El PP de Madrid está remodelando su estructura. Un baile de puestos y nombres con destino a sillones privilegiados muy del estilo de la Administración madrileña, regida por el Partido Popular de forma ininterrumpida a lo largo de estos 24 años. Esta semana se conocía que el Comité Ejecutivo Nacional premiaba la trayectoria de Ana Camins -diputada del PP en la Asamblea de Madrid, senadora por designación autonómica y vicesecretaria de Acción sectorial del PP madrileño- con el cargo de secretaria general del PP de Madrid

Una dirigente ligada a las NNGG de la formación desde que tenía 20 años, promocionada a edad temprana y ascendida con el Tamayazo y la elección de Esperanza Aguirre como presidenta de la Comunidad de Madrid. Con su nuevo cargo al frente de los intereses populares en Madrid, Juan Carlos Vera quedaba relegado de estas funciones, que había ocupado 30 años sin cambio alguno. Una prolífica trayectoria que no podía quedar desamparada. Había que buscar refugio.

Y, como viene siendo habitual en el PP, siempre hay algún retiro dorado para sus fontaneros más fieles. El 12 de septiembre se oficializó que Juan Carlos Vera engordaría su currículum vitae (dedicado en cuerpo y alma a la administración pública) con el puesto de gerente del Club de Campo Villa de Madrid. Un cargo por el que cobrará, tal y como reflejan los propios datos del club de 2016 (no se han actualizado desde entonces), un total de 81.155 euros.  

Juan Carlos Vera tiene tras de sí una retahíla de cargos en la formación liderada por Pablo Casado nada desdeñable. Abogado de profesión, pronto decidió dar el salto a la política de la mano del partido que le daría cobijo durante más de 30 años. Diputado a las cortes generales de Madrid durante ocho legislaturas, miembro de la Diputación Permanente del Congreso de los Diputados, secretario de Organización…

El ex director comercial de Avalmadrid

Larga trayectoria que bien le ha valido paseos en buggy y clases para mejorar su swing en su nuevo destino. Además, no tendrá que hacerlo solo, ya que Vera podrá encontrarse en las inmediaciones del acaudalado centro con Borja Cubillo Santamaría, ex director comercial de Avalmadrid -ente convertido en rompecabezas del partido por el presunto alzamiento de bienes de Díaz Ayuso y el trato de favor bilateral con los diferentes gobiernos autonómicos-.

Cubillo ya se ha convertido en un viejo conocido del club de campo, de su fina hierba y sus vistas al faro de Moncloa. Estampa idílica en la que cobra, como director comercial, 77.719,50 euros desde que fuera colocado por la administración de Esperanza Aguirre en este centro de entrenamiento estrechamente vinculado a las tarjetas vip, las recepciones protocolarias con miembros de la realeza y el gasto inusitado de dinero del contribuyente con la connivencia del Consistorio madrileño.

Pero toda esta pompa no le libró de ser señalado por corrupción. Su pasado al frente de Avalmadrid le valió la investigación de la Fiscalía, que presentó una querella contra él y más dirigentes del comité de riesgos y la comisión ejecutiva del ente semipúblico al apreciar concesiones fuera de ley a empresas relacionadas con Arturo Fernández, expresidente de la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM), y Gerardo Díaz, expresidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). Finalmente, la querella se archivó porque los delitos habían prescrito en el tiempo.

Además, Cubillo formó parte del Comité de Dirección de Avalmadrid que aprobó la operación del padre de Ayuso. Un crédito de 400.000 con destino a la empresa MC Infortécnica SL, propiedad del padre de la actual presidenta de la Comunidad de Madrid. A pesar de que los expertos recomendaron no conceder este montante -la situación de la empresa era crítica-, el gobierno regional hizo oídos sordos e hizo el susodicho préstamo con la relación y el visto bueno de Cubillo.

Hípica, golf, parné y colocados del PP.