Durante el verano, la dieta mediterránea es la más solicitada por los turistas. El mar, la brisa, la arena... no son lo mismo sin una 'comilona' de chiringuito, el establecimiento estrella de la mayoría de destinos costeros de España.

En contra de la creencia habitual de que la comida que estos restaurantes de playa ofrecen es poco saludable, encontramos un plato sano y mediterráneo que bien cocinado contiene muchos beneficios: el pescadito frito.

Por tratarse de un frito parece que está olvidado en todas las dieta. Esto es debido a los movimientos de comida sana "healthy" y vegana "cruelty free" que rodean el mundo culinario actual.

Pero el pescadito frito puede ser muy variado y contar con diversos beneficios. Se puede cocinar con pescados de tamaño pequeño como puede ser el boquerón, la sardina o el salmonete. Se enharinan y se fríen en aceite de oliva virgen extra.

Todo lo que aporta a nuestro organismo

Este alimento es muy nutritivo. El pescado aporta proteínas de alto valor biológico, yodo y también una altísima cantidad de calcio si se trata de un pescado que se consume con espina. Las vitaminas que contiene son la A y la D, además de ácidos grasos Omega 3 en el caso de ser pescado azul, y si está frito en un buen aceite de oliva puede aportar vitamina E y ácido graso oleico.

Se recomienda, si está bien cocinado y sin excederse, para mantener la salud de huesos y arterias. Los ácidos grasos Omega 3 y el ácido graso oleico protegen frente a la arteriosclerosis.

En lo relativo a su aporte energético, depende por supuesto de cómo esté hecho el plato, pero normalmente 100 gramos de pescado frito no superan los 250 a 350 kilocalorías.

Trucos para cocinarlo

El aceite muy caliente será la clave para que la fritura contenga un aporte energético menor. Aunque es necesario alertar de que no hay que dejar en ningún momento que humee, una vez hecho el pescado será necesario dejarlo reposar sobre un trozo de papel de cocina absorbente.

Por otro lado, se recomienda que el pescado se fría siempre que se pueda con aceite de oliva virgen extra, pudiendo ser sustituido por aceite de oliva en el caso de no disponer de la variante más refinada. Debe evitarse a toda costa freír el pescado con mantequilla o margarina, ya que aporta grasas saturadas. Tampoco hay que freírlo nunca con aceite recalentado, pues aporta grasas trans.

Por último, para conseguir que el plato sea lo más digestivo posible, lo ideal es acompañarlo con una ensalada de hojas verdes, ya que cualquier frito que se come con vegetales crudos se digiere mejor en nuestro estómago.