En un mundo laboral donde la visibilidad y la rapidez de respuesta suelen valorarse por encima de la reflexión, los trabajadores introvertidos están demostrando que otra forma de liderar no solo es posible, sino también eficaz. Así lo afirma Stefan Falk en una entrevista con CNBC, experto en psicología del trabajo y consultor de liderazgo, quien ha trabajado durante más de 30 años con miles de profesionales, incluidos directores ejecutivos de grandes corporaciones.
¿Qué aportan los líderes introvertidos?
Falk sostiene que, a lo largo de su trayectoria, ha observado un patrón constante: en las reuniones de equipo, los extrovertidos suelen tomar la palabra primero, aportando entusiasmo, pero, en ocasiones, sin una gran profundidad en sus intervenciones. Por el contrario, quienes se tomaban su tiempo para escuchar antes de hablar -en su mayoría, personas introvertidas- eran quienes más aportaban y generaban confianza.
La explicación, según el especialista, tiene que ver con cómo funciona el cerebro de las personas introvertidas. Para ellas, interactuar en grupo o sin preparación previa puede resultar incómodo, pero esa incomodidad las impulsa a prepararse con más rigor, planificar sus intervenciones y elegir sus palabras con mayor cuidado. Esto se traduce en una comunicación precisa, reflexiva y, a menudo, más impactante.
1. “La verdad es que no lo sé”
En lugar de aparentar seguridad o improvisar respuestas, los líderes introvertidos no dudan en reconocer lo que desconocen. Para Falk, esta honestidad es una de sus grandes fortalezas. Lejos de debilitar su posición, admitir la incertidumbre contribuye a generar un entorno de transparencia, donde otros también se sienten seguros para expresar dudas y construir soluciones más sólidas de forma conjunta.
2. “Probablemente me estoy perdiendo algo. ¿Qué opinas?”
Mientras que en muchos contextos se espera que cada persona tenga todas las respuestas, los introvertidos reconocen el valor de las perspectivas ajenas. Esta frase refleja humildad intelectual y una disposición genuina a escuchar. Según Falk, esta actitud fomenta la participación, mejora la calidad del debate y enriquece la toma de decisiones, al incorporar puntos de vista que de otro modo podrían pasar desapercibidos.
3. “He pasado algún tiempo investigando esto y…”
Cuando un líder introvertido comparte una opinión, suele estar respaldada por un trabajo previo. A diferencia de quienes buscan destacar su esfuerzo como una forma de proteger su posición, los introvertidos dejan que la solidez de sus argumentos hable por sí sola. Para Falk, este tipo de comunicación aporta claridad y sustancia sin necesidad de adornos, lo que fortalece su credibilidad ante el equipo.
4. “Prefiero parar aquí antes que hacer suposiciones. Profundicemos”
En culturas laborales donde se valora la rapidez, esta frase puede parecer una pausa innecesaria. Sin embargo, Falk advierte que frenar para pensar con más profundidad evita errores costosos. Los líderes introvertidos no tienen prisa por llegar a una conclusión; priorizan la precisión sobre la inmediatez. Esta forma de proceder ayuda a los equipos a tomar decisiones mejor fundamentadas y con menor margen de arrepentimiento.
5. “Parece que te preocupa más el momento oportuno que la idea en sí. ¿Estás de acuerdo?”
Una de las habilidades más valiosas de los líderes introvertidos es su capacidad para captar lo que no se dice abiertamente. Esta frase muestra cómo saben identificar tensiones o dudas no expresadas y darles voz, creando un espacio más seguro para la conversación honesta. Para Falk, esto es clave para resolver conflictos latentes y avanzar de forma más cohesionada.
Estas cinco expresiones no son fórmulas mágicas, sino reflejo de una forma de pensar y comunicarse con intención. En un entorno profesional cada vez más complejo, Falk sostiene que adoptar elementos del estilo introvertido -como la escucha activa, la claridad al hablar y la disposición al diálogo- puede mejorar significativamente la calidad del liderazgo. “Ser introvertido no significa hablar menos, sino hablar con intención”, concluye Falk.
Para quienes deseen adoptar este estilo más introspectivo, Falk recomienda estructurar previamente el pensamiento antes de reuniones importantes, eliminar las generalizaciones vagas y hablar con un propósito claro. Utilizar herramientas simples, como escribir en papel lo que se sabe, lo que se cree y lo que no se conoce, puede ayudar a afinar el mensaje.