Tenía en mente abordar en profundidad algunas cuestiones relacionadas con la parodia de la moción de censura presentada por Vox que se va a debatir los próximos días 21 y 22 de marzo, moción que el Gobierno de España afronta con la seriedad y el rigor que merece una cuestión de este tipo, rigor y seriedad que nunca han estado en la agenda política de la extrema derecha, haciendo uso de este instrumento constitucional para impulsar su estrategia del ruido en las instituciones.

Si no escribo esto que voy a decir, más allá del valor que concedemos a quien no lo merece, no sería un buen socialista. El valor de esta moción de censura es el mismo que la anterior que presentó el mismo partido, Vox, los representantes de la extrema derecha. Los representantes del franquismo. Los representantes de los golpistas, de la dictadura fascista. Los representantes de quienes fusilaron, represaliaron, asesinaron, persiguieron y mataron a miles de personas cuyo único “delito” fue defender la libertad.

Por lo tanto, desde la legitimidad constitucional de la moción de censura, creo que no merece mayor comentario el espectáculo circense de la extrema derecha, más allá de su afán de desgastar al Gobierno y desestabilizar los pilares de la Democracia, algo que llevan haciendo a lo largo de la historia de España, se llamaran Falange, se llamaran Fuerza Nueva, se llamaran Vox o se llamen en otras muchas ocasiones Partido Popular.

Inevitable no hacer una referencia al “papelón” del PP y Feijóo queriendo ponerse de perfil en este asunto, pero al mismo tiempo siendo cómplices y compartiendo, aunque no lo digan, el objetivo de la moción que es hacer ruido y dañar al Gobierno.

Llama la atención el cambio de postura del PP con respecto a la anterior moción de censura presentada por Vox, lo que supone en la práctica un nuevo acercamiento a la ultraderecha al decidir abstenerse. Feijóo no tiene dudas de con quién quiere y necesita sumar para gobernar. En realidad creo que hay temas importantes, mucho más importantes. Asuntos que interesan y afectan de manera directa a las personas, en los que trabaja el Gobierno de España,  a los que dedica su tiempo y energía.

Y en una ocasión más, prefiero hablar de lo positivo. De las medidas para apoyar a la gente, del incremento del Salario Mínimo Interprofesional, de la subida de las pensiones, del Ingreso Mínimo Vital o de la política de becas. Por ejemplo, tras el incremento en un 8,5% en 2023, el Gobierno ya ha presentado su  propuesta para blindar las pensiones.

El Gobierno presidido por Pedro Sánchez ha planteado una reforma progresista de las pensiones con el beneplácito de Europa. Una reforma enmarcada en un contexto de diálogo y paz social. Y es necesario poner en valor esta cuestión, que marca la diferencia de lo que sucedió con la reforma de las pensiones del PP hace una década, con las calles llenas de protestas por una reforma unilateral y perjudicial para los pensionistas y trabajadores.

La reforma del Gobierno garantiza la sostenibilidad de las pensiones para las próximas décadas y blinda su revalorización año a año conforme al IPC, dejando atrás el modelo del 0,25 del PP. Aumentan las cotizaciones de quienes más ganan y se incluye también una cuota de solidaridad para los salarios muy elevados.

Como siempre el PP se ha manifestado en contra de una medida que beneficia a los más de nueve millones de pensionistas que hay en España. La derecha política y la derecha económica vuelven a sumar sus esfuerzos en contra de medidas que afectan de manera positiva al conjunto de los ciudadanos.

Quizás porque ni Feijóo ni Garamendi conocen las dificultades de las familias y las personas, que representan el 98% de la población de España, y ellos viven y trabajan para beneficiar a ese 2% de la élite que está en los consejos de administración de las grandes empresas, en las energéticas o en los bancos.

El Gobierno de España presidido por el Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, el Gobierno de la gente, garantiza un sistema público de pensiones para que nuestras personas mayores tengan una vejez tranquila tras levantar este país y construir la democracia. Y mientras tanto, Feijóo, Abascal y compañía siguen entretenidos con su no moción de censura, con el ruido, con la desestabilización de España y con dañar al Gobierno.

 

Antidio Fagúndez

Diputado del PSOE por Zamora