Esperanza Aguirre y Mariano Rajoy en un acto contra la subida del IVA en Leganés.



5 de marzo de 2015. Las elecciones andaluzas están a la vuelta de la esquina y Mariano Rajoy, presidente del Partido Popular y del Gobierno de España, interviene ante el Comité de Dirección del PP Europeo. Y centra su discurso en atacar a “los movimientos radicales, de derechas o de izquierdas, movimientos populistas, extremistas, inocuos o nacionalistas, que aprovechan el sufrimiento de los ciudadanos durante la crisis”. 12 de mayo de 2015. Las elecciones municipales son inminentes y José María Aznar protagoniza un mitin en el que no menciona a Rajoy, pero sí sigue su discurso: advierte de "la mentira populista" de los "oportunistas". 22 de junio de 2015. Ha pasado un mes desde las elecciones y el PP ha perdido la inmensa parte de su poder territorial, en parte gracias a los pactos entre formaciones de izquierdas. Rajoy, en plena cumbre hispano-portuguesa, se despacha contra el PSOE por apoyar a "populistas, extremistas y radicales".

Hay bastante división sobre qué significa "populismo", porque la definición de la Real Academia de la Lengua se ciñe al "populista" y lo describe como "perteneciente o relativo al pueblo". A juzgar por el machaque del PP, ellos usan el término como un sinónimo de demagogia, es decir, la práctica de "ganarse con halagos el favor popular" o bien "aprovechar el sufrimiento de los ciudadanos", en palabras de Rajoy. En definitiva, y según la RAE, cualquier práctica política que "mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder".

Pero, ¿y si esa misma definición se aplicase al PP? Pues medidas populistas y propuestas demagógicas hay para aburrir, pero si nos centramos solo en los últimos meses hay bastantes ejemplos de "concesiones" para "conseguir o mantener el poder".

1. Bajada de impuestos

 

Mariano Rajoy lleva prometiendo que bajaría los impuestos desde antes de ganar las elecciones. Venía ya de hacer campaña junto a Esperanza Aguirre contra la subida del IVA y había alertado de la subida de precio en "los chuches". Pero al llegar al poder, subió todas las tasas a su alcance, empezando por el IVA y siguiendo por el IRPF. El resto de la legislatura se la ha pasado prometiendo volver a dejarlos como los encontró, pero siempre al año siguiente porque "ahora no es el momento". Acabó prometiendo, otra vez, que si los españoles volvían a votarle, los bajaría, pero visto que eso no ha mejorado sus perspectivas electorales, el jueves anunció por fin una bajada del IRPF. Y ya no para mañana, sino para "ayer", con efecto desde el 1 de julio.

¿Y todo para qué? Para dejar la presión fiscal medio punto porcentual por debajo de la que se encontró al llegar al poder, después de la subida de Zapatero en 2010. Porque el Gobierno de Rajoy ha efectuado la mayor subida de impuestos de la democracia, sacando 16.273 millones de euros de los bolsillos de los españoles cada año.

https://youtu.be/CuKf07zwsiI?t=39s

2. Rebaja para los autónomos

Para llegar al poder, Mariano Rajoy se deshizo en halagos con las pequeñas empresas y los autónomos. A estos últimos les llegó a prometer que con él no tendrían que pagar el IVA de las facturas impagadas, sobre todo teniendo en cuenta que la Administración es el mayor moroso. Pero cuando llegó a La Moncloa, la promesa se canceló con la excusa de la necesidad de recaudar más dinero. Y, para colmo, se subió el IVA del 18% al 21% y del 8% al 10% el IVA superreducido. Lo que sumado a la subida del 6% en el IRPF -que el Gobierno llamó "recargo temporal y extraordinario"- supuso un fuerte varapalo para este sector.

El pasado 5 de mayo, antes de las elecciones municipales, el PP coló una enmienda en la ley de Segunda Oportunidad para que los autónomos pudieran cobrar el paro desde el día siguiente del cese de su actividad, una reivindicación largamente ignorada. Y, junto a la bajada de impuestos anunciada, Rajoy prometió ayer que se extenderá a todos los autónomos la retención del 15%, algo que hasta ahora solo se aplicaba a quienes tuvieran rendimientos inferiores a los 15.000 euros.
https://youtu.be/su4K4QeaCPU?t=35s

3. Pagas y vacaciones para funcionarios


En el año 2012, con una situación económica desastrosa y rozando un rescate griego que al final se centró en los bancos, el Gobierno va a por los funcionarios. Suprime los días libres denominados moscosos, les elimina la paga extra de Navidad y anuncia que no repondrá las plazas descubiertas por jubilaciones. En definitiva: más trabajo, por menos dinero. Cristóbal Montoro, en un nuevo ejercicio de retorcer el lenguaje, asegura que la paga no se ha eliminado, sino que se ha "trasladado en el tiempo".

Y tenía razón, porque el viaje en la máquina del tiempo ha trasladado el 75% de la paga extra a ahora, a las puertas de las elecciones generales. También la recuperación de los moscosos y hasta una subida salarial del 1%, después de cinco años con el sueldo congelado. Eso sí, el Gobierno no faltó a su cita con la descoordinación. El día 24 de junio, todos los periódicos fieles abren con la noticia. Unas horas después, Montoro sale a decir que es un anuncio "precipitado" y que no está sobre la mesa "en este momento". El 1 de julio, un día antes de anunciar la bajada de impuestos, Rajoy intenta marcarse un punto asegurando que "al menos otra parte" de la paga de Navidad será devuelta.

https://youtu.be/HEuworodM0w?t=36s

4. La Sanidad de los inmigrantes

El 24 de abril de 2012, el Gobierno toma una de sus medidas más escandalosas y despiadadas: retirar el derecho a la asistencia sanitaria a cerca de 1 millón de inmigrantes sin registrar. A partir de entonces, sólo podrán tener acceso a las urgencias para casos de "enfermedad grave o accidente, cualquiera que sea su causa". Una medida, sin embargo, que no sirve para gente como Alpha Pam, un sin papeles senegalés de 28 años que muere en 2013 por sufrir tuberculosis y no poder ser atendido por carecer de tarjeta sanitaria.

En marzo de 2015, enfrascados ya en el año electoral, el nuevo ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, anula la medida de su antecesora, Ana Mato, y devuelve el derecho a la atención primaria a los inmigrantes por "cuestiones de salud pública", porque es "más práctico" y para "no saturar las urgencias". Sin embargo, la medida es tachada de "electoralista" por la oposición no solo porque se tome justo antes de los comicios andaluces, sino porque en el fondo es puro maquillaje. Los inmigrantes no volverán a recuperar sus tarjetas sanitarias retiradas, sino un mero documento, renovable cada año, para acudir solo a la atención primaria.

https://youtu.be/naKEzLa-HDQ?t=1m30s