La Élite no es solo un grupo. Son un símbolo. Era febrero de 2022. España llevaba arrastrando casi dos años de Covid. Una sociedad amordazada por un trozo de tela estaba necesitada de gritos, sudor y caos. La Sala Sol anunció un concierto de un grupo llamado La Élite. Sin restricciones. El dúo catalán llevaba unas pocas semanas sonando en mis cascos. Aquella noche, en el escenario vimos a un tipo espigado detrás de un teclado y otro, con gorra, luciendo tatuajes, en chándal y un micrófono. ¿Qué coño van a hacer estos dos? Comenzó a sonar ese synthpunk adictivo que dio paso a una liturgia ahogada en punk, cerveza, pogos y pasarse la normativa del Estado por el forro. En ese concierto, fuimos felices. Volvimos a sentir el contacto humano que nos quisieron arrebatar. A abrazar entre sudores a desconocidos. Subimos al escenario e hicimos aéreos. Gritamos. Bailamos con nuestros colegas, porque colegas éramos todos. La Élite nos volvió a regalar la sensación de ser niños otra vez y descargar un instinto primigenio de libertad.
Dos años después, tras Nuevo Punk, La Élite saca su nuevo trabajo, Escaleras al Cielo. Misma fórmula y cero complicaciones. Esa es la clave de su éxito.
Pregunta: En la última entrevista que hicimos, dijisteis: “Somos tan desgraciados que esto va a durar mucho tiempo”.
Yung Prado: Es mucho más de lo que decían las apuestas.
P: ¿Cómo han sido estos dos años?
Yung Prado: Han pasado volando. Lo que más hemos hecho ha sido dar conciertos y, desde finales de 2023, nos ha dado tiempo a ir grabando lo nuevo.
Diosito: A mí me ha pasado todo muy rápido.
P: La fórmula de La Élite está clara. Synth Punk, pogos, ironía, precariedad, absurdez y sentimientos. Repetís esto en Escaleras al Cielo.
Diosito: Las temáticas han ido siempre en torno a nuestro día a día. A veces la gente se sorprende por ver a un grupo de punk hablando de sus sentimientos. Pero el punk es todo contrario.
Yung Prado: Hablamos de lo que queremos. Igual el siguiente analizamos la diferencia entre la Coca Cola normal y la Zero. Entre si azúcar sí o azúcar no.
En un concierto de punk hay pogos y mucho respeto
P: ¿Es Escaleras al cielo una metáfora sobre la muerte?
Yung Prado: Siempre hacemos la broma de que se va a terminar el grupo. Es un poquito eso.
Diosito: Es un nombre que te puedes tomar de muchas maneras. Te lo puedes tomar cómo una muerte o como que estás en el top. Próximamente se verá todo más claro. Palabra.
Yung Prado. O que estás en las escaleras, no las has subido y te enfrentas a la incertidumbre de que no sabes qué va a pasar.
P: ¿Cuál sería ese cielo que queréis alcanzar?
Diosito: No tocar en todo el año y tener un montón de pasta.
Yung Prado: O no tener nada de pasta y tocar todo el año.
Diosito: Ese cielo ya lo hemos vivido.
P: En Me despido de ti se ve ese lado sensible que también os caracteriza.
Diosito: Nil empezó esta idea y me hizo un montón de gracia. Era una mezcla entre algo cute (adorable) y mucho odio.
P: ¿Cómo suele ser vuestro proceso de creación?
Yung Prado: Depende, pero uno de los dos suele empezar algo y después nos juntamos para terminarlo.
Diosito: Desde que no estamos pringando en otros curros, hay más facilidad para juntarnos y hacer más cosas. Mola más compartirlo todo para darle mejor forma.
P: Quería preguntaros por Otra noche más y concretamente, por Pokito Paranoiko
Yung Prado: Es de Tárrega, nuestro pueblo.
P: He visto en Instagram que también hace Kick Boxing.
Diosito: La verdad es que le pega fuerte. Nos conocimos en el instituto. Vino a nuestra clase porque repitió y le acogimos. Nos enseñó mucho sobre punk y siempre ha hecho música.
Yung Prado: Llegó a clase en 2º de la ESO con botas, cresta, pantalones pitillos apretadísimos. Y sigue siendo así.
Diosito: Y sigue siendo el más punki.
P: En el otro extremo está Diego Ibáñez, cantante de Carolina Durante. Colaboráis en Plan de Mierda y habéis hecho un Gallery Sessions con él. ¿Qué tal fue?
Yung Prado: A Diego lo conocemos desde el primer concierto que dimos en el Weekend del Primavera Sound y fue de los pocos que vino a bailar con sus colegas. Nos hemos ido viendo en festivales y al final surgió esta colabo. Le pasamos una cosa que ya teníamos hecha y salió bastante bien a la primera. Lo del Gallery lo hicimos porque querían algo que rompiera con su movida, que está más enfocada a la música urbana.
P: Con Nerve Agent hacéis Frank Cuesta. ¿Por qué este título?
Yung Prado: Hicimos entre todos la letra y hacía gracia titularla así. Apuntaron ellos la letra esta y al final entre todos dijimos que nos hacía mucha gracia que el nombre fuese Franco.
Diosito: Casi le mata una cabra.
P: Vaya documento.
Diosito: Es el final que tiene que tener.
Yung Prado: Como aquel australiano que murió por la picadura de una mantarraya.
