga a cualquier otra Estado cuando se desvía un mínimo de lo que considera tolerable. La afinidad entre Estados Unidos e Israel es el principal factor que explica la pasividad de la Unión Europea (UE), aunque Albares ha querido defender al país norteamericano. “Los EEUU están haciendo todo lo que pueden por el alto el fuego. Nosotros apoyamos sus esfuerzos con Egipto y Qatar”, ha trasladado.
Exigencias a Venezuela
Por el contrario, con Venezuela la comunidad internacional sí que ha actuado rápido y España ha sido uno de los países que ha encabezado la retahíla de exigencias presentadas a Nicolás Maduro. “El Gobierno tiene una posición muy clara y es que nosotros no vamos a reconocer ningún resultado electoral si no se presentan las actas de todas las mesas y pueden ser verificadas por la oposición y los organismos independientes”, ha defendido Albares, dejando claro que España tampoco reconocerá al opositor Edmundo González sin comprobar las actas.
Todo lo contrario, ha valorado, es una “irresponsabilidad”. “Yo podría hacer declaraciones muy grandilocuentes, pero eso no ayudaría en nada”, se ha referido al Partido Popular (PP), al que ha acusado de “buscar seguir con su campaña de bulos” para obtener rédito político. “El PP no piensa en ningún momento en los venezolanos, sino en intentar desgastar al Gobierno llevándose por delante lo que sea necesario”, ha espetado el ministro. En sentido contrario, ha defendido la “gran labor” de José Luis Rodríguez Zapatero y ha llamado a la mediación.
“No se trata de hacer declaraciones contundentes, sino eficaces”, ha reiterado. “Nosotros no vamos a reconocer un resultado electoral que no esté verificado”, ha continuado, asegurando que la posición española se mantendrá firme en este sentido y “no reconocerá a Maduro” si esto no llega. “España no solamente no ha sido silenciosa, sino que fue de los primeros de Europa y el mundo en exigir las actas, pero el país no pude actuar de forma atolondrada”, ha explicado. “La oposición pide que haya mediadores”, ha explicado, asegurado que este seguirá siendo el papel de España.