Al cuore non si comanda. Casi nunca. Como asesor político suelo pedir a mis clientes un esfuerzo: Corazón y cerebro deben caminar juntos, pero no abrazados. Tamara Falcó ha dado una lección de dignidad y un "canutazo" que ya lo querrían para sí algunas ministras. Su entereza tras la ruptura, su buen humor pese a la decepción, la han convertido en un mágico y breve icono pop. Aunque el cipotudismo ya ha salido a defender a Iñigo Onieva, la verdadera protagonista es Tamara, con anillo de compromiso incluido, que ante los micrófonos apabulló a toda España con su sinceridad y arrojo.

Creo que no hay nada más elegante que la naturalidad. Se lo he dicho a muchos de los políticos a los que he acompañado en sus carreras. Piensan que los asesores somos tramoyistas, que tenemos baúles llenos de disfraces y un teatro ambulante donde subirse cada tarde. Todo es más sencillo que eso. A veces basta con salir y decir lo que se te pasa por la cabeza. La gente está aburrida de corsés. De discursos preparados, pretendidamente emocionales, de juegos de palabras, de ambiciosos relatos. Tamara dijo lo que se le pasó por la cabeza, y fue suficiente.

Tamara dijo lo que tenía que decir

Pensarán los que me leen que política y salseo poco tienen que ver. Pero se equivocan. De lo privado hay en lo público tanto como de lo público hay en lo privado. La gestión de las emociones va del Sálvame al Congreso sin despeinarse. La ira, la venganza y el cinismo. El amor, la pasión y la lealtad. Por eso cuando escuché a Tamara pensé en lo mío, en la de veces que un mal total había arruinado una buena historia. La de veces que un orador timorato había echado por tierra una medida digna de aplausos.

Tamara dijo lo que tenía que decir. En su dolor manda ella. Y no salió en chándal al rellano, sino de fiesta, bien arreglada, a decir que no tolera la mentira. Que el amor no es una esclavitud. Que no será fácil salir de esta, pero que saldrá. Que nadie se muere de desamor. Y lo dijo todo con tanto aplomo, con tanto desafío, con tanta generosidad, que pienso aprovechar ese vídeo para mis formaciones. Que los políticos que vean que hay un camino hacia el corazón de los demás y, que ese camino, que muchas veces presupones tenebroso y laberíntico, a veces es una pequeña senda clara y cercana.