Costa es un artista que habla de forma delicada, pausada y generosa. Fuerte como un miura, tatuado como un mara, pero sensible como un poeta. Su letras oscuras, obscenas, viscerales y violentas cabalgan a lomos de ternura y luz. Es un hombre reflexivo y que no evita preguntas. Piensa las respuesta y las expulsa desde el alma. A veces ríe tras reflexiobes que no forman parte de ningún chiste.

 Leyenda del rap en España, madrileño ilustre, sus ojos son testigos de una vida pisando el cemento de la gran ciudad. También crápula, conocedor de las esquinas y de las tabernas castizas. Acaba de lanzar Sangre Dentro, la primera parte de un poyecto que cerrará en septiembre con Sangre Fuera. En este trabajo, a pesar de mantener la coherencia con el Costa de otros discos, vemos más a Hugo y esa luz que necesita en su vida.

P: Estás fortísimo, macho

R: Estoy entrenando a tope, comiendo dabuti y llevo un tiempo sin probar el alcohol. Hago mucho deporte. Muay thai, pesas, crossfit, halterofilia, powerlifting, de todo. 

P: El disco es cortito.

R: En septiembre vamos a sacar la segunda parte, Sangre Fuera. El concepto va a ser parecido, aunque cambia el color, el sabor, la producción y las colaboraciones. 

P: Al igual que en toda tu carrera, la oscuridad está presente en el disco. ¿Cuál es tu luz?

R: Salvarme. El amor. Últimamente, estar bien es una luz recurrente. De todas formas, hay muchas luces. Incluso pequeñitas que van mostrándote el camino. No hacen falta faros gigantescos para guiarte.

P: ¿Qué te hace estar bien?

R: El deporte. El amor y el sexo. La amistad sin miedo. La noche bien llevada, la música.

P: Empiezas el disco con “mi amor es pura sangre”. ¿Concibes otra forma de amar?

R: Siempre he sido muy exagerado, pasional, radical e hiperbólico. Amar lo he relacionado con la vehemencia y quizás sea momento de darle la vuelta a esto. 

Soy bueno rompiendo muros

P: Amar de forma más calmada. 

R: Puede ser. Son años rumiándolo. Aunque siga siendo un antisocial y un artista underground, la vida cambia. Soy responsable de mi obra y de mis actos. 

P: Es imposible tener una carrera como la tuya sin rectitud y profesionalidad.

R: Aunque esté el talento y la creación musical, esto es un trabajo y hay que mantenerlo. Soy alguien que disfruta haciéndolo y qué menos que mantener la coherencia y el respeto.

P: Las referencias a la muerte son habituales en tu obra. ¿Qué has aprendido de ella?

R: Me ha enseñado todo. Aprendes a tener que procesar el dolor y la desesperación y tener que dominarlo. Como no lo hagas y pongas paredes, te vas al hoyo. Ante la muerte debes refundarte como persona porque te estas enfrentando a algo que no parece posible. Al irreal. Pero si adquieres este conocimiento, eres diferente al resto. 

P: En Many Men hay una especie de resurrección de Costa.

R: He estado matándome muchos años como el cantante de Eskorbuto. Y quiero seguir siendo Iosu, pero sin matarme. Así de claro. Ha sido un proceso basado en relaciones personales, los consumos y la vida. Me parece un acto egoísta querer seguir matándome. 

P: Hace falta una gran fortaleza mental para llegar a una conclusión así.

R: No me gusta perder, aunque lo haya hecho. Y mucho, además. Sin embargo, perder es el motor para seguir luchando. La vida es así.

P: En esta canción también te diriges a un enemigo. ¿Tienes más dentro de ti o a tu alrededor?

R: Es un poco de todo. También es una manera de poner un símbolo en las cosas de fuera. Gente a la que le viene bien que tu estés mal. A veces te das cuenta de que ciertas relaciones se basan en que no estés bien. Y duele. 

P: En Talibán reaparece el Costa más beligerante.

R: Es parte de mí y si hay que ir en contra lo voy a hacer. 

P: Hace un par de años me dijiste que eras hipersensible. Y eso tiene dos lecturas. Amar y odiar mucho.

R: O enfrentarte a algo sin odiar. Me ha costado años comprender que soy capaz de hacerlo y, además, soy bueno haciéndolo. Si tengo delante algo que parece infranqueable o violento, puedo desenmascararlo en un momento. Soy bueno rompiendo muros.

Cecilio G ha tomado la decisión de estar bien

P: ¿Físicamente?

R: De cualquier manera. Físicamente, tiendes a perder tú. Lo mejor es una combinación de ambas. 

P: En Espejismo arrojas luz.

R: Es una de las canciones más sentidas del disco. Ayer la escuchaba y se me caían las lágrimas. La improvisé desde el dolor más absoluto y acabó saliendo un sonido esperanzador. Hemos pensado en hacer un vídeo especial relacionado con la valla y la inmigración. Y analizar cómo transcribimos el dolor de una pérdida emocional hacia algo más esperanzador. Arrojar luz ha sido algo necesario.

P: El disco tiene solo una colaboración. ¿Por qué Yung Sarria?

R: Por afinidad humana. Además, quería mandar el mensaje de que en esta primera parte solo iba a estar él porque ha estado cerca de mí durante todo este tiempo.

P: En este tema hablas del término 'nube rosa'.

R: La 'nube rosa' es el periodo inicial de 3 a 6 meses en el que dejas una adicción o una relación tóxica. Un tiempo en el que tu mente te gratifica por haber dejado algo que te hacía daño.

P: Creo que es la parte en la que más he pensado en Hugo y no en Costa. 

R: Es que he pasado por todo esto. Ha sido parte de mi terapia.

Natos y Waor son un milagro de la vida

P: Terminas con Perdona Mamá. Nunca te había visto así en una canción.

R: Lo guay de todo este proyecto es que no ha sido necesario pensar nada porque lo estaba viviendo. Después, de la improvisación y el alma, me salió Perdona Mamá. Me fui con mi productor a la Sierra y, tras pasar dos días de frío y chimenea y llorando como un mono, apareció. Así me ha salido y así lo dejo.

P: Quería preguntarte también por el concierto de Natos y Waor en el Metropolitano.

R: Fue maravilloso, algo histórico. Un milagro de la vida. Lo manejan todo de una manera que es para quitarse el sombrero. Una producción tan grande, tanta responsabilidad y ni un mal rollo. Todo sonrisas.

P: ¿Qué han tenido ellos para meter a 60.000 personas en un estadio?

R: Son muchas razones. Además de su trabajo duro, la más importante es su talento. También su capacidad de llevar su mundo íntimo a cualquier lugar. 

P: También han sido capaces de conectar con su generación desde el estilo musical de su generación.

R: Lo primero que les dije en el Vistalegre de hace unos años es que me había dado cuenta de que tenían un público masivo. Sentí que era como el fútbol o como Barricada, cuando yo era chaval. A su nivel se llega cuando el underground provoca que un país cambie y haya generaciones que lo cojan por bandera. Son la piedra angular para que luego más gente pueda llenar estadios y la prueba de que este país ha cambiado. 

P: ¿Te sientes partícipe de su éxito?

R: Sí. Es algo recíproco por lo mucho que nos queremos, respetamos y admiramos. Y sin ningún tipo de miedos, competiciones ni envidias. Representamos lo mismo y quererse así con alguien que hace lo mismo que tú es tan bonito. 

P: ¿Qué tal Cecilio G? 

R: No está bien porque ahora mismo está preso. Y está mal por esa situación. Sin embargo, está mejor que hace dos años porque ha tomado la decisión de querer estar bien. 

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