De Rosa es otro juez más en la órbita del PP, fruto de la cosecha  Trillo, quien ahora, por cierto, descansa plácidamente de sus diversas heridas de guerra en Londres, en la Embajada española, donde estuvo como embajador también, en los últimos tiempos de la dictadura, Manuel Fraga Iribarne, con paraguas y bombín.

Director y conseller en el Gobierno valenciano
De Rosa formó parte del Gobierno valenciano  como director de la Secretaría Autonómica de Justicia, tarea que desarrolló desde 2003 a 2007. El acceso a la judicatura se produjo el año 1984. Su estapa de preparación profesional le permitió conocer de cerca al ultra conservador Juan Luis de la Rúa, quien presidió posteriormente el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana. Ambos se hicieron íntimos.

“Te quiero un huevo”
De la Rúa, desde la presidencia del citado Tribunal Superior, hizo cuanto pudo para defender a su “más que amigo” Francisco Camps, presidente de la Generalitat. Los amigos de Camps eran sobre todo “muy” amigos. El llamado Bigotes y jefe del clan Gürtel en la región valenciana era, conviene recordarlo literalmente, “amigo del alma de Camps, te quiero un huevo”.

Carlos Fabra
En 2007, De Rosa fue nombrado conseller de Justicia del Gobierno Camps. ¿Cuántas iniciativas puso en marcha De Rosa para conseguir que Carlos Fabra, el cacique de Castellón y presunto delincuente, no se escabullera de la Justicia, como venía haciendo? No hubo una iniciativa en ese sentido, que se sepa.

De oca a oca
Ejemplar comportamiento del conseller de Justicia valenciano. Su consellería fue una plataforma además para saltar de inmediato de un cargo político y, por tanto partidista, a la Vicepresidencia del CGPJ. Lo que así ocurrió con exquisita precisión. O sea, que de oca a oca y tiro porque me toca.

Contra Garzón
Poco después de ser vicepresidente del CGPJ, y en plena coyuntura gürtel, De Rosa cargó, sin complejos, contra Baltasar Garzón. Lo hizo en Onda Cero, entrevistado por Carlos Herrera, y  más tarde lo hizo en el Canal 9, la televisión autonómica valenciana, amordazada hasta extremos delirantes. Acusó a Garzón de  prevaricación y exigió que debería “automáticamente” ser apartado de su Juzgado en la Audiencia Nacional. ¿Cuál era el pecado de Garzón? Cumplir con su deber de juez e investigar a fondo a la trama Gürtel.

La derecha extrema
En esta situación, perdió Garzón y fue, en efecto, expulsado por el Tribunal Supremo incluso de su carrera de juez, merced a los tejemanejes del PP, el sindicato manos limpias y, para mayor INRI, Falange española. Es decir, la derecha extrema venció por goleada y empezó a desacelerarse la investigación judicial de la Gürtel. Y así estamos, cubiertos de derrotas.

Con la cruz a cuestas
Pues en todo caso ahí lo tenemos ya. Fernando de Rosa, presidente del CGPJ y la justicia, mientras tanto, como Cristo antes de subir al Gólgota con la cruz a cuestas: de Herodes a Pilatos. Lo dijo precisamente Trillo: ¡Manda huevos!

Enric Sopena es ditrector de ELPLURAL.COM