En el corazón de Extremadura, a orillas del embalse de Gabriel y Galán, se alza Granadilla, un pueblo amurallado que parece haberse congelado en el tiempo. Declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1980, desde 1984 forma parte del Programa de Recuperación y Utilización Educativo de Pueblos Abandonados (PRUEPA), esta localidad es ejemplo de cómo la historia, la naturaleza y el patrimonio pueden convivir en un entorno único. Hoy, Granadilla ofrece al visitante un viaje emocional a través de sus calles, sus murallas y el esplendor de un paisaje rodeado de agua.

La historia de Granadilla dio un giro inesperado en 1955, cuando sus habitantes fueron desalojados debido a la construcción del embalse de Gabriel y Galán. Aunque las aguas nunca llegaron a cubrir el casco urbano, las tierras de cultivo quedaron anegadas, y el pueblo fue declarado zona inundable. Esto lo convirtió en un lugar fantasma durante décadas.


Vista aérea de Granadilla (Foto: Parques Nacionales)
 

Sin embargo, Granadilla comenzó a resurgir en los años 80 gracias al Programa de Recuperación de Pueblos Abandonados. Desde entonces, sus calles, casas y murallas han sido restauradas, devolviendo a la villa su antiguo esplendor. Caminar por Granadilla es como viajar en el tiempo, reviviendo su época de mayor auge, cuando fue un importante enclave defensivo en la Reconquista. 

Hoy en día el visitante puede acceder a algunas de las viviendas que se han acondicionado para rememorar cómo era la vida antiguamente.

Una joya medieval detenida en el tiempo

Uno de los mayores atractivos de Granadilla es su imponente muralla almohade, construida en el siglo IX y ampliada posteriormente por los cristianos. Este conjunto defensivo es uno de los mejor conservados de Extremadura y rodea por completo el casco urbano, ofreciendo unas vistas espectaculares desde sus torres.

El acceso al pueblo se realiza a través de la puerta principal, un arco de herradura que aún conserva el carácter de la arquitectura musulmana. Desde allí, el visitante puede pasear por sus estrechas calles empedradas, donde se respira un ambiente tranquilo, casi mágico.

En el centro del pueblo destaca el castillo, una fortaleza del siglo XV que domina el paisaje y se alza como símbolo de la historia de Granadilla. Subir a su torre es imprescindible para disfrutar de una panorámica única del embalse y las tierras circundantes.

Como curiosidad, el director de cine Pedro Almodóvar eligió esta imponente fortaleza para rodar la última escena de 'Átame' (1990), con Victoria Abril y Antonio Banderas como protagonistas.

Naturaleza y turismo sostenible

Rodeado por el embalse de Gabriel y Galán, Granadilla ofrece un entorno natural de gran belleza. Las aguas del embalse reflejan el cielo extremeño y sirven de hogar para numerosas especies de aves, convirtiendo el área en un lugar ideal para los amantes del turismo ornitológico. El entorno natural invita a disfrutar de paseos y rutas de senderismo que conectan la villa con otros puntos de interés, como los bosques cercanos o el Parque Natural de las Batuecas-Sierra de Francia.

Además, Granadilla se ha convertido en un referente para los programas educativos y de voluntariado. Cada año, estudiantes de toda España participan en proyectos de rehabilitación, aprendiendo sobre sostenibilidad y el valor del patrimonio histórico.

Gastronomía y tradiciones de la Extremadura profunda

Aunque Granadilla está deshabitada, su esencia sigue viva en las tradiciones que los visitantes pueden descubrir. En los días de apertura, el pueblo cobra vida con actividades que reviven su pasado, como ferias y mercados medievales.

Además, en las localidades cercanas, como Zarza de Granadilla, los viajeros pueden disfrutar de la rica gastronomía extremeña, con platos como la caldereta de cordero, el jamón ibérico y el queso de La Serena. Saborear estos manjares es el complemento perfecto para un día explorando la historia y la naturaleza.

Cómo llegar y qué saber antes de tu visita

Granadilla se encuentra a unos 100 kilómetros de Cáceres y a 40 kilómetros de Plasencia, siendo fácilmente accesible en coche. Actualmente está adscrita al municipio de Zarza de Granadilla. El acceso al pueblo es gratuito, pero es importante tener en cuenta que el horario de apertura puede variar según la temporada, ya que la villa sigue siendo gestionada como un espacio de rehabilitación.

Tras la expropiación el pueblo quedó bajo gestión de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), hasta que en 2007 se acordó su adscripción al Organismo Autónomo Parques Nacionales (OAPN), como parte del monte de Granadilla. 

Para los interesados en la fotografía, es un lugar especialmente atractivo al atardecer, cuando la luz dorada baña sus murallas y el reflejo en el embalse crea un espectáculo inolvidable.

Granadilla es un claro ejemplo de cómo un pueblo puede recuperar su valor histórico y cultural tras décadas de abandono. Su impresionante muralla, su castillo y su entorno natural hacen de esta villa extremeña un destino único para quienes buscan historia, patrimonio y naturaleza en un solo lugar.