El escritor murciano J. de Haro publica su primera novela titulada “Eco de Verdad”, una obra de ficción que tiene mucho de actualidad. El también electricista de profesión se imagina un mundo en el que la mentira reciba un castigo a través de un virus. ¿Se imaginan a los políticos que se inventan curriculums?

J. de Haro se pregunta qué pasaría si decir una mentira tuviera un precio inmediato. El virus se llama ECO. Es doble: uno informático y otro biológico. El primero detecta las mentiras en el mundo digital; el segundo actúa sobre el cuerpo humano. Juntos, forman un sistema implacable que no se deja sobornar ni manipular”. En esta entrevista el autor nos revela detalles de una novela que tiene mucho de hartazgo ante el dominio de la mentira en la vida pública.

Pregunta: - ¿En qué momento la mentira se apoderó de la sociedad?

Respuesta: - En el momento en que dejó de tener consecuencias. Cuando vimos que se podía mentir en público, desde un atril o en televisión, y no pasaba nada. Ese día la mentira se normalizó y pasó a formar parte de la rutina.

P: - ¿Qué cuentas en tu primera novela “Eco de Verdad”?

R: - Es la historia de un virus que castiga a quienes mienten. Pero más allá de la ficción tecnológica, es una metáfora sobre lo que somos: una sociedad que ha aprendido a vivir rodeada de mentiras. La novela plantea una pregunta incómoda: ¿qué pasaría si decir una mentira tuviera un precio inmediato?

P: - ¿Cómo electricista has sido testigo de muchas mentiras?

R: - Sí, la mentira está en todos los ámbitos, también en lo cotidiano. Promesas que no se cumplen, presupuestos que no cuadran, excusas para justificar retrasos… Pero las mentiras de mi ámbito laboral normalmente suelen tener consecuencias, porque cuando alguien miente a un cliente, lo normal es que ese cliente no vuelva a contar con él. Ojalá en política pasara lo mismo.

P: - ¿La mentira se aprende o es innata del ser humano?

R: - Creo que se aprende. Los niños de pequeños no suelen mentir, pero a lo largo de la vida van aprendiendo. Si en una sociedad la mentira está instalada, los niños la verán normal y la utilizarán mucho mas.

P: - Si el virus de tu novela se hiciera realidad, ¿tendríamos mejores políticos?

R: - Sin duda. La política se basa muchas veces en prometer lo que no se cumple. Con ECO, esa práctica desaparecería de inmediato. Solo quedarían aquellos capaces de decir la verdad aunque duela.

P: - ¿Ni un mentiroso compulsivo se escapa al control de ese virus que castiga a quien no dice la verdad?

R: - No. Esa es la esencia del virus: no entiende de excusas ni de hábitos. Un mentiroso compulsivo estaría tan expuesto como cualquiera. ECO no distingue entre compulsión o cálculo: detecta la mentira y actúa.

P: - ¿La mentira se usa como estrategia para confundir a la población?

R: - Por supuesto. Y el mejor ejemplo son los currículums inflados de algunos políticos. Si alguien miente sobre su formación, está manipulando la confianza del votante. En el mundo de Eco de Verdad, esa mentira sería castigada al instante.

P: - ¿Crees que volverá a dar vergüenza mentir en público?

R: - Debería, pero hoy no. Hemos normalizado la mentira hasta el punto de que muchos la justifican con cinismo. Recuperar la vergüenza de mentir sería un gran avance social.

P: - ¿El escritor sobrevivirá al electricista?

R: De momento conviven. El electricista es mi oficio; el escritor me da voz y libertad. No sé si uno sobrevivirá al otro, pero sí sé que escribir me ha abierto un camino que ya no quiero soltar.

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