La Unión Europea avanza hacia una de las regulaciones más ambiciosas en materia de salud pública y medioambiental de los últimos años. A finales de 2024, la Comisión Europea anunció que acelerará la tramitación legislativa para prohibir los PFAS, un amplio grupo de compuestos químicos sintéticos conocidos por su persistencia en el medio ambiente y su potencial tóxico para la salud humana.

¿Qué son las PFAS?

Los PFAS —abreviatura de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas— se utilizan desde hace décadas por su alta resistencia al agua, la grasa, el calor y la abrasión. Estas propiedades los han hecho habituales en una enorme variedad de productos de uso cotidiano, como cosméticos, utensilios de cocina, textiles técnicos, envases alimentarios, electrodomésticos e incluso productos médicos e industriales.

Sin embargo, su durabilidad ha resultado ser una de sus principales amenazas. Tal como advierte la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA), los PFAS no se descomponen en el medio ambiente y tienden a acumularse tanto en los ecosistemas como en el cuerpo humano. Estudios científicos han relacionado su exposición prolongada con daños en órganos como los riñones y el hígado, alteraciones hormonales y distintos tipos de cáncer, incluido el testicular y el de tiroides.

¿A qué sectores afectará?

El nuevo reglamento europeo, aún en fase de consultas entre los Estados miembros, supondrá la retirada progresiva de estos compuestos en cientos de miles de productos. Las industrias más afectadas serán la cosmética, la textil, la electrónica y el sector del embalaje, que deberán rediseñar fórmulas, procesos de fabricación y cadenas de suministro.

Aun así, la normativa contempla excepciones temporales para sectores donde aún no existen alternativas viables, como la automoción, la aviación, la energía y la lucha contra incendios. Para estos ámbitos, la eliminación de PFAS se aplicará de forma gradual o limitada.

Algunos países europeos ya han comenzado a aplicar medidas por su cuenta. Dinamarca prohibió en 2020 los PFAS en envases alimentarios de papel y cartón, y planea extender la prohibición a ropa y productos impermeables en 2026. Francia también ha adoptado restricciones específicas en productos de consumo.

Los productos que contienen PFAS

Actualmente, estos compuestos están presentes en una sorprendente variedad de artículos: desde palomitas para microondas y cremas solares hasta ropa impermeable, utensilios antiadherentes, cosméticos resistentes al agua y componentes electrónicos.

El desafío para la industria será considerable, tanto técnica como económicamente. Pero para la Comisión Europea, la urgencia de limitar la exposición a estas sustancias prevalece sobre los costes de adaptación. Bruselas busca así marcar un antes y un después en la producción y el consumo dentro del mercado europeo.

La eliminación de los PFAS supondrá un cambio estructural en la forma en que se diseñan los productos cotidianos. Aunque la transición será compleja, los expertos coinciden en que se trata de un paso necesario para proteger la salud y el medio ambiente a largo plazo.

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