Danilo Amerise Díaz, (Argentina, 1985) es napalm creativo. Un fierro con un tambor cargado de códigos. Puro Street Knowledge. Sentado en un mesa del bar La Esperanza, situado en pleno Anton Martín, Dano recibe a ElPlural.com con un café con leche a juego con una bufanda a cuadros en cachemir, gorra beige de polo y sudadera Timbaland verde, al igual que sus ojos. Acaba de lanzar Nuevos Trapos, un trabajo virtuoso y fino. Un álbum en movimiento a través del cual el artista sigue aprendiendo que las cosas no son como uno planea. Entre Buenos Aires, Madrid y Nueva York, y con Charly García como inspiración, Dano sintetiza un viaje en 40 minutos marcados por la perfección, el lenguaje, la estética y el autoreconocimiento.
Pregunta: Da la impresión de que, una vez más, El hombre hace planes y Dios se ríe.
Respuesta: Totalmente. Esta vez lo que he hecho ha sido aprender de la experiencia para poder resolver situaciones. Siempre se me ha dado bien hacerlo para los demás; sin embargo, el perfeccionismo que le doy a mis trabajos ha provocado que todo se estire más. Nunca me han importado mucho los tiempos. Me daba igual todo, lo único que quería era construir mi catedral. Ya no. No puedo estar cinco años para hacer un disco.
P: Que es el tiempo que pasó entre Istmo y EHHPDSR.
R: Esa es la realidad. Nuevos Trapos es fruto del ahora. Cada disco surge en un momento determinado. Este álbum iba a ser un EP de seis temas, no mucho más. Pero de repente, una vez más, haces planes y Dios se ríe de ti. Surgieron varios problemas externos que me llevaron a pensar qué coño estaba haciendo. ¿Contra quién lucho? ¿Por qué sufro y ante quién? ¿Para qué? Si nadie sabe que esto va a ocurrir, ¿a quién le importa? A nadie, solo a ti. Entonces, di un giro de 180 grados, cogí la música que me gusta a hacer, los temas que más me han marcado esta últimos meses y para dentro.
P: Como Charly Garcia en Clics Modernos.
R: Cuando va a Nueva York a hacer el disco ya tenía un concepto y un título muy claros. Sin embargo, vio en un grafiti escrito Modern Clics y en su cabeza pasó algo. Cambió todo el concepto por culpa de una foto hecha hacía 15 minutos y, en vez de llamar a su disco Nuevos Trapos, lo llamó Clics Modernos. Charly fue a Nueva York con una idea muy clara y el simple hecho de salir a la calle, provocó que el universo le hiciera cambiar de rumbo. A mí me pasó al revés. Fui a Nueva York, volví con una idea muy clara en la cabeza y la vida me hizo decir que no.
Hay momentos duros en los que estás seco, arrugado y de tu pecho no puede salir nada más
P: ¿Qué hay de nuevo en estos trapos?
R: Quería que el disco sonara fresco. No tanto a nivel estilístico porque no estoy inventando nada nuevo ni creo que me esté subiendo a ningún carro vanguardista. Simplemente, he sentido la sensación de liberarme del disco conceptual y de dónde vengo. Este trabajo es más conciso y directo, menos overthinking. Siempre con mi locura por el detalle, pero en ese aspecto me he liberado. También es nueva la sensación de rearmar un disco en cuatro meses después de tener una idea tomada y que la vida te diga que no. En vez de bloquearme y tirarlo todo por la borda, elijo reorganizar la estructura, hacer malabares, mover las piezas del puzzle y crear otra cosa.
P: ¿Qué une a Madrid, Buenos Aires y Nueva York?
R: Inviernos fríos y veranos calurosos. Son ciudades alejadas del Ecuador. Las tres tienen río, pero no tienen una gran relación con el agua. Son urbes muy urbes, también. Ciudades de asfalto hechas de gente de otro lado, donde nadie es nativo.
Tras todos los problemas resueltos y con el disco listo para ser entregado, a Dano le hacen una pregunta. '¿Qué vas a hacer con la parte de Benny The Butcher?' En ese momento Danilo colapsa. Acaba de recibir unos versos exquisitos de uno de los raperos más importantes de la escena neoyorkina. El puto Benny The Butcher de Griselda. Hay momentos en los que uno debe explotar cuando menos fuerza tiene. ¿Qué hizo Goku contra Freezer? Convertirse en Super Saiyan en el momento más dramático. Al límite de sus fuerzas, el amigo de los ladrones, Danilo de Nazaret, sacó el fuah, creó uno de sus mejores versos bajo uno de sus mejores beats y, exhausto, dejó, para mí, el mejor tema de su carrera.
