A pesar de la disonancia mostrada por la derecha en Madrid las últimas horas, con Vox presionando para entrar en el Ejecutivo municipal, la izquierda observa apesadumbrada el avance de las negociaciones de sus rivales. El PSOE sigue trabajando en la construcción de mayorías paralelas en la Comunidad. Ángel Gabilondo, líder del PSOE en la región, mantiene conversaciones y reuniones constantes con sus dos socios preferentes, Más Madrid y Unidas Podemos.

Sin dejar de reivindicar el imperio de las urnas y haber sido la lista más votada, los ánimos empiezan a convalecer ante lo que consideran una evidencia. “Como pudimos ver en la constitución de la Mesa de la Asamblea de Madrid, la derecha ya se puso de acuerdo y parece que será lo que suceda, nuevamente, cuando llegue el momento. Las diferencias que ahora mismo muestran forman parte del cortejo en las negociaciones”, reconocen fuentes socialistas a ElPlural.com.

A pesar de ello, advierten de que “Ángel Gabilondo sigue trabajando”. Además, insisten en la condición de partido más votado en los comicios: “Trabajaremos hasta el último momento para lograr que nuestro presidente sea investido. Somos la lista más votada, aunque los medios conservadores lo omitan constantemente”.

El mensaje público queda sobre el papel. Los encuentros se suceden y hasta que la bocina final no marque el final del encuentro los socialistas seguirán luchando por ofrecer una alternativa al bloque conformado por azules, ultras y naranjas. Sin embargo, entre bambalinas ya se rumorean todo tipo de alternativas para Gabilondo y su núcleo más cercano.

De puertas para adentro, son muchos los que confirman que la escenificación de ruptura entre Vox y Ciudadanos es una mera “teatralización” de los acontecimientos. Además, ante la imposibilidad de lograr el poder en la Comunidad, el presidente regional y su cúpula otean el horizonte en busca de un posible nuevo destino. Si la extrema derecha logra su espacio autonómico, Gabilondo daría un paso al lado y no ocuparía el cargo de líder de la oposición.

Así las cosas, fuentes cercanas al dirigente confirman que dar el salto a la política nacional es una opción. Ferraz sigue inmersa en conversaciones para que la legislatura eche a andar. Pedro Sánchez conoce la situación, trata de limar asperezas con Ciudadanos en busca de una posible abstención naranja a la par que mueve los hilos, pese a las presiones, con Unidas Podemos y Pablo Iglesias. Pero también se empieza a especular con el Gobierno y las responsabilidades que recaerían entre sus propios dirigentes.

Gabilondo no está descartado, confirman fuentes cercanas y en petit comité miembros cercanos al político. De cara al exterior, el mensaje cambia: “Son cosas que se escuchan, pero ahora mismo es el momento de centrarse en la Comunidad de Madrid”.