Un estudio reciente advierte sobre una preocupante combinación de factores que afecta el bienestar y el rendimiento de los trabajadores. Así lo revela el Informe sobre el estado de la fuerza laboral 2025, elaborado por meQuilibrium, una plataforma especializada en resiliencia en el trabajo.

¿Qué es la triple amenaza?

El informe, basado en una encuesta a 5.477 empleados de diversos sectores, describe lo que denomina una “triple amenaza” que se traduce en menores niveles de productividad, mayor riesgo de agotamiento y una salud mental más frágil. Brad Smith, director científico de meQuilibrium, explicó que el pesimismo en el trabajo "no es solo una actitud negativa, sino un factor que puede reducir la productividad en más de un 60 % y aumentar el riesgo de depresión en un 128 %”.

El estrés afecta el rendimiento

El panorama que dibujan los datos no es alentador. Un 67 % de los encuestados declara sentirse peor al pensar en la situación del país, un 49 % respecto a sus finanzas y un 35 % sobre su situación laboral. Además, la incertidumbre agrava este estado emocional: quienes sufren altos niveles de estrés por no saber qué esperar tienden a rendir hasta un 50 % menos.

La pérdida de conexión en los equipos

Otro aspecto relevante es la desconexión emocional, que incluye la pérdida de confianza en los líderes y la falta de vínculos dentro del equipo. Más de la mitad de los trabajadores presenta al menos un síntoma de este tipo de desvinculación, cifra que se eleva al 62 % entre los jóvenes de entre 18 y 29 años.

La generación más afectada

La Generación Z, de hecho, se perfila como la más afectada. Un 71 % expresa una visión negativa del país, un 62 % se muestra insatisfecho con sus finanzas y un 48 % tiene una percepción pesimista sobre su futuro laboral. Sin embargo, este grupo también manifiesta mayor esperanza en lo que vendrá, en comparación con otros tramos de edad.

Vías de prevención

Frente a este escenario, el informe propone dos vías para revertir la tendencia: fomentar un liderazgo empático —que puede reducir significativamente tanto el estrés como la desconexión— y fortalecer la resiliencia individual, especialmente a través del control emocional y el optimismo realista.

El estudio concluye que, en tiempos de incertidumbre creciente, cuidar el bienestar emocional de los equipos no es solo una cuestión de salud mental, sino una estrategia clave para sostener la productividad y el compromiso dentro de las organizaciones.

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