El cantautor y compositor español, Alejandro Sanz, ha ofrecido una entrevista al El Periódico de España, donde ha hablado sobre el nuevo disco de Rosalía, publicado el pasado 7 de noviembre. El nuevo trabajo de la artista catalana, Lux, ha generado innumerables reacciones entre las grandes cabeceras del entorno de la música y críticos de todo el mundo, como ha sido el caso del compositor y productor de musicales británico, Lloyds Weber, que lo ha calificado como “el álbum de la década, de lejos”.
El autor de Corazón partío ha sido claro y conciso, aunque también algo escueto, al compartir su opinión sobre Lux. “Me ha flipado”, valorando que es “importantísimo” que un artista persiga sus inquietudes creativas. El estilo personal que ha marcado el recorrido artístico de Rosalía da un paso más allá con estas 16 nuevas canciones, que han sido acompañadas por ni más ni menos que la Orquesta Sinfónica de Londres, además de contar con la colaboración de grandes nombres como Björk, Estrella Morente o Silvia Pérez Cruz, entre otros. “Ha hecho lo que le ha dado la gana, y eso, de un modo u otro, obvio, hace que lo escuches de otra manera”, ha asegurado Sanz.
Durante la entrevista, también le han preguntado por la repercusión que actualmente tienen personalidades como C. Tangana o Rosalía. En respuesta, Alejandro Sanz ha recordado su participación en la creación de los Grammy Latinos, de los cuales el posee 24 estatuillas. Según ha contado, cuando ocurrió el atentado del 11S en Nueva York, estos premios estuvieron a punto de desaparecer, pero gracias a la colaboración de varios artistas, entre ellos Sanz, consiguieron que volvieran a entregarse. “Nos llamaron a varios artistas para organizarlos en un bar de Los Ángeles”, ha confesado. Una contribución que, para él, significa una parte “esencial” del panorama musical de habla hispana.
Rosalía frente a lo divino
Lux está concebida para ser una obra magna. La grandilocuencia de trece idiomas, un despliegue orquestal y sinfónico y la ambición última de acercarse a dios no son para menos. El cuarto trabajo de Rosalía la ha consolidado como una de las artistas nacionales más importantes de la historia fuera de nuestras fronteras. La catalana ha resuelto un buen álbum, contundente, fresco y de gran calidad, pero que por otra parte, probablemente intente abarcar lo inabarcable.
Más imponente que Los Ángeles, menos mainstream que Motomami y con mayor número de colores que El mal querer, Lux, es un compendio del universo al que Rosalía tiene acostumbrado a su público y parido desde una élite pop y por qué no, con mucho gusto. En gran medida, ella marca la agenda internacional, que decide lo qué es digno de ensalzar, y ahora, como pico del iceberg en su carrera, es el turno de la divinidad como energía vertebradora y calibrante. Porque a Rosalía le ha tocado dios -o al menos eso es lo que nos confiesa a lo largo del álbum- y esta debe corresponder con esfuerzo para fundirse en su seno.
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