Después de un fulgurante debut con Roneo Funk Club (2023), La Plazuela regresa con su nuevo proyecto, Lugar Nº0, un álbum de construcción sólida y dedicada, que lleva cociéndose a fuego lento 2 años y hace de primera pisada para los artistas en el panorama. Ese es precisamente el reto al que se enfrentan, el de demostrar que "lo del primer disco no fue suerte", como dice Miguel Hidalgo, El Indio, la mitad de grupo junto a Nitro. Después del limbo, llega la consagración, y eso es este nuevo proyecto.
El dúo granadino apuesta esta vez por una jugada más arriesgada, remezclando más que nunca el sonido disco, funk y kinki con sus inclinaciones tradicionales. Raíces folclóricas, envoltorio setentero y sensibilidad moderna. Una fórmula que funciona muy bien y que se suma a la ola de reinterpretación musical del flamenco, en la órbita de otros artistas como Ángeles Toledano, Califato ¾ o Curro.
En este panorama se despliega La Plazuela, dos chavales de Granada a medio camino entre Los Chunguitos y los modernos de ciudad que ya reventaron los medidores con temas como Peíname Juana hace un par de años. Indio y Nitro se mueven con aura y desparpajo por el barrio y la escena. Pero si algo define a La Plazuela es su rechazo a la nostalgia vacía. Su música bebe del flamenco, pero no desde la reverencia rígida, sino desde la reinterpretación creativa. Sus letras están puestas en los lugares de siempre, las relaciones, la precariedad y el vacileo. Un paisaje sonoro donde conviven cajones y palmas con bajos sintetizados y texturas electrónicas aún más alejadas del funk que vio nacer al dúo.
El lugar Nº0 de La Plazuela
El nuevo disco del dúo granadino parte de un monólogo que triangula la posición de los artistas desde el minuto cero. Con el track que da nombre a su disco junto a las siglas DLY -Don’t Lose Yourself- ambos sientan las bases sobre la necesidad general de recuperar la calma, la soledad elegida, y abandonar el ritmo frenético de una industria musical, asfixiada y artificial. Se pone en valor la escucha con atención y el se exigen paladares pacientes y dispuestos. Toda una declaración de intenciones. Es precisamente este el que parece ser el lugar número 0 del que empezar a construir algo que perdure.
"Somos espectadores inconscientes de una distracción constante", nos dicen Nitro y El Indio, sobre la rueda agonizante del algoritmo. Contra ello, nos piden que les escuchemos, que nos tomemos nuestro tiempo, que consumamos en lugar de dejarnos consumir. Lo mismo que han hecho ellos en pos de esculpir algo delicado.
El flamenco del asfalto
En su propuesta no se reconoce un intento de actualizar el flamenco, sino de hacerlo dialogar con la vida urbana contemporánea, con sus ritmos fragmentados, su estética híbrida y un abanico de identidades. Sin embargo, este disco no hará alarmar a los fans, porque Indio y Nitro siguen sonando a Los Chunguitos remasterizados, a esa rumba suburbial, a espabilaos. En Lugar Nº0, este imperativo se funde con otras aguas.
Tracks como Mala de verdad -uno de los adelantos del álbum- vertebran la parte más urbana del proyecto, que se acerca incluso al pop electrónico, aunque siempre respetando las querencias flamencas, representadas especialmente en su perfecta colaboración con Ángeles Toledano, -la acertadísima Solo eres pa mi- o en 18010, propia de cualquier banda sonora del cine kinki.
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