El cambio climático ha llegado hace tiempo y ha llegado para quedarse. Los científicos y todas las organizaciones internacionales coinciden en los efectos perversos de la acción del hombre sobre el Planeta Tierra que está provocando una fase de calentamiento acelerado, que se refleja en una subida de las temperaturas medias mundiales, en largos periodos de sequía, que en muchos territorios avanzan hacia la desertización, en el deshielo de los glaciares, en fenómenos climatológicos adversos y demoledores como las lluvias torrenciales o en la voracidad de lo que se ha dado en denominar incendios forestales de “nueva generación” que arrasan con bosques y masas forestales en todo el planeta.

Permítanme incidir en esta reflexión a pocos días de que el próximo 22 de Abril se conmemore la fecha del Día Internacional de la Madre Tierra en el que la ONU advierte: “El cambio climático, los cambios provocados por el hombre en la naturaleza, así como los crímenes que perturban la biodiversidad, como son la deforestación, el cambio de uso del suelo, la producción agrícola y ganadera intensiva o el creciente comercio ilegal de vida silvestre, pueden aumentar el contacto y la transmisión de enfermedades infecciosas de animales a humanos (enfermedades zoonóticas)”.

Quiero destacar también como una de las causas principales, en la que existe amplio consenso en la comunidad científica, el aumento de los gases de efecto invernadero consecuencia del uso de energía procedente de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas. Por ello, abordar medidas urgentes contra el cambio climático, medidas drásticas y excepcionales, tanto el ámbito territorial de nuestro país como en contexto internacional mundial, para salvar el planeta tierra, es mucho más que urgente.

El PSOE y el Gobierno de España, que preside Pedro Sánchez, se han tomado muy en serio todo lo relacionado con el cambio climático y la transición energética, es decir, la utilización de las denominadas energías limpias y renovables. Para el PSOE abordar el cambio climático es un desafío que se plasma en las resoluciones del 40º Congreso Federal celebrado en octubre de 2021 que señala los objetivos del Acuerdo de París como referencia: mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo del 1,5°C y en el peor de los casos, no sobrepasar los 2°C sobre los niveles preindustriales, punto de no retorno para nuestro planeta, tal y como advierten los científicos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) con la ambición de reducirlo a 1,5°C.

Para ello, añaden las resoluciones del 40º Congreso Federal socialista, los países deberán desarrollar sus propios planes nacionales, coordinados en la Unión Europea a nivel comunitario, y España, a través del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (2021-30) y la Ley del Clima, se ha dotado de los instrumentos necesarios para alcanzar los objetivos y contribuir a que la Unión Europea sea climáticamente neutra en 2050.

El PSOE y el Gobierno de nuestro país también han apostado nítidamente por aprovechar los recursos disponibles en España para producir energía verde mediante el desarrollo de las energías renovables y la tecnología que este desarrollo conlleva. Por supuesto, preservando y compensando el impacto de la industria relacionada con las energías renovables en el equilibrio productivo y ecológico en general y, especialmente en del entorno rural, de forma que no afecte al correcto desarrollo, en términos socioeconómicos, de la sociedad española.

Estas son solo algunas medidas del Gobierno socialista de España, un Gobierno concienciado, comprometido e implicado en la urgencia de adoptar medidas reales para frenar el cambio climático. Porque nos estamos jugando el futuro de nuestros hijos, nos estamos jugando la supervivencia del planeta tierra, nuestra propia existencia humana.

Frente a la comunidad científica internacional, a la Unión Europea o a gobiernos como el de España están los llamados negacionista del cambio climático. En la esfera mundial “liderados” por dos lumbreras como son Trump y Bolsonaro, cuyo cínico y único objetivo es la sobreexplotación de los recursos naturales de la Tierra y el beneficio económico, aunque el precio sea la destrucción medioambiental del planeta. No tan lejos, aquí en España, tenemos a los mismos lumbreras de la derecha extrema del PP y extrema derecha de Vox que niegan el cambio climático a pesar de lo evidente.

Ahí está el último ejemplo del presidente del PP en Andalucía, entregado a la ultraderecha de Vox legalizando las explotaciones agrícolas ilegales del entorno del Parque Nacional de Doñana, afectado por uno de los periodos históricos más prolongados de sequía que tiene agotados los acuíferos. La medida del PP y Vox en Andalucía cuenta, no solo con el rechazo de la comunidad científica internacional, de organizaciones ecologistas y del Gobierno de España.

La Unión Europea ha lanzado una seria advertencia sobre la agresión que supone la medida del PP y Vox para la supervivencia del Doñana advirtiendo de duras multas económicas y sanciones si esta perversidad se consuma, simplemente, por los intereses electoralistas de Moreno Bonilla y Vox en la provincia de Huelva, intentándose aprovechar de las situaciones de necesidad y desesperación de muchas familias.

Y más cerca todavía, aquí en Castilla y León, en Zamora, el pasado verano ya sufrimos los gravísimos incendios que devastaron la Sierra de la Culebra consecuencia de la negligencia e incompetencia del Gobierno del PP y Vox que, a pesar de las advertencias de altas temperaturas, no hicieron caso a las recomendaciones de activar el operativo contra incendios, lo que supuso más de 60.000 hectáreas arrasadas y cuatro fallecidos.

Al vicepresidente de la Junta de Vox, el señor Gallardo, no se le ha ocurrido otra cosa mejor que organizar un concierto, primero benéfico, luego solidario, luego gratuito y luego nada, para presuntamente ayudar a las comarcas de Tábara, Aliste, Alba, Carballeda y Valle de Tera, afectadas por el fuego. Ni los vecinos de los pueblos ni los grupos musicales a los que habían incluido en cartel han querido participar en lo que se ha denominado un concierto infame, una burla o una provocación de Mañueco y Gallardo.

El lumbreras vicepresidente de Vox Gallardo ha culminado su semana de despropósitos en un foro donde participaban adolescentes pidiendo a los jóvenes meditar sobre si la Segunda República era un “régimen democrático” o si el CO2 “contamina”. Todo ello, por supuesto, con el silencio cómplice de Feijóo, como siempre escondido, como siempre mirando cobardemente para otro lado y como siempre dirigiendo su ira hacia Pedro Sánchez para desviar la atención sobre su incapacidad y su falta de liderazgo en el PP.

Estas son las diferencias entre los que nos tomamos en serio el cambio climático y luchamos contra sus efectos y quienes bajo una perspectiva cínica y negacionista se burlan de los ciudadanos y ponen en riesgo la supervivencia de nuestro planeta, la Madre Tierra.

 

Antidio Fagúndez

Diputado del PSOE por Zamora