Ariadna Tuxell, mossa d’Esquadra convertida en escritora, o viceversa, triunfa con 'Sombras en la ciudad' (Malpaso Ediciones), la primera novela de una trilogía que ocurre en Barcelona, la ciudad de esta mujer que se considera un cóctel molotov que explota de manera intensa cuando combina todos los factores que mueven su vida. Erotismo y misterio son las fortalezas que integran su obra, una de las principales culturas del dark romance, un género literario que va más allá del romance tradicional.
Pregunta: - ¿Eres una policía que escribe o una escritora que decidió ser policía?
Respuesta: - ¡Soy ambas, sin orden ni jerarquía! Siempre he tenido vocación por las dos cosas. De pequeña soñaba con escribir y también con llevar uniforme. Al final, no quise renunciar a ninguna de mis pasiones, así que me convertí en mossa d’Esquadra y en escritora. Una vive de la acción y la otra de la imaginación… pero las dos se alimentan entre sí y no sabría vivir sin ninguna.
P: - Agente activa de los Mossos d’Esquadra, escritora de erotismo y misterio. ¿Un cóctel molotov?
R: - Totalmente. ¡Y no sabes lo bien que explota cuando lo mezclas bien! Trabajo en una unidad de formación, soy instructora de tiro, y luego llego a casa y me meto de lleno en historias de corrupción, deseo, traición y crimen. ¿Contrastes? Muchos. ¿Aburrirme? Jamás. Supongo que esa mezcla tan intensa es lo que hace que mis novelas tengan tanta vida… y tanta oscuridad.
P: - ¿La sargenta Beatriz Ayala es el alter ego de Ariadna Tuxell?
R: - Pues mira, Beatriz lleva mi nombre real, algo que nunca antes había hecho con un personaje. Y además, también es mossa d’Esquadra. Así que… sí y no. Tiene cosas de mí, claro: carácter fuerte, instinto, esa obsesión por la justicia… pero también tiene sus propios demonios, una vida amorosa bastante más agitada que la mía, y una capacidad innata para meterse en líos. La veo como una versión exagerada, más intensa, más visceral… y con muchas capas.
P: - Cuéntanos de qué trata tu novela ‘Sombras en la ciudad’.
R: - Es la primera parte de una trilogía que mezcla novela negra, thriller y dark romance. La historia arranca con un accidente tras una noche de excesos protagonizada por tres chicas de la alta sociedad barcelonesa, las "triple A". A partir de ahí, se destapan secretos, pactos turbios y una red de corrupción donde el poder y el deseo se entrelazan de forma peligrosa.
Beatriz Ayala, la sargenta encargada del caso, empieza a tirar del hilo… y se encuentra con un entramado en el que nadie es inocente, ni siquiera ella. Es una historia de sombras, de decisiones límite, de pasiones que arden en lugares donde no deberían… y de una ciudad que es tan cómplice como escenario.
P: - ¿Barcelona es el escenario de toda tu obra?
R: - Barcelona es mi ciudad y, en esta trilogía, no podía imaginar un lugar mejor. Tiene ese contraste perfecto entre el lujo y el peligro, lo visible y lo que se oculta. La Barcelona nocturna, la de los clubs privados, los secretos entre bambalinas, las miradas que lo dicen todo y no dicen nada… Es el marco perfecto para historias intensas, retorcidas y llenas de tensión.
Eso sí, en las siguientes entregas habrá movimientos. Los personajes no van a quedarse quietos, las sombras no entienden de fronteras y las miradas de algunas personas no sabrán guardar secretos.
P: - ¿Por qué incursionas en el género del “Dark Romance”? ¿En qué se diferencia de la literatura romántica tradicional?
R: - Porque el dark romance me permite hablar del amor desde un lugar más real, más crudo y, sí, también más oscuro. Aquí no hay amores perfectos ni finales de cuento. Hay deseo, obsesión, traición, dilemas morales… y relaciones que te hacen cuestionar cosas. A diferencia de la romántica tradicional, en el dark romance no sabes si los personajes se van a amar o a destruir… Y esa tensión, ese peligro emocional, ¡me fascina! Me gusta moverme en los grises, en lo que incomoda, en lo que genera conflicto interno. Y, sobre todo, me gusta que el lector se quede pensando: ¿Y si esto me pasara a mí?
P: - ¿Eres la escritora favorita de los Mossos d’Esquadra?
R: - ¡Eso tendrían que decirlo ellos! Lo que sí sé es que muchos me leen, y con mucho entusiasmo. Algunos empiezan con curiosidad, pensando que van a encontrarse con algo suave, y luego me escriben diciendo: 'Ariadna, no me lo esperaba así… ¡me he enganchado!' Otros vienen con sonrisas traviesas a preguntarme quién es quién en mis historias. Y los más discretos me dicen: “No diré nada, pero ya estoy esperando la segunda parte”. Así que algo bueno estaré haciendo, ¿no?
P: - ¿Ves factible que un delincuente te lea?
R: - ¡Pues claro que sí! Pero como ahora estoy en una unidad centrada en la formación policial, ya no tengo contacto directo con detenidos. Aun así, nunca se sabe dónde puede acabar un libro. Quizás alguno ya ha caído en sus manos… y se ha quedado pensando: “vaya, esta historia me suena”. Y oye, si leer mis libros hace que alguien se replantee algo, aunque sea por un segundo, ya me doy por satisfecha.
P: - ¿Tu rol de escritora irá más allá del de policía? Y si fuera así, ¿no te faltaría la inspiración del suceso diario?
R: - Es posible. La escritura cada vez ocupa más espacio en mi vida, y además también tengo una faceta como emprendedora, con dos formaciones orientadas a ayudar a nuevos escritores a construir sus propios casos de éxito. Ya tenemos muchos alumnos y vienen curvas muy bonitas.
Pero en cuanto a la inspiración… no creo que me falte porque la imaginación es una bestia que, cuando se suelta, no necesita hechos reales para alimentarse. Mis 23 años en la policía me han dejado un archivo mental lleno de personajes, situaciones y emociones que aún no he usado del todo. Y si alguna vez se agota… salgo a la calle, me tomo un café, escucho una conversación y ¡zas!, ya tengo otra historia.