El uso frecuente de cuchillas de afeitar es una rutina habitual para muchas personas, pero puede suponer un riesgo sanitario si no se emplean medidas básicas de higiene. Miguel Assal, médico de urgencias, advierte sobre las consecuencias que puede tener reutilizar una cuchilla más allá de lo recomendado o hacerlo sin una limpieza adecuada.
¿Qué es la bacteria come carne?
“Eres de los que reutilizan y limpian sus cuchillas. Puedes acabar en urgencias”, señala Assal. El riesgo, explica, está relacionado con bacterias que pueden alojarse en estos objetos, especialmente si ya están desgastados o han sido usados repetidamente. Una de las más peligrosas es la que causa fascitis necrosante, una infección poco común, pero muy agresiva, que destruye rápidamente el tejido subcutáneo, así como nervios, grasa y músculo.
La entrada de esta bacteria puede producirse a través de una herida mínima. “Un pequeño corte puede causar la amputación de una extremidad por una bacteria carnívora”, afirma el especialista. Aunque el término “bacteria come carne” no es preciso desde el punto de vista médico, se utiliza popularmente para describir este tipo de infecciones debido a la rapidez con la que avanza el daño tisular.
Otras cosas que pueden tener esta bacteria
Además del contacto directo a través de heridas, existen otras vías de infección. Assal menciona los riesgos asociados al consumo de alimentos o bebidas contaminadas. “También puede contraerse por mariscos crudos o por bañarse en aguas estancadas”, añade. Como ejemplo, cita el caso de Ángel Jazer, quien sufrió esta infección tras ingerir alimentos contaminados.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas iniciales suelen incluir enrojecimiento, dolor intenso y una hinchazón progresiva. Si no se trata a tiempo, la infección puede avanzar hacia una septicemia, una respuesta inflamatoria generalizada del cuerpo que puede ser mortal. “Debes acudir a urgencias para evitar la pérdida de tu pierna, tu brazo o incluso tu vida”, insiste Assal.
Como medida preventiva, el experto recomienda no reutilizar una cuchilla más de cinco veces y evitar su uso si se tienen cortes o lesiones en la piel. Mantener una higiene adecuada y estar alerta ante cualquier signo de infección puede marcar la diferencia entre una afección leve y una complicación grave.