P: Hablemos de Nazaret. Dices: “Que esto sirva de ejemplo de que algunos sueños se cumplen, Danilo”. Y lo expresas con energía y rabia. Hablándote a ti mismo y diciéndote, 'lo hemos hecho'.
R: Así es. Insisto en que no estamos poniendo asfaltado bajo un sol de agosto. Somos afortunados por poder expresarnos artísticamente y pagar el alquiler. Sin embargo, hay momentos duros en los que estás seco, arrugado y de tu pecho no puede salir nada más. Y de repente, tienes que hacer tu mejor canción en tu mejor colaboración y en un día y medio. Esa energía del corredor de maratón que no puede más, mira para atrás y saca una energía que no sabes de dónde coño sale, pero pega el sprint final y rompe la cinta. Tuve un momento de crisis que duró 5 minutos. '¿De qué estoy llorando y de qué me voy a quejar?', me dije. Espabila y ponte a currar. Cada segundo que pasa es una derrota. Salí del sofá, encendí el ordenador y vuelta a empezar.
P: Vaya presión teniendo en cuenta el nivel de la parte de Benny The Butcher.
R: No me esperaba algo tan bueno. No lo digo a malas, sino porque es algo que suele ocurrir en la industria. Te mandan un verso que no está mal y es lo que hay. No me habría quejado, tampoco. Pero claro, cuando llega y lo escucho digo: ‘Me cago en su puta madre, este verso es la bomba’. En ese momento no tengo escapatoria.
Para vestir Polo, o robabas o comprabas a tu colega que robaba
P: ¿Cómo le explicarias a alguien que no sabe de esto quiénes son Griselda?
R: Son los artistas más relevantes del sonido especifico que estamos haciendo nosotros en la última década. Gente que, siendo independientes, tienen billboards en Times Square. Además de su sonido, amo lo que han proyectado. Han conseguido llegar al mismo punto de éxito de otros que hacen música más actual y moderna. Y lo han hecho haciendo una mierda que suena súper cruda. Me gusta su filosofía de partir desde el sonido más único y perdido, e ir a por el bienestar. Conseguir tus objetivos sin que nadie pueda pararte. Para ellos será una mansión, un coche o un abrigo Balenciaga y para mí pagar un alquiler de mierda y algún día comprar una casa en Buenos Aires para que mi madre tenga donde caerse muerta. Ellos representan los que siempre he querido y han conseguido avivar mi llama y hacerla más grande todavía.
P: Me gustaría concentrarme en las voces femeninas del álbum. Lua Santana, que hace los coros en Notorio y La Blackie, con la que colaboras en Santería.
R: No quería tener una visión femenina cualquiera. Quería tener, precisamente, la visión femenina de La Blackie. La conozco desde hace tiempo, hemos pasado tiempo juntos y ha estado presente entre nosotros el factor humano, que para mí es muy importante. He ido viendo su evolución y su desarrollo. Aunque haga un sonido contemporáneo, noto cuando alguien tiene alma de rapper. Tengo un sexto sentido para ello. A los tres días de decírselo, me mando una estrofa en la que vomita sinceridad y honestidad. Entendió la propuesta y la hizo suya. En cuanto a Lua Santana, fue jugar a hacer mis cosas locas. También la conozco personalmente y le pedí un imposible. Encima en español. Fue muy guay y estoy agradecido de que me haya dado esa energía positiva. Encima lo grabó del tirón. Cogió el micrófono, empezó a tararear y se hizo el tema.
P: El apartado audiovisual también me ha parecido brillante y acompaña perfectamente al disco. Sencillo, estético, rodeado por tus colegas, buenos planos, referencias, códigos y ropa muy bien puesta.
R: No tenía ni tiempo ni dinero y tuve que tirar de colegas para hacerlo. Consigo una cámara, alquilo unas lentes, salgo a filmar cuatro o cinco tardes y lo que salga. Les puse el disco a mis colegas para que me dijeran qué les había inspirado. Lo que sea porque yo no tenía más ideas. David Heofs, de Bandiz Studio, me dijo que era mi mejor disco y que tenía que olvidarme de hacerlo sencillo. Había que hacer algo bueno de verdad. Le dije, uno, hazlo tú. Dos, ¿con qué dinero? Empezó la locura, nos ponemos a gestionar, se sube otro pibe al proyecto cobrando cero, fuimos contratando currantes y listo. Solo tengo palabras de agradecimiento.
P: Lo de La Ley de Murphy me parece una genialidad. Puro Hopper en Los Noctámbulos.
