Descubre Sallent de Gállego, un pueblo en la provincia de Huesca que destaca por su espectacular entorno natural en el Pirineo, su rico patrimonio cargado de historia y por ser el pueblo con más bares por habitante de España. Con un pasado noble que se refleja en sus blasones y rincones emblemáticos como el Puente del Paco o la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, este pequeño paraíso combina tradición, cultura y sabor. Sus tradicionales festividades, como la Fiesta Mayor en honor a la Virgen de las Nieves, completan la experiencia de visitar este encantador rincón del Pirineo aragonés.

Un pueblo que nace en la época medieval


El pueblo que conserva su esencial tradicional (Foto: Ayuntamiento de Sallent de Gállego)

Sallent de Gállego se originó como un importante punto de conexión entre España y Francia durante la época medieval, gracias a su ubicación estratégica en el Puerto de Portalet. A lo largo de los siglos, esta posición privilegiada lo convirtió en un testigo destacado de numerosos acontecimientos históricos.

En la Edad Media, Sallent formaba parte del Camino de Santiago Aragonés, recibiendo a peregrinos que buscaban descanso y refugio. 

Hoy en día, este encantador pueblo de Huesca conserva su esencia tradicional, reinventándose como un destino turístico que combina su rico legado histórico con actividades al aire libre y eventos culturales, ofreciendo una experiencia única entre pasado y presente.

Destinos que no te puedes perder

Pasear por Sallent de Gállego es como viajar en el tiempo. En su plaza principal, situada entre el frontón y el río Aguas Limpias, se respira vida. Los vecinos mayores se reúnen buscando el calor del sol, mientras los niños corretean entre las casas con antiguos blasones, vestigios de un pasado noble.


Plaza principal de Sallent de Gállego (Foto: Ayuntamiento de Sallent de Gállego)

Uno de los lugares más fotografiados es el Gigante de Sallent, una estatua que rinde homenaje a Fermí Arrudi, un vecino que alcanzó los 2,29 metros de altura y se convirtió en una figura legendaria. Al recorrer sus callejuelas, se encuentran edificios cargados de historia, como la Torre de los Martón, de los siglos XIV o XV, y las Casas Socotor y Menin, que narran historias de épocas más recientes.

En lo alto del pueblo, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, construida en el siglo XVI por iniciativa de Juan de Lanuza, destaca por su imponente arquitectura y su torre, que en el pasado fue utilizada como cárcel. Más abajo, el Puente del Paco, con su arco de piedra del siglo XVI, une las dos orillas del río Aguas Limpias. A su lado, un parque infantil y mesas de picnic invitan a disfrutar del entorno natural mientras se contempla este rincón pintoresco.

Un pueblo cargado de festividades

Sallent de Gállego es un vibrante punto de encuentro cultural durante todo el año. Su Fiesta Mayor, celebrada el 5 de agosto en honor a la Virgen de las Nieves, es un momento clave, al igual que la Exaltación de la Santa Cruz el 14 de septiembre, la festividad más antigua y tradicional del pueblo. Entre los actos, el Ondeo de Banderas destaca como una ceremonia de gran simbolismo.


Exaltación de la Santa Cruz (Foto: Ayuntamiento de Sallent de Gállego)

En junio, la Feria de Brujas, Mitos y Leyendas del Valle de Tena transforma Sallent en un escenario mágico con representaciones teatrales, un mercado de artesanía y una Senda del Miedo que hace las delicias de los visitantes. Durante julio, el famoso Festival Pirineos Sur reúne a artistas internacionales en un escenario flotante sobre el embalse de Lanuza, creando una experiencia única para los amantes de la música y la cultura.

Otras citas imperdibles incluyen la Feria del Stock, en noviembre, ideal para los amantes del esquí, y el Certamen Nacional de Jota, que celebra la tradición musical aragonesa.

Naturaleza y actividades al aire libre

Rodeado por las majestuosas cumbres del Pirineo aragonés, Sallent de Gállego es un paraíso para los amantes de la naturaleza. Desde rutas de senderismo que recorren los valles hasta actividades acuáticas en el embalse de Lanuza, las posibilidades son infinitas. El entorno invita a explorar paisajes espectaculares y a disfrutar de una conexión íntima con la montaña.


El pueblo pirenaico de postal (Foto: Ayuntamiento de Sallent de Gállego)

Una gastronomía con sabor único

Sallent de Gállego se ha ganado un lugar especial entre los amantes de la buena mesa. Conocido por su concentración de bares, este pueblo combina la tradición culinaria local con propuestas innovadoras. Cambium, recomendado por la Guía Michelin, destaca con platos como la Trucha de Lanuza y el Lingote de Ternasco de Aragón IGP, que se maridan con vinos D.O. Somontano. Cada comida, acompañada de las vistas del Pirineo, se convierte en una experiencia inolvidable.

Visitar Sallent de Gállego es sumergirse en un destino donde historia, naturaleza y tradición se combinan a la perfección. Ya sea disfrutando de su rica gastronomía, explorando sus calles llenas de historia o participando en sus vibrantes festividades, este pueblo de Huesca ofrece una experiencia única que conquista a cada visitante.