Beny Jr es un popular loner. Esto es un concepto complicado porque son dos palabras que se contradicen, pero viene a referirse a aquellas personas que gozan de una popularidad dada por cualquier ámbito en el que destaquen, pero sin embargo siguen manteniéndose al margen, solos, casi distanciados o marginados. ¿Cómo afronta el éxito una persona de la calle, con sus códigos y el respeto que eso conlleva? Hay muchas maneras de responder a esta pregunta, pero la clásica es la nula gestión de esta presión, el dinero y el poder que pone a ciertos individuos en una posición en la que nunca llegaron a verse, sin tener una preparación psicológica previa para gestionar lo bueno y lo malo de la atención. Este no es su caso

 

Beny rema a contracorriente. Todos conocemos su cara, de hecho en su perfil de Apple Music sigue apareciendo, pero aún así llevamos años sin verla. Esto es significante de la redirección del rapero hispano-marroquí después de El Precio del Dinero, un statement donde con solo analizar su título entendemos la perspectiva de Beny sobre una industria que puede hacerte ganar millones pero perderte a ti mismo. Dos años de break hasta La Soledad Aburre Pero No Traiciona, un proyecto donde Beny muestra un poco más de sí, una perspectiva más real donde ha aprendido a tener una relación sana con el dinero, aunque casi obsesiva, donde reemplaza el papel de muchas personas. 

 

Su resto de discos siguen siendo consecuentes con este discurso. La soledad está demonizada en una sociedad donde nos frustramos si no logramos conexiones que en ocasiones rozan lo antinatural. Muchas veces se peca de considerar al solitario como egoísta, y eso es un error garrafal. El solitario es aquel que por su propio pie elige trabajar en sí y priorizar un pequeño número de conexiones, mientras que el que está solo es aquel que por malas decisiones, no tiene a nadie a su lado o todas sus conexiones son efímeras, finitas. Beny trabaja bien este concepto desde sus comienzos y ha reforzado el valor de sus proyectos basándolos en la dualidad de su figura, a la vez familiar, a la vez misteriosa.

 

Así se ha ganado el poder lanzar un disco cuando le plazca, sea una semana después de su predecesor o varios años después. Por eso, tras un año entero sin presencia en redes ni presentar música, Beny Jr tiene un reel con más de 17 millones de reproducciones, cerca del millón de likes, donde solo muestra 30 segundos de una canción. Números que superan a los artistas más grandes de nuestro país que le triplican en oyentes mensuales. Esta es una diferencia muy importante en el mundo de la música. Existen dos tipos de oyentes: los pasivos, que escuchan tu música en segundo plano como un complemento a otra acción y para los que el artista no es más que una playlist algorítmica de Spotify siendo solo fans de su música y no de la personalidad del artista como tal, o el que predomina en el caso de Beny, los oyentes activos, que acceden a tu música por su propio pie y son seguidores del artista, además de su música. 

 

Es complicado mantenerse real en un mundo donde los artistas han dejado de ser personas y se han transformado en productos, ya no solo por la presión de las discográficas, también por el ritmo de consumo actual. Beny se mantiene natural porque saca cuando realmente le sale del corazón. Tan pronto podemos tener 3 discos en un año como ninguno en 2, y eso es lo que se valora de él. La música son etapas y la soledad es una herramienta más que ayuda a desarrollar el talento desde una perspectiva más clara. Estaremos pendientes a su 2026, y como diría él para cerrar, Palestina libre.

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