La música está hecha para que se escuche
P: Con MDA hacéis Cucaracha Sexy, un tema bastante onírico.
Diosito: Es un tema muy invernal. Le mandamos un estribillo, cogió referencias cinematográficas y acabó terminándolo. Le inspira mucho Sid Vicious. Se vio la peli de Sid and Nancy y de su paranoia acabó haciendo esta canción.
Yung Prado: Le salen siempre conceptos muy guapos. Después fuimos a grabar con Rojuu, se lo enseñamos y se partía el culo. ‘Solo le podía salir esto a M’, decía.
P: ¿Qué valoración hacéis del paso del underground a que vuestra música comience a llegar a un público más amplio?
Yung Prado: Nunca nos hemos encerrado en un nicho underground. Creemos que la música está hecha para que se escuche y cuanta más gente lo haga, mejor. Estamos en un momento muy atomizado y se colabora con todo el mundo. Es muy bonito porque es la forma de que salgan cosas buenas.
Diosito: Hay muchas bandas que hacen cosas distintas y se juntan para colaborar entre ellos. Ya no es lo típico de un concierto de un grupo de punk, sino el de alguien que intenta hacer algo diferente.
P: Al final es un concepto interesante en coger la música de los márgenes y hacerla pop.
Yung Prado: Al final esos sonidos han terminado siendo populares. Es algo natural.
Diosito: Mira The Clash.
Yung Prado: Pasa también con el hip hop o el reguetón. Era música de lo más apartada y nicho.
Diosito: Me parece difícil ver algo muy positivo como algo malo.
P: No puede ser nunca malo que te escuche mucha gente porque eso significa que estás haciendo algo bien.
Yung Prado: Además no es algo que decidamos nosotros, lo decide la gente.
P: Habéis montado vuestro propio sello, Discos Gele. ¿Qué os ha llevado a ello?
Diosito: Ha sido un proceso muy orgánico. No estábamos contentos en el otro sello.
Yung Prado: Nos vendieron que era el mejor sello y eran como todos. No tenía ningún sentido.
Diosito: Te metes con un sello pequeño que te va a hacer un trato como Universal pero sin tanto dinero.
Yung Prado: Ahora lo estamos haciendo como antes. No nos cuesta más trabajo y ganamos más dinero. Además, podemos pillar a otros grupos para ayudarles a que no pasen por lo mismo que nosotros. Contamos con Los Pintados, CLUB, los argentinos Mecha Corta, que molan un montón e Infanta.
P: ¿Qué tal el curro de oficina?
Yung Prado: Al final, no hay tanto. Tienes una distribuidora digital, una física y gestionas unas pocas cositas. Al principio teníamos más trabajo porque había que arrancar con todo.
Diosito: Lo importante es gestionar las cosas a gente que no tiene los mismos medios que tú y ayudarles para que lleguen a más gente.
P: Quiero preguntaros por una cosa muy extraña que os pasó en el Concierto BAM 2022: se subió una persona al escenario, enseñó las tetas y gritó que era una trans con el coño hormonado.
Yung Prado: No lo terminamos de entender y aún no lo entendemos. Le dejamos hablar porque quería su espacio para decir algo. No sé muy bien qué decía.
P: Se quejaba de que había un chico en silla de ruedas pasándolo mal mientras todo el mundo estaba bailando.
Yung Prado: Dos canciones antes, le dijimos a ese mismo chico que podía ponerse delante de la valla, incluso subirse con nosotros al escenario. No le dejaron responder y hablaron por él sus amigues. De repente apareció esta persona en el escenario, empezó hablando del chico este y acabó con su movida.
P: Me parece curioso porque en un concierto de Madrid sucedió algo similar. Tras un pogo, una chica se subió al escenario y soltó un discurso sobre que había mucha masculinidad tóxica en la pista. No sé si este tipo de cosas son comunes en vuestros conciertos:
Diosito: No suele pasar. En un concierto de punk hay pogos y mucho respeto. Si alguien tiene alguna necesidad o un problema, el escenario es todo suyo para subirse y estar con nosotros.
Yung Prado: Es que hemos tenido gente en silla de ruedas aupados por el público. Todo depende de la intención que tienes antes de ir a un concierto. Si vas mosqueado, te vas a mosquear más.
Diosito: Si te pones nervioso en los pogos, pues te vas hacia atrás. O nos lo dices y te subes con nosotros. Y no pasa nada, son debates absurdos. La gente viene a pasárselo bien después de una semana trabajando. Al final es una forma de expresar que es tu momento y me parece muy mal negarle eso a alguien.
P: Tenéis también vuestros proyectos paralelos. Yung Prado, por ejemplo, has trabajado con Rauw Alejandro. ¿Cómo fue?
Yung Prado: Nos escribieron desde su manegement por Instagram. Se quedó en mis mensajes recibidos y cuando lo vi pensábamos que era una broma. Nos dijeron que iban en serio, que les pasáramos las pistas para grabar y dicho y hecho. Fue todo muy normal.
P: Al menos no te pasó como a Space Surimi y ese teórico plagio.
Yung Prado: Ya me avisaron. Está todo en orden.
P: Y tú Diosito. Tocas en Exilii, un grupo de OI.
Diosito: Ahí seguimos. Por suerte, cuando no puedo ir, un colega me sustituye. Tengo otro grupo con gente del pueblo, Tárrega 91. Muy guay, la verdad.
P: ¿Os compagináis bien, no?
Diosito: Todo guay. Somos todos colegas y todo se entiende.
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