Revuelto de guisantes con ajetes y patatas.
¿Con qué?
Doscientos gramos de guisantes congelados, un paquete de ajetes tiernos, dos patatas medianas, tres huevos, una hoja de laurel, aceite de oliva, pimienta y sal.
¿Cómo?
Cocemos los guisantes congelados -cinco minutos en agua hirviendo con la hoja de laurel- y reservamos. En una sartén con dos cucharadas de aceite pochamos los ajetes tiernos, cortados en trozos de centímetro y medio, y también freímos las patatas cortadas en tiras del mismo tamaño y cuando están tiernas, añadimos los guisantes, salpimentamos y echamos los huevos sin batir, removemos, cuajamos a voluntad y servimos.
Dorada en la sal.
¿Con qué?
Dos doradas medianas o una salvaje grande, sal de horno, agua y aceite de oliva.
¿Cómo?
La mayoría de las pescaderías no tienen dorada salvaje si no se encarga previamente - la diferencia de precio es notable- por eso digo dos de las de más tamaño de piscifactoría y pedimos al pescadero que nos las de limpias, sin escama ni tripa. En una bandeja de horno ponemos una capa de sal como de un centímetro de grosor, uniforme, situamos sobre ella las dos doradas, vertemos unas gotas de agua sobre ellas y las introducimos en el horno a 160º C durante veinte minutos. Apagamos, comemos el primer plato, colocamos las doradas en una bandeja de servir, quitamos la piel, rociamos con unas gotas de aceite de oliva virgen y servimos.
Melón en su jugo.