Marlon Collins tiene hambre. Cada vez que se siente reprmido y necesita foguear su yo interior se repite a sí mismo: "Violéntate". Hablamos de un artista que rompe completamente con los canónes esperados por un artista que nunca ha sacado música. Curtido en el Barroco y desarrollado en sonidos maximalistas, Marlon Collins tiene entre manos un proyecto muy serio.
P: ¿Quién es Marlon Collins? ¿Qué lugar ocupa en la industria?
R: Marlon Collins es un chaval que juega mucho con los alter-egos. Me mola crear universos a lo David Bowie, pero yo lo hago en cada canción. En este caso he querido hacerlo como si fuese una editorial, con sus fotografías y su trabajo. Me metí tres años haciendo este proyecto porque me considero un artista que prioriza el arte; hago esto porque es lo que me da vida, es parte de un sueño. Incluso creo que la música que hago es para frikis del arte. He creado una experiencia sonora, visual y performática.
P: ¿Cómo desarrollas estos sonidos y estos proyectos tan conceptuales?
R: En ese momento estaba de moda el minimalismo con Motomami de Rosalía. Yo tenía algo que contar y quería romper con todo y traer el maximalismo de nuevo. Estuve estudiando el Barroco, donde todo es grande, dramático e intenso, y lo mezclé con lo urbano. Así salió la primera canción.
P: ¿De qué influencias exactas partías?
R: De absolutamente todo el arte del Barroco. Influyó mucho en que en uno de los visuales saliese vestido de Dios y tuviese esa estética. También tengo referencias a La Naranja Mecánica o No Country for Old Men, película en la que trabaja Javier Bardem. En general, buscaba cosas que me hiciesen salir de mi zona de confort. Me da rabia porque ahora Rosalía viene con el maximalismo de nuevo y hemos salido el mismo día. A nivel musical estudio mucho a Kendrick Lamar, David Bowie, Queen, Beatles, etc. También música jamaiquina, que no tiene nada que ver pero eso es lo que mola.
P: ¿Cómo se te ocurren tantos papeles en los visuales?
R: Escuchando el álbum como conceptual, como un arte muy sensorial. Yo estudié actuación y sigo siendo actor. No te digo que haya sido fácil; cuando me vi vestido con un corsé me chocó. Pero el equipo me ayudó muchísimo a seguir adelante. A la gente le da mucho morbo, me ha llegado de todo a los mensajes de Instagram. Antes de este EP era bastante tímido, muy metido para dentro, pero este ha sido más una liberación. Salgo a la calle, confío en mí y me la pela todo.
P: Básicamente, para el proyecto, ¿te has puesto en un círculo, has cogido mil influencias, las has estudiado, las has metido todas en él pero haciéndolo a tu manera?
R: Sí. Si queremos ponerle una etiqueta, yo veo Caballo Negro como avant-garde. La gente puede catalogarlo como pop, pero es pop caótico si acaso.
P: ¿A quién le cantas en este EP?
R: Realmente a nadie. No sé si te ha pasado que rompes con una chavala y de repente todo su entorno, que también era el tuyo, te da la espalda. Este EP es como volver a ser el protagonista de mi vida después de llevar tiempo siendo un personaje secundario. Yo creo que los hombres nos empoderamos muy poco; no hablamos desde el amor propio.
P: También es cierto que cuando se hace se tacha enseguida de ególatra.
R: Eso lo dice gente que no tiene confianza en sí misma. Enfoqué este proyecto poniendo por delante quedarme conmigo mismo en vez de pensar “estoy solo”. Hay que demostrar confianza y pisar fuerte.
P: Es que si no pisas fuerte no entras…
R: Claro. Hay que entrar fuerte y demostrar lo que vales. Yo odio que me llamen artista emergente. La gente se sorprende porque haya entrado con esto sin haber sacado música antes, pero eso no significa que no lleve años haciéndola.
P: Bebes de España y Cuba. ¿Qué has cogido de cada cultura?
R: Soy muy camaleón, tengo mucho de Cuba pero también mucho de español. De Cuba he aprendido muchísimo y España tiene cosas que me flipan, especialmente la música underground de aquí. Lo que hago es tirar de ambos sitios sin copiar a nadie. Gracias a Dios en Cuba están súper locos con el proyecto.
P: ¿Tienes mucho apoyo de Cuba?
R: Sí, también de Miami, Brasil, incluso México. Hice el disco en Cuba, por cierto.
P: Es normal, a mí no me evoca nada crear en Gran Vía.
R: Claro. Estás frente al mar, con una botella de ron, terminas de grabar y no pasa nada. Acabas con el productor y te vas al malecón, te sientas a tomar una cerveza y sigues hablando del EP frente al mar. El tipo de creación es diferente, y la gente también.
P: Ahora proyecto Eurovisión, ¿te ves con posibilidades reales de clasificar?
R: Sí, completamente. Estoy muy seguro de la propuesta que hemos presentado. La trabajo con Dora y sentimos que tenemos algo sólido y distinto. Eurovisión tiene su politiqueo, eso lo sabemos todos, pero justo por eso presentamos algo que juega con lo urbano de una forma pensada y cuidada. Jugamos con los clichés de Eurovisión a nuestro favor.
P: Expandiendo a Europa, ¿con quién te gustaría colaborar?
R: Me encantaría trabajar con FKA Twigs, James Blake y la escena del trip-hop británico.
P: ¿Y a nivel nacional?
R: Con Dora ya estoy trabajando. Me encantaría con Diego 900, Ralphie, Nusar, del que bebe muchísimo mi productor, y también con AMORE.
P: El otro día flipé con tu live session en la Listening Party, ¿tienes planes de subirla a plataformas?
R: Aún falta esa parte performática de la que te hablé antes. También haremos alguna Live Session y aún queda Caballo Blanco…