R: Esa era la idea. Siempre quise grabar en Home Burger. Ya tenía esa visión, pero David me ayudó a comprimirlo todo. El ve que yo lanzo imágenes, códigos, conceptos e interpreta mi música como un embudo. Entendió que los visualizer tenían que ser cada uno en un lugar y quien salga debe ser gente que haya hecho que yo sea como soy. A nivel gráfico, fue lo mismo con Gonzalo Hergueta. Él vio que yo era el medio a través del que se narra. David hizo el macrocosmos y Gonzalo el microcosmos. Llevo toda una vida siendo mi propio director creativo y eso tiene un límite. Nunca te vas a ver como te ven los demás desde fuera y nunca tendrás una visión objetiva de ti mismo.
Dano es un exponente de la cultura Lo Life en España. Este término engloba a un colectivo nacido en Brooklyn, Nueva York, a finales de los años 80, formado principalmente por jóvenes afroamericanos y latinos que comenzaron a destacar por su obsesión con la ropa de la marca Polo Ralph Lauren, la cual robaban en tiendas de lujo para luego lucirla como símbolo de estatus y rebeldía. Más que una banda criminal, el Lo Life se convirtió en una subcultura urbana que mezclaba hip hop, moda y supervivencia callejera, resignificando una marca pensada para la élite blanca como emblema de orgullo y estilo en los barrios marginales. Con el tiempo, su estética influyó profundamente en la moda del rap y la cultura streetwear global.
P: Eres un exponente del Lo Life español.
R: Aquí llegó la misma movida. El tema Polo y el robar. La gente iba a robar Polo y North Face a El Corte Inglés y lo vendían a mitad de precio. Ha sido y es una cultura muy grande en España de la que hay que hablar lo justo y necesario. Es parte de lo que he vivido en Madrid. De ir a casa de un colega, que te abra el armario y eso sea una tienda. O robabas o comprabas a tu colega que robaba. Así compre todas mis primeras prendas de Polo. Recuerdo que nuestro colega Josito contactó con los fundadores de Brooklyn de Lo Life y le dieron el ok para montarlo en Madrid. Me siento muy afortunado de formar parte de ese primer grupete. Fue la polla.
P: Más allá de toda esa apología de las marcas, recojo una frase de Nazaret: “Hay noches que sigo soñando con un Oyster Perpetual, pero no va a curar las heridas que no se detectan”.
R: Las cosas no son cosas, son símbolos. Me he apropiado de un término de Lil Supa. Él lo llama ‘lo aspiracional’. No uso Polo porque me represente la gente que juega al golf. Para mí representa a los chavales latinos y afroamericanos que no tenían eso, pero aspiraban a tenerlo. No me voy a quedar metido en la caja que la sociedad y la política me están marcando. Es una especie de guerra cálida. Nadie te dice que no puedes salir de ahí, pero al mismo tiempo, todo te dice que sí. A pesar de no haber una barrera física, hay miles de impedimentos y la gente no termina de entenderlo. La peña no sabe qué es ir a una boutique y que no te dejen entrar por tus pintas o por tu color de piel. Ese tipo de cosas se acumulan en el alma y la memoria. Cuando tienes el poder adquisitivo o la fuerza bruta para apropiarte de una cosa, puedes sacar pecho. 'Mira cabrón, has pagado 500 euros por esta chaqueta, yo me la he birlado y me queda mejor que a ti'.
P: ¿Te cuesta desprenderte de la ropa?
R: Elio Toffana me enseñó lo de no ser Diógenes. De quedarte con las cuatro cosas que de verdad te gusten y el resto venderlas. Cuando te das cuenta de que las cosas no son cosas, puedes vender lo que sea.
P: Tienes otros proyectos creativos, como Hispanic Wave y Casa Unu.
R: Con el disco hemos pausado todo y hasta hace una semana no podía ni respirar. Tengo suerte porque la dirección creativa no es una necesidad laboral. Tanto Fran como yo hemos demostrado tener el conocimiento, el saber hacer para llevar a cabo un proyecto y que las cosas salgan bien. Tengo la suerte de que haya gente que confía en mí. Sé expresar bien qué quiero y lo sé vender. Además, me dejo la vida en ello, no se me caen los anillos y escucho a la gente con la que curro.
P: Eres un animal creativo, macho
R: Estoy enfermo. No sé hacer otra cosa. No sé conducir ni un triciclo. Abro el capó de un coche y no entiendo nada. Por no saber, no sé ni dividir.
P: Te veo en el futuro haciendo un anuncio de BMW
R: No hablaría nada del motor y sí de alguna metáfora emocional. Tengo ganas de seguir desarrollándome. Hacer algún día un documental o un corto. O incluso intentar algo en el mundo de la arquitectura. Tengo muchas ideas y quiero ver si son factibles o no. A menos que me caiga un yunque mañana en la cabeza, sé que en algún momento voy a hacer algo así.