Budapest brilla como nunca antes lo había hecho. La ciudad se llena de color y los turistas acuden, a visitar cada uno de los rincones de la capital húngara.

Mercadillos navideños que inundan con dulces típicos el centro de la capital y miles de luces led iluminan la orilla del Danubio. Una estampa de postal.

Hace frío, sí. Sin embargo, ni la lluvia ni las bajas temperaturas impiden que cada día aterricen en esta ciudad miles de turistas dispuestos a conocer cada uno de sus oscuros y divertidos escondrijos.

Budapest ha crecido como nunca en estos últimos años en materia de turismo. En concreto en el año 2018, cerca de 200.000 turistas españoles viajaron a Hungría, según datos de la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV), cifra que espera superarse con creces en 2019. En conjunto, el país recibió casi 6 millones de visitantes el pasado año que dejaron tres millones de euros en la ciudad. El Gobierno espera que este dato se duplique este año.

Por ello, así como por las múltiples alternativas que ofrece una ciudad ‘underground’, de contrastes y en plena expansión, es por lo que un grupo de españoles decidió emprender negocio. Cinco años después, Cristian B. Martínez, natural de Alicante, se ha hecho con el epicentro gastronómico de Budapest. Junto a él se encuentra su familia, su primo Ramón, y un grupo de confianza.

Emprendedores por el mundo

Situado frente al pub de moda más visitado de toda la Europa del Este, ‘Szimpla’, se ubica un restaurante de nombre muy español: ‘Fuego’. Un lugar agradable, que cuenta con un menú sencillo: pollo a la leña. Una delicatessen que ha conquistado el paladar de turistas y locales. De hecho, la media de menús que sirve este local con aforo para 74 personas es de 300 menús diarios. “En temporada alta llegamos a los 500 menús”, asegura Martínez.

A unos metros de él, un ‘garito’ llamado ‘Vicky Barcelona’, presume de ser uno de los lugares de copas más alternativos de la ‘malasaña’ húngara, con música en directo y precios muy competitivos. Estos son dos de los ejemplos del emporio que Cristian Martínez ha construido en Budapest en los últimos años.

Cocinero de profesión decidió mudarse desde Birmingham, donde también trabajaba vinculado al sector de la gastronomía, a la capital de Hungría. Allí estableció el primero de sus locales, ‘Vicky Barcelona’. “Vi la oportunidad, la ciudad me conquistó y quería esa calidad de vida que podía ofrecerme”, explica Martínez a ElPlural.com.

 

Tras su rotundo éxito, este cocinero se abrió camino en el sector empresarial y dio a luz a ‘Fuego’ en el año 2017.  Hace apenas un año apostó por ‘La Nube’, un restaurante de tapas ubicado en el Distrito Once, uno de los más bohemios de la capital. Espera cerrar el primer año de vida de este local generando beneficios.

“En tema de hostelería no tenemos competencia directa, aunque sí hay españoles que se dedican a otros oficios. A la hora de emprender no hay grandes barreras en Hungría, pese a que sí lo son el idioma -magyar- y la burocracia. Por otro lado, hay muchos españoles que vienen a multinacionales a trabajar, ya que se están implantando en Budapest porque el país ha rebajado el impuesto de sociedades. Ahora mismo, desde aquí se puede controlar toda Europa”, explica el empresario a este periódico.
Martínez cuenta también con una empresa de exportación e importación de productos de gastronomía española, entre los que por supuesto se encuentra el jamón y próximamente abrirá otro nuevo local: ‘La Movida’ que espera ser uno los que marquen tendencia en la urbe.

“Será un restaurante con comida suramericana, con música en vivo, Dj, y abierto hasta las cuatro de la mañana los fines de semana y entre semana hasta las dos”. Una apuesta diferente para que tendrá que sumar más activos. Ahora mismo el alicantino emplea a cerca de 30 personas en la urbe. Actualmente, señala, “en todas las empresas que tenemos generamos beneficios. En ‘Fuego’, en cuestión de dos años estamos en torno al 12 por ciento de beneficios y en ‘La Nube’, que cierra 2019 su primer año, cerraremos también en positivo. Lo hemos conseguido, somos demasiado legales”.