Esta semana hemos presenciado lo ocurrido con la candidatura de Miquel Iceta como Senador (por cuota parlamentaria): un planchazo previsible del que además cabría pensar que pudiera haber sido "preparado" para escenificar un distanciamiento (presuntamente pactado) entre el PSOE y un sector del independentismo (ERC). A ambos les interesa en estos momentos marcar las distancias cuando muchos ya sospechan que se han producido pactos que no se atreven a desvelar.

Podría ser una opción: simular un enfado, un distanciamiento hasta que pasen las elecciones. Y como el "simpático bailongo" de Iceta está dispuesto a todo lo que venga con sillón incorporado, era evidente que aceptaría encantado la oferta para ocupar la presidencia del Senado. Incluso sabiendo que no la tendría... Las estrategias del "politiqueo" pueden resultar incomprensibles a veces. Para poder entenderlas es necesario tomar cierta perspectiva e ir apuntando.

Todos hemos visto este capítulo de telenovela de serie B en el que, mientras el Psoe lloraba con lágrimas de cocodrilo el batacazo de Iceta, presentaba a Manuel Cruz como el Presidente seguro de la cámara territorial.

Al tiempo que Iceta corría a tirar de las faldas del Tribunal ConstitucionalPedro Sanchez ya estaba acomodando la silla para el siguiente.

La estrategia estaba clara: culpar a los indepes de ser traidores, desleales, rupturistas por romper con lo que llaman "cortesía parlamentaria". Cuando lo cierto es que lo traidor, deshonesto y anti democrático es organizar teatrillos absurdos para engañar a todo el mundo (o al menos pretenderlo).

Resulta difícil creer que Sánchez anuncie que Iceta será presidente del Senado sin haber negociado previamente. No hay quien se lo crea.

Si tuviéramos que creer que el Psoe es capaz de vender la piel del oso antes de cazarlo y sin haber negociado nada, ¿tampoco dudó por un momento que pudieran votarle en contra?

Después de la experiencia con los presupuestos ¿no es llamativo que Sanchez no haya comprendido nada? Difícil de creer.

Estoy convencida de que todo esto es puro "paripé": tengo claro que no son tan ignorantes.

La pregunta que cabría hacerse ahora es ¿con qué derecho se creen para tratarnos como estúpidos?

Aparecer con el recurso al Tribunal Constitucional es la guinda del pastel. Hablar de "cortesía parlamentaria" es el colmo de la vergüenza democrática. No existe ningún derecho fundamental para ser senador cuando no te votan con apoyo suficiente. Estamos viendo cómo en España hay serios problemas para asumir lo que expresan los votos: mientras Llarena suspende a diputados electos de manera absolutamente inaceptable en base a criterios democráticos; la Junta electoral central intenta bloquear a candidatos saltándose la ley; ahora viene el turno de llorarle al tribunal porque no votan lo que tú quieres. Demencial.

¿Cómo es posible que alguien pueda dar por hecho que una votación saldrá de una determinada manera y pretender impugnar el resultado porque no es lo que se quiere, alegando que han dejado de seguir pautas de cortesía?

Hablemos claro: la cortesía parlamentaria es un concepto que hace referencia a los comportamientos del vasallaje, de los oficiales que hacían méritos para doblarse ante los reyes en tiempos que deberían quedar muy lejanos del Siglo XXI. Sin embargo, en el Reino de España sigue habiendo reyes y, evidentemente, hay actitudes de vasallaje, de la "nobleza" que se comporta con "cortesía". Los barones del Psoe son la prueba de ello. Lo triste es que pretenden trasladar a las instituciones su vasallaje de partido: y esto es inadmisible. 

Cuando se habla de democracia no cabe la cortesía. Es una estupidez mezclar estos conceptos si de verdad queremos no engañar a nadie. En democracia se vota, se asumen los resultados y se pone en marcha un sistema que garantice el respeto a la voluntad expresada de manera libre.

Votar en contra de la candidatura de Iceta es un ejercicio de "libertad". Libertad, sin olvidar a los que no pueden votar a pesar de haber sido elegidos (Sanchez, Rull, Turull, Forn, Puigdemont, Comin).

Hablar de cortesía parlamentaria en estas circunstancias es tan brutal, que causa estupefacción.

¿Habla de cortesía el Señor Iceta que no tuvo ni siquiera la decencia de mirar a la cara a los familiares de los presos y exiliados cuando estuvieron en el Parlament de Cataluña llegando a darles la espalda?

¿Habla de ruptura de diálogo el PSOE cuando estando en el Gobierno no ha movido un solo dedo para frenar el disparate de la brutal represión?

La presidencia de la mesa del Congreso y la del Senado para dos catalanes es evidentemente un gesto por parte del Psoe. No cabe duda. Sin embargo no basta con haber elegido a dos federalistas (que son mejor opción que los perfiles de los barones); habría que empezar a hablar claro sobre los grandes errores del Psoe en este asunto. La autocrítica es el primer paso para dar los pasos que se supone que los socialistas quieren dar.

En definitiva, se trata de hacer política con menos postureo, menos "conejos en la chistera", menos cortesía y más cultura democrática.