En un momento en el que todo parece girar en torno a la inmediatez, la tecnología y lo digital, muchos jóvenes en España están volviendo la mirada hacia lo analógico. Según una encuesta de Spin Genie, el 93 % de las personas de entre 18 y 40 años considera que los objetos antiguos tienen más valor sentimental que los modernos. Y no se trata solo de recuerdos: 9 de cada 10 asegura haber utilizado en el último año algún objeto vintage o retro, como discos de vinilo, cámaras instantáneas o relojes mecánicos.
Desde la compañía explican que “en una era digital dominada por la inmediatez y lo efímero, es importante recordar que los objetos tradicionales siguen teniendo un gran vínculo con nuestras raíces, nuestros recuerdos y ayudan a preservar nuestra identidad”.
Volver a escribir cartas: una forma de conectar
Más allá de los objetos, también hay costumbres que parecían olvidadas y que están resurgiendo. El estudio indica que más del 60 % de los encuestados ha escrito o recibido alguna carta o postal a mano en el último año, en lugar de enviar un mensaje digital. A pesar de que hoy es más rápido comunicarse por chat o por teléfono, el gesto de escribir con bolígrafo y papel sigue teniendo un valor especial.
Esa espera por una respuesta y el hecho de conservar una carta son aspectos que siguen teniendo un peso emocional difícil de sustituir. En muchas ocasiones, lo que se busca no es solo comunicar, sino también crear un recuerdo duradero.
Qué objetos conserva la gente (y por qué)
Preguntados por qué objeto antiguo guardarían si solo pudieran quedarse con uno, las respuestas más habituales incluyen monedas antiguas, tocadiscos, cámaras analógicas, relojes de cuerda, postales y cartas manuscritas. Para muchos, estos objetos tienen un valor que va más allá de lo funcional: representan momentos, personas o etapas importantes de su vida.
También aparecen otros elementos menos comunes, como máquinas de escribir, consolas retro, radios portátiles, teléfonos con disco o incluso coches clásicos. En algunos casos, estos artículos se han convertido en piezas de colección, especialmente por su escasa disponibilidad.
¿Generación Z vintage?: por qué los Jóvenes se apasionan por lo antiguo
El apego por lo analógico no se limita a quienes crecieron con estos objetos. Tal y como destaca el equipo encargado de la encuesta, hay un interés creciente entre los jóvenes: “El apego por lo antiguo no solo se observa en las personas adultas o de la tercera edad. Muchos jóvenes sienten una fuerte atracción por lo vintage, ya sea por nostalgia, estética o como forma de desconexión frente al entorno digital”.
Este redescubrimiento de lo analógico también funciona como una forma de resistencia al ritmo acelerado actual. Para muchos, volver a usar ciertos objetos o hábitos del pasado es una manera de sentirse más conectados, de valorar lo que dura y de reconectar con una experiencia más tangible.
En definitiva, como bien se dice, todo vuelve. Y en los últimos años lo hemos comprobado con el auge de tendencias como la ropa vintage, las cámaras analógicas o los vinilos. Más allá del fin decorativo, los objetos antiguos siguen teniendo un gran peso emocional, especialmente los heredados o vinculados a la historia familiar.