En las últimas horas ha trascendido un argumentario interno del PSOE distribuido entre sus cuadros y dirigentes a fin y efecto de fijar la postura de la formación sobre un aspecto concreto del feminismo. El contenido ha provocado un profundo cisma en el Gobierno, dado que es diametralmente opuesto a los postulados de Unidas Podemos, con el agravante de que el Ministerio de Igualdad está dirigido precisamente por una ministra morada, Irene Montero.

El documento, firmado por Carmen Calvo y José Luis Ábalos entre otros, trata sobre las llamadas “teorías que niegan la realidad de las mujeres”. Los socialistas explican su oposición al “derecho a la libre determinación de la identidad sexual” o “derecho a la autodeterminación sexual” porque consideran que “carece de racionalidad jurídica”. Esto abre una brecha notable con la postura de sus socios de Gobierno, que además, tienen en el cajón una ley de derecho LGTBI y personas Trans que esperan aprobar a lo largo de la legislatura.

A juicio de los socialistas, hay que diferenciar entre “sexo” y “género”. Lamentan que a veces se utilizan como sinónimos, pero argumentan que el primero se refiere a las características biológicas con las que se nace y, el segundo, responde a una “construcción social”, es decir, los roles sociales y culturales; en definitiva, los estereotipos que se asignan a hombres y mujeres.

El problema, según este argumentario, es que “el género está siendo ahora utilizado por determinados movimientos para sustituir el propio concepto de sexo”, lo que provoca que se desdibuje “la situación de desigualdad estructural de las mujeres respecto a los hombres”: “El género es una categoría de análisis que lleva implícita la opresión, la desigualdad y la subordinación de las mujeres respecto de los hombres. Por ello, las socialistas feministas pretendemos su abolición para conseguir la emancipación de las mujeres”.

Y es que, el PSOE critica que “las consecuencias de manipular confusamente dichos términos están poniendo en riesgo el propio concepto jurídico y sujeto político ‘mujer’”.

El argumentario entra en colisión directa con la postura de Unidas Podemos. Tanto es así, que la dirección general de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI ha respondido a través de Twitter de manera críptica pero clarividente: “En la sociedad por la que trabajamos, cabemos todas”. Un mensaje que iba acompañado de la bandera trans.

Carla Antonelli, diputada del PSOE en la Asamblea de Madrid, también ha mostrado su disconformidad con el argumentario, utilizando una intervención de Pedro Sánchez para matizar que el documento no contiene el sentido de todas las socialistas: “Que quede claro, las mujeres trans somos mujeres”, ha dicho, y ha añadido que “a mí no me representa un panfleto transfóbico envuelto en seda no emanado de ningún congreso. Repugna y atenta contra la dignidad”.

Además de la fractura en el Gobierno entre Unidas Podemos y PSOE, el argumentario también ha provocado discrepancias a nivel interno.

Boti García Rodrigo, directora general de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI del Gobierno de Pedro Sánchez, también se ha pronunciado diametralmente en contra; al igual que la portavoz de Podemos, Isa Serra, quien a través de Twitter ha reprochado que “esta deriva de una parte del feminismo que asumen hoy abiertamente desde el PSOE” supone “un repliegue excluyente que quiere negar derechos a las mujeres trans como si algo estuviese amenazado”.