La idea de que los jóvenes traen la modernidad no es cierta en todos los ámbitos y, desde luego, es completamente errónea cuando se aplica a los partidos de derechas. Que un joven se sienta atraído por las ideas de un partido conservador, es una clara señal de que su cerebro no responde a los estímulos propios de su edad. En realidad, los jóvenes conservadores suelen serlo mucho más que sus mayores. Por eso, cuando se presenta a Pablo Casado como el candidato anti aparato del partido, lo que se quiere decir es que es de otro aparato anterior.

De la misma manera que la mayoría de los progresistas con los años se tornan más moderados en sus planteamientos, también lo hacen los conservadores (salvo los más integristas). Por eso, en las primarias a secretario general del Partido Popular el más revolucionario (permítanme esta hipérbole literaria) era, a sus 73 años, García Margallo y el más carca, con cuarenta añitos menos que el ex ministro de exteriores, Pablo Casado

Si será retrógrado Casado, que ha recibido el apoyo de, ni más ni menos, que el mismísimo José María Aznar, el adalid de los reaccionarios. Según aseguran la mayoría de los medios que se han dedicado estos días a hacer la colonoscopia al PP, Casado es visto por muchos de los poquísimos reales afiliados al partido, como el yerno ideal. El que acompaña a los suegros a misa los domingos, el que va siempre vestido de una manera impoluta, el que regala flores a la suegra y ve los partidos del Real Madrid con el suegro y el que, con el tiempo, llega un día lloroso a casa de sus padres políticos en busca de consuelo porque su esposa lo ha dejado con una nota que simplemente dice: ¡Me aburro! 

Que Pablo Casado sea, a día de hoy, el candidato con más posibilidades de convertirse en el principal mandatario del PP, dice también mucho de los militantes del partido. Para no alargarme mucho, lo resumiré con una sola frase: A la mayoría de los votantes del PP se la trae al fresco la corrupción. Porque obtener un máster sin haber ido ni tan siquiera a clase, es, diga lo que diga el mozalbete, corrupción. Puede parecer poca cosa comparada con los millones de euros que se han llevado a sus cuentas suizas otros compañeros más veteranos, pero si Pablo no lo ha hecho quizá sea porque aún no ha tenido oportunidad. Veremos si se la dan en el próximo congreso del partido.