Decía Almudena Grandes que “la felicidad es una forma de resistencia”, o más bien la alegría, y ella la hallaba en lo cotidiano, los pequeños detalles, en esa mirilla por la que posaba su mirada literaria y que escapaba al ojo ajeno. Su compendio de novelas ya es un legado en sí mismo que ha marcado la literatura española y la consolidó como una de las autoras más célebres de nuestro siglo y, prueba de ello, a su vez se reflejó en todos aquellos artículos de tono más periodístico, también humano, en El País Semanal.
Escalera Interior (Tusquets Editores) es la recopilación de seleccionadas columnas reunidas y ordenadas por Elisa Ferrer que, ahora, vuelven a tomar vida en una edición que recuerda a la Almudena más cercana, la que ejercía la educación sentimental que tanto ha marcado a distintas generaciones. El Espacio Fundación Telefónica acogió este miércoles un evento que recordó su esencia literaria y personal más pura de la mano del poeta Luis García Montero y la directora de El País, Pepa Bueno.
“Su literatura es comunidad, un edificio, los vecinos, el interior emocional”, arrancaba el vídeo en homenaje a la literata que recogía aquellas escenas de barrio en las que se inspiraba, tomando como apoyo testimonios de figuras reconocidas, como la actriz Leticia Dolera o el escritor Luis Landero, quienes enarbolaron la capacidad de la madrileña de crear belleza en lo rutinario.
Así, Escalera interior funciona como un punto de encuentro entre lectores para conocer, aún más si cabe, a la mujer detrás de la pluma. Con este telón de fondo, Montero quiso poner el acento ante la sala de espectadores en pleno centro de la Gran Vía en los tiempos que corren ahora, en cómo se percibe el periodismo, la opinión pública y el impacto de las redes sociales tanto en el aumento de crispación que han creado. “Los periodistas informan; los escritores y la ciudadanía opinan. Las redes sociales provocan cierta autocensura en la opinión”, comenzó, reiterando que Almudena escribió siempre partiendo de aquella educación sentimental que la caracterizaba, y de la que reconoció que “era fruto de un proceso histórico”.
Almudena Grandes sabía que la literatura permite al autor meterse dentro de la historia de una manera que los libros de texto históricos, así como la memoria histórica, no capta de la misma manera, de ahí parten sus obras centradas en las historias personales y escondidas de la II República y de la Guerra Civil a las que ella dio voz, cara y ojos.
Desde un punto de vista más periodístico, también lo mostró la directora de El País, diario que durante años y años acogió periódicamente sus artículos de opinión que retrataban su visión social de España: “Almudena representa la España luminosa. (…) Era la anticaricatura, su libro es redondo e imposible de etiquetar”, ensalzó Bueno.
Recordando aquellos días en la radio y cuando mandaba sus columnas cada 15 días, Bueno hizo gala del legado de la escritora reiterando que, en cuanto a cómo plasmó la memoria histórica de nuestro país en sus textos, era “insobornable”: “Su compromiso único e íntimo era utilizar su altavoz para aquellos que no tenían”.
En esencia, Escalera interior se compone de recuerdos y vivencias, de escalones que pisaron, bajaron y subieron otras personas pero que, con la mirada interna, crítica y sensorial de Almudena Grandes, sus historias permanecen intactas a través de las palabras.