La red de “penetración e inteligencia” en la trama Gürtel opaca al control judicial y que contaba con la connivencia del ahora portavoz en el Senado del PP y entonces director general del Cuerpo Nacional de Policía, Ignacio Cosidó, incautó documentos que demuestran la financiación irregular del Partido Popular en toda España, según publica El Mundo. Estos nuevos papales fueron obtenidos con la inestimable ayuda del chófer de Luis Bárcenas, Sergio Ríos, con quien José Manuel Villarejo mantenía un contacto asiduo.

En unas grabaciones desveladas este lunes por Okdiario, el conductor, quien percibía unos 2.000 euros al mes por el trabajo de filtrador, relata al polémico comisario retirado cómo está el extesorero en prisión. Concretamente, la conversación tiene lugar el 7 de enero de 2014, cuando Bárcenas llevaba ocho meses en la cárcel.

Ríos explica a “Tony” (así llamaba a Villarejo) que “le están puteando mucho allí. Por eso te decía yo que a lo mejor podíais mover una baza”. “¿En qué sentido le están puteando… En qué sentido? Para pararlo y tal”, pregunta Villarejo.

El chófer le cuenta que “el jefe está fatal. Según he hablado con los hijos, está incluso agresivo…”. “Pues en la visita que ha tenido hoy de dos horas y pico le han interrumpido dos veces… Le han entregado unas zapatillas porque le han dicho que se las quitara. Le registran todo. Registros personales. Constantemente. Íntimos. Le revisan el chabolo (la celda) día sí y día no. Lo aíslan del resto de reclusos. Y está hasta los huevos”, explica, y añade que “me ha comentado el hijo que lo enganchaba del cuello. Ha salido un tío y le ha dicho: ‘Se tiene que poner usted estas chanclas’. Y le ha dicho al otro: ‘Esa no me las pongo ni con papel higiénico’. Y le ha dicho: ‘Pues usted verá. Lléveselas’”.

“Nunca había sido así”, asegura el conductor que le ha confesado uno de los hijos. “Es la presión, las fechas. Luego también, que está muy hinchado en la cara por lo de la cortisona. Está jodido por la comida. Pero, claro, que lo están apretando mucho ahí y algunos presos le han dicho: 'Es una putada porque nos arrimamos a ti y nos registran'", afirma.

“No te preocupes. Yo voy a hacer las gestiones oportunas”, sentencia Villarejo.