Al margen del descaro y desfachatez que supone que los contribuyentes y sus colegas del CGPJ nos enteremos a la vez que el tal De Rosa se siente y hable ya como el sustituto del Dívar. lo realmente inquietante es que un tipo con ese curriculum y antecendentes políticos pueda ser el próximo jueves elegido presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial.

Para todos aquellos que no saben bien quien es Fernando de Rosa conviene recordar que antes de obtener la plaza de juez, allá por el año 1984, era un militante genovés hiperactivo que no ocultaba su entusiasmo por Alianza Popular y su fundador Manuel Fraga.



De hecho , tanto era su fervor por la causa genovesa que el trajeado y piadoso de Francisco Camps, el día que decidió afiliarse a los conservadores, fue recibido en la sede popular por el presidente virtual del CGPJ y del Tribunal Supremo. Allí comenzó una larga y fructífera relación que años después culminó con sucesivos nombramientos del que ya era un juez genovés con destinos en municipios valencianos. El idilio con Camps le llevó primero a ocupar la Secretaria Autonómica de Justicia, donde estuvo desde el año 2003 al 2007, para inmediatamente después ascender en el escalafón en junio de 2007 gracias a su nombramiento como Consejero de Justicia y Administraciones Públicas. Y desde allí sin reciclarse ni ocultar sus compromisos con la causa genovesa pasó a vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial.

Como juez , recordar dos cuestiones que pueden ayudar a ilustrar su trayectoria. La primera es que su preparador y entrenador personal para memorizar el temario de opositor a la carrera judicial fue Juan Luis de la Rua, el inefable amigo intimo de Camps y expresidente del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana. La segunda es que su curriculum cabe en una caja de cerillas y al igual que el sorprendente Dívar nunca ha formado parte de Salas de órganos jurisdiccionales, limitándose a ponerse la toga en sucesivos juzgados de instrucción.

Como vicepresidente del CGPJ también son dignas de recordar sus patosas declaraciones contra el magistrado Garzón por el caso Gürtel, su apasionada defensa de su patrón Camps que le llevaron a asesorarle en pleno escandalo de los trajes y sobre todo y ante todo su posicionamiento favorable a las tesis más ultraconservadoras que desde el CGPJ se han defendido en los últimos tiempos en sintonía con sus planteamientos sobre por ejemplo la ley de Igualdad a la que calificó como "un ejemplo de la extrema locura del Gobierno, sometido al chantaje continuo".

Como Secretario de Justicia todavía se recuerdan tanto sus célebres campañas de intoxicación contra el Fiscal Jefe del Tribunal Superior de Justicia, Ricard Cabedo, al cuestionar sus actuaciones por estar casado con una diputada socialista como una de sus escandalosas cartas dirigida a Francisco Villena, por entonces director general de Integración del Discapacitado, en la que -currículum incluido- recomendaba a una persona advirtiendo como valores añadidos que era "amiga" de su mujer y "miembro del PP".

En fin, si nunca antes tras la llegada de Dívar se había caído tan bajo en el Consejo General del Poder Judicial con el autonombrado genovés Fernando de Rosa Torner su personalidad nos promete también titulares personalizados y probablemente algo más. La semana caribeña también tenía destino, parada y fonda en Valencia y sus alrededores.

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