El rapero norirlandés Liam Óg Ó hAnnaidh, conocido artísticamente como Mo Chara e integrante del grupo Kneecap, compareció este miércoles ante el tribunal de primera instancia de Westminster acusado de infringir la ley antiterrorista británica por haber exhibido una bandera de Hezbolá durante un concierto en Londres en noviembre de 2024. La acusación, presentada formalmente el pasado 21 de mayo, sostiene que el músico ondeó el emblema del movimiento libanés proscrito en el Reino Unido y gritó “¡Arriba Hamas, arriba Hezbolá!” durante la actuación en el O2 Forum de Kentish Town. Tanto Hezbolá como Hamas figuran en la lista de organizaciones terroristas del gobierno británico, y mostrar apoyo a estas formaciones constituye un delito.
El caso se remonta a mediados de junio, cuando Mo Chara fue citado por primera vez ante el mismo tribunal. En aquella ocasión, el rapero, que se presentó con una kufiya sobre los hombros, se limitó a confirmar su identidad, mientras sus abogados denunciaban que la acusación había sido presentada fuera del plazo legal de seis meses. La vista quedó entonces aplazada hasta finales de agosto y el músico fue puesto en libertad bajo fianza incondicional. Sus compañeros de grupo, Moglaí Bap y DJ Próvaí, acudieron también a la audiencia para mostrarle apoyo.
Desde el inicio, Kneecap ha rechazado las acusaciones y calificado el proceso de decisión “política”. En un mensaje publicado en su cuenta oficial de X, la banda afirmó el martes que “Mo Chara regresará al tribunal de primera instancia de Westminster, mientras el gobierno británico sigue desviando la atención”, y llamó a participar en una manifestación de apoyo convocada antes del inicio de la audiencia. El fiscal encargado del caso, Michael Bisgrove, ha recalcado, no obstante, que “el caso no trata sobre el apoyo de O’Hanna al pueblo palestino ni sobre sus críticas hacia Israel”, sino de una supuesta infracción concreta de la legislación antiterrorista.
La polémica en torno a Kneecap se ha intensificado en los últimos meses a raíz de sus posiciones políticas. En junio, el trío actuó en el festival de Glastonbury pese a la petición expresa del primer ministro laborista Keir Starmer de retirarlos del cartel. “Glastonbury, ¡soy un hombre libre!”, proclamó Mo Chara desde el escenario, en un concierto convertido en símbolo de resistencia para sus seguidores, que corearon consignas como “Free Mo Chara”. La BBC evitó retransmitir la actuación en directo, aunque posteriormente la incorporó a su plataforma iPlayer.
Fuera del Reino Unido, Kneecap también ha generado controversia. El gobierno de Hungría, estrechamente alineado con Israel, decidió prohibir la entrada al grupo durante tres años, lo que frustró su participación prevista en el festival Sziget de agosto. Las autoridades húngaras justificaron la medida alegando que la banda promovía odio antisemita y apoyo a organizaciones terroristas, acusaciones que Kneecap ha rechazado de plano al considerarlas un intento de silenciar sus denuncias contra la guerra en Gaza.
Formado en Belfast en 2017, Kneecap se ha consolidado como uno de los grupos más provocadores y políticamente explícitos de la escena musical europea, mezclando rap en inglés e irlandés y abordando desde el republicanismo hasta la juventud proletaria, siempre con un fuerte componente satírico. Su segundo disco, Fine Art, publicado en 2024, vino acompañado de una película homónima que incluso fue nominada a los Oscar de 2025. Ahora, sin embargo, el futuro artístico de Mo Chara podría verse condicionado por un juicio que ha puesto en entredicho los límites entre libertad de expresión y legislación antiterrorista. La decisión del tribunal sobre si el proceso se ajusta o no a los plazos legales marcará los próximos pasos de un caso que ha trascendido lo judicial para convertirse en un debate político y cultural en toda regla.