En el panorama musical emergente, donde cada semana nacen nuevas voces y propuestas, hay artistas que logran conectar con el público de una manera genuina y poderosa. Mafalda Cardenal es una de ellas. Madrileña, compositora y cantante, comenzó su carrera casi por accidente, colgando canciones que componía en la intimidad de su habitación sin grandes pretensiones. Lo que comenzó como un acto espontáneo se convirtió rápidamente en una trayectoria en ascenso: de tocar en salas pequeñas como la Moby Dick a llenar La Riviera en tan solo dos años.
Con su primer disco Mis notas de voz, Mafalda ha consolidado su estilo: letras sinceras, melodías honestas y una sensibilidad que conecta con miles de oyentes. En esta entrevista, la artista comparte su visión sobre la música, las redes sociales, la presión de la industria y el valor de mantenerse auténtica en un entorno tan cambiante.
Pregunta (P):Tu carrera musical comenzó casi por accidente, ¿cómo viviste ese momento inicial y qué te motivó a seguir?
Respuesta (R): Nunca tuve ninguna expectativa de ‘quiero ser cantante’. Escribía sobre lo que me pasaba y lo subía. A mis amigas les gustaba, pero jamás pensé que llegaría a tanta gente. No tener presión me permitió seguir creando por gusto, y creo que eso me ha traído hasta aquí.
P: ¿Te imaginaste alguna vez como una show-woman?
R: Nunca. No soy tímida, pero me daba vergüenza estar en un escenario. El primer concierto fue en la Moby Dick y no quería hacerlo, pero mi madre me obligó. Desde que puse un pie en el escenario dije: no me quiero bajar. Me encantó.
P: Tu madre parece haber sido clave en tu proceso, ¿algún consejo suyo que te haya marcado?
R: Ella siempre me dice: ‘Nada es tan importante’. Eso me ayuda a relativizar. Ni lo malo es tan malo, ni lo bueno es tan bueno. Y si un día la cagas, no pasa nada, nadie está tan pendiente de ti.
P: ¿Cómo llevas tu relación con las redes sociales ahora que son también parte de tu trabajo?
R: Antes me divertían más, ahora a veces me agobian. Pero reconozco que son ultra positivas. TikTok, por ejemplo, es un escaparate gratuito brutal. Tiene sus cosas malas, pero las buenas ganan.
P: Tu disco se llama Mis notas de voz. ¿Qué hay detrás de ese título?
R: No hay misterio. Son literalmente mis notas de voz. Es como un diario emocional de los últimos dos o tres años. No es un disco conceptual, pero sí más homogéneo que mis singles anteriores. Todas las letras y melodías las he hecho yo.
P: Tus canciones conectan mucho con la gente, ¿cómo logras transformar emociones personales en algo tan universal?
R: Escribo sobre lo que me pasa, sin pensar en si alguien se va a sentir identificado. Pero luego me doy cuenta de que sí, que no estoy loca y que a todos nos pasan cosas parecidas. Eso consuela mucho.
P: ¿Tienes ya nuevos proyectos en marcha?
R: Sí, en junio saco una colaboración con un artista venezolano que me encanta. Es una bomba y creo que va a sorprender mucho. Estoy muy ilusionada.
P: ¿Esperabas este nivel de impacto emocional en tu público?
R: Para nada. En mi vida real no soy muy expresiva, pero en las canciones me lanzo de lleno. Me escriben diciendo que mis letras les han ayudado a superar rupturas, y eso me emociona muchísimo.
P: ¿Cómo ves el papel de los artistas emergentes en esta industria tan rápida y cambiante?
R: Tiene su parte buena y su parte mala. Hay mucha más oferta, pero también mucha más presión. Lo importante es encontrar tu nicho, aportar algo distinto. Si quieres sobrevivir en una industria rápida, tienes que adaptarte.
P: ¿Qué consejo darías a quienes empiezan ahora, como tú hiciste desde tu habitación?
R: Que no les dé vergüenza, que no se rayen por lo que piense la gente. Escribir sobre lo que te pasa es terapéutico. Si haces buena música, tarde o temprano llega tu momento.