No son nuevos estos actos de acoso por parte de ultraconservadores católicos a mujeres y trabajadoras de una clínica ginecológica malagueña en la que entre otros servicios, se practica la interrupción voluntaria del embarazo de manera legalizada. Siempre por estas fechas y coincidiendo con la Semana Santa, grupos de integristas montan sus posiciones frente al centro hospitalario y repiten, año tras año, sus acciones intolerantes. Todo ello con la complacencia y permisividad de la Policía que recibe instrucciones del Gobierno central para que no actúen.

Siendo grave lo que ocurre, más aún lo es el hecho de que se produzca de manera reiterada sin que desde la Subdelegación del Gobierno central se haga nada para evitarlo. Esta permisividad ya ha sido denunciada por ELPLURAL.COM en distintas ocasiones. Hartos de esta situación, el grupo municipal de Málaga para la Gente -marca en la que está integrada Izquierda Unida-, ha vuelto a presentar una iniciativa en el Ayuntamiento para que las instituciones actúen contra el atosigamiento que sufren usuarias y trabajadoras del centro ginecológico.

Constante acoso

Se trata de la tercera moción de denuncia en cuatro años, por la presencia en la calle, y frente a la clínica, de un grupo ultracatólico que protagoniza acoso y vejaciones, a las usuarias de la clínica y a las trabajadoras de la misma, sin que obtenga seguridad o ayuda, ya que cuando llaman a la Policía les dicen que no pueden hacer nada. Según el grupo municipal de Málaga para la Gente, “estamos hablando de que las mujeres vienen a una clínica que ofrece todo tipo de servicios, unas empleadas que vienen a trabajar e incluso las madres que llevan a sus hijos al colegio cercano. Es un constante acoso, mientras la Subdelegación del Gobierno prefiere multar a los yayos flautas que se concentran para exigir pensiones dignas”.

 

Rapidez de la policía en el 8M
La edil de esta formación, Remedios Ramos, rememora el último 8-M y la rapidez con la que algunos representantes de las instituciones públicas y partidos políticos han querido aparecer como defensores del feminismo, mientras que el día a día demuestra todo lo contrario. “Ha costado mucho obtener el derecho al aborto”, añade la concejal, quién entiende que este acoso es también violencia contra la mujer y exige a las administraciones que actúen.

Dos  mociones en saco roto
Alberto Stolzenburg, director médico de Ginercenter, clínica frente a la que se apuestan los ultracatólicos que quieren acosar a las mujeres, recuerda que ya se han aprobado dos mociones y no ha cambiado nada. Ha destacado que se trata de una clínica concertada con la sanidad pública y que la autoridad pública debe defender el derecho de la mujer a acogerse a la ley. “El acoso es diario. Las mujeres son insultadas, coaccionadas por fanáticos que vulneran la Constitución de este país”.

YEntiende Stolzenburg que las mujeres no los denuncien porque ya es traumático el acto de abortar, para luego tener que rememorarlo en los juzgados. La clínica ha presentado tres denuncias “de las que no tenemos noticias” y  Alberto Stolzenburg recuerda que el pasado año tuvieron permiso de Subdelegación para estar 30 días concentrados frente a la clínica.