Entre la Costa Brava y los Pirineos encontramos uno de los destinos más bonitos de España, cuya vida transcurre en torno al lago, el más grande de toda Cataluña donde, en cuyas aguas se bañó el mismísimo Carlomagno, según cuenta la leyenda. Hablamos de Banyoles, en la provincia de Girona, un lugar que cautiva a todos los que lo visitan con su entorno natural, su riqueza histórica y una gastronomía que es el reflejo de su conexión con la tierra y el agua. Si lo que buscas es conectar con la naturaleza, sumergirte en la historia y disfrutar de los sabores locales, es tu próximo destino.
El lago de Banyoles: corazón natural del municipio
Sin duda, la principal atracción de Banyoles es su lago. Este lago glacial, de origen kárstico, no solo es el más grande de Cataluña, sino que también tiene un papel central en la vida de la ciudad. Las tranquilas aguas del lago de Banyoles invitan tanto a locales como a turistas a realizar actividades al aire libre como el remo, paseos en barca o simplemente caminar por su perímetro mientras se disfruta del paisaje.
El lago es el escenario perfecto para eventos deportivos de relevancia internacional. De hecho, fue la sede de las competiciones de remo en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, un evento que puso a Banyoles en el mapa turístico. Además, su biodiversidad y su valor ecológico han hecho que sea catalogado como Espacio Natural Protegido por la Red Natura 2000, lo que garantiza su conservación.
Poblado de la Draga, en Banyoles, Girona (Foto: Turismo Ayuntamiento de Banyoles)
En la zona oriental del lago se encuentra el Poblado Neolítico de la Draga, descubierto en 1990. Este yacimiento arquológico es el único de ambiente lacuestre de la península ibérica. Se han reconstruido las cabañas que formaban parte de este asentamiento de agricultores y ganadores, uno de los más antiguos del noreste. Se han encontrado numerosos objetos y el arco neolítico más antiguo de toda Europa.
Patrimonio histórico: del Medievo a Carlomagno
Banyoles cuenta con con un rico patrimonio histórico. Se han encontrado restos romanos y se piensa que por allí pasaba una vía secundaria del siglo I d.c. Se piensa que hubo allí unos baños públicos que dieron nombre a este municipio, derivado del latín Balneolae (baños pequeños).
Monasterio de Sant Esteve, fundado en el siglo IX (Foto: Ayuntamiento de Banyoles)
Sus calles empedradas y plazas esconden historias que se remontan a la época medieval. Entre los principales puntos de interés se encuentra el Monasterio de Sant Esteve, fundado en el siglo IX. Este antiguo monasterio benedictino fue clave en el desarrollo de la ciudad de Banyoles (recibió el título de manos de Alfonso XIII), y conserva importantes tesoros artísticos.
Una de las leyendas más fascinantes vinculadas al lugar es la de Carlomagno. Se dice que el emperador se bañó en el lago durante una de sus campañas en la península ibérica para vencer a un enorme dragón que tenía aterrorizados a los habitantes de la zona. No lo consiguió, pero esta historia ha logrado perdurar a lo largo de los siglos.
Arcos de la plaza Mayor de Banyoles (Foto: Ayuntamiento de Banyoles)
Otra visita imprescindible es la Plaza Mayor, de planta rectangular y rodeada de arcos de piedra. Es el corazón de Banyoles, un lugar lleno de vida donde los visitantes pueden disfrutar de su arquitectura medieval y detenerse en uno de los bares locales para relajarse tras un paseo por la ciudad. Los miércoles y los sábados suele celebrar el marcadillo semanal.
En la plaza destaca la casona Cal Moliner, del siglo XVII, de una sola planta y con un patio interior donde se encuentra un antiguo molino de harina. Por la calle Mayor llegamos al molino de la Victoria y la Lonja del Tinte, un edificio del siglo XV de estilo gótico civil, que se dedicaba a tintar tejidos. En la actualidad es un museo.
Banyoles cuenta con una atractiva muralla medieval de la que se conservan dos glorietas de planta hexagonal y una cúpula con siete pináculos.
Cuenta asimismo con Pia Almonia, un palacio gótico construido a partir de dos casas del siglo XIII y que se convirtió en una casa de beneficiencia. Ahora acoge el Museo Arqueológico Comarcal, cuya pieza más importante es la mandíbula de una mujer de la época neandertal.
Cultura y fiestas locales
Durante todo el año se celebran eventos que reflejan su identidad y tradiciones. Uno de los más importantes es la Feria de Sant Martirià, que tiene lugar en noviembre. Esta feria, que data de la Edad Media, combina actividades tradicionales como exposiciones ganaderas con espectáculos y mercados locales. Es el momento perfecto para conocer la artesanía y los productos de la zona.
Además, no se puede hablar de Banyoles sin mencionar su vinculación con la música. La ciudad acoge el Auditorio Ateneu, un espacio donde tienen lugar conciertos, óperas y otros eventos culturales que enriquecen la vida de la comunidad y ofrecen un atractivo adicional a los turistas.
Gastronomía: un deleite para los sentidos
Después de explorar el lago y sumergirse en la historia, es el momento de disfrutar de la gastronomía de Banyoles. Al estar en el corazón de la provincia de Girona, la cocina de esta localidad combina lo mejor del campo y el mar, ofreciendo platos que resaltan los sabores de la región.
La propuesta gastronómica de esta localidad pasa por productos tradicionales como la chicoria, el nabo negro o los ajos morados. Se ha distinguido asimismo por los dulces artesanales, como las tortades, la cansalada, el xuixo (en 2018 la pastelería Padrós ganó el concurso Mejor xuixo del mundo, un dulce típico de la provincia de Girona), y las rocs de l'Estany.
Naturaleza y rutas por el entorno
Si bien el lago es el epicentro de la actividad natural, el entorno de Banyoles ofrece muchas más oportunidades para los amantes de la naturaleza. La zona es ideal para realizar rutas de senderismo y ciclismo que permiten descubrir la riqueza de su paisaje natural. Una de las más populares es la que lleva a la Sierra de Rocacorba, desde donde se pueden obtener vistas panorámicas impresionantes del lago y del Pla de l’Estany.
Para quienes prefieren una experiencia más relajada, los humedales y bosques que rodean el lago son perfectos para una tranquila caminata o un picnic. Además, estas zonas albergan una gran variedad de flora y fauna, lo que las convierte en un destino perfecto para los aficionados al birdwatching o la fotografía de naturaleza.
Qué hacer en Banyoles en otoño
El otoño es una de las mejores épocas para visitar Banyoles. Con la llegada de esta estación, el paisaje que rodea el lago se tiñe de tonos rojizos y dorados, ofreciendo un entorno ideal para paseos tranquilos o rutas de senderismo. Durante estos meses, el clima suave invita a explorar la naturaleza en su máximo esplendor, y los bosques cercanos se llenan de setas, lo que atrae a muchos aficionados a la micología. Además, en otoño, Banyoles acoge el Festival de la Veu (a)phònica, un evento dedicado a la música vocal que reúne a artistas nacionales e internacionales, ofreciendo una programación cultural única en un marco incomparable.