Pablo Iglesias se quejaba en un mensaje público en sus redes sociales sobre el uso que están haciendo desde el PSOE del calendario.

Concretamente, señala que Sánchez no ha contactado a la formación morada durante todo el mes de agosto y no tiene previsto hacerlo hasta el 10 de septiembre. Y se pregunta, si la investidura solamente puede ser entre el 17 y el 20 de septiembre, las dos opciones posibles: o bien Sánchez quiere elecciones y no busca acuerdos, o pretende negociarlo todo en el último minuto. Ante cualquiera de las dos alternativas, Iglesias se pregunta si la actitud de Sánchez es responsable. Además, adjunta un calendario que muestra las fechas más señaladas durante el mes que comienza la próxima semana.

El 2 de septiembre tendrá lugar la reunión de la Ejecutiva del PSOE.

El 3 de septiembre el PSOE presentará su documento programático, que viene a ser la actualización del documento "Avanza España" que ya presentó en julio y que tiene ahora las aportaciones tras las reuniones que han tenido desde el equipo de Sánchez con distintas organizaciones y colectivos de acción social.

El 4 de septiembre están previstas las reuniones del PSOE con el PNV y el PRC.

El 9 y 10 de septiembre están señaladas las previsiones de reuniones del PSOE con PP, CS y UP.

El 11 de septiembre es la Diada en Cataluña.

El 12 y 13 la previsión de la ronda de consultas del rey.

El 17, 18, 19 y 20 de septiembre están marcados como los días más probables para una hipotética investidura.

El 23 es la fecha límite para que el rey disuelva las Cortes y se convoquen elecciones.

Y de ahí, saltamos al mes de noviembre, donde la primera semana, del 1 al 8 tendría lugar la campaña electoral, y explica la imagen que comparte Iglesias, que aunque la ley establece dos semanas para realizarla, en el caso de repetir elecciones, los partidos llegaron al acuerdo de reducirla a una sola.

Llegaríamos así al 10 de noviembre, fecha de la celebración de las elecciones en caso de ser convocadas.

Pues bien: esta "calma chicha", esta aparente inacción por parte de Sánchez resulta inquietante. No se entiende. Y es lógico que Pablo se haga preguntas. Nos las hacemos todos. ¿Qué ocurre para que el PSOE esté haciéndolo todo a cámara lenta, para que estén sacando excusas –casi todas inverosímiles- para no pactar con Podemos? Da la sensación de que están esperando a que "algo" suceda, a que se produzca algún "suceso" que provoque movimientos en la esfera política que hagan claras las alianzas y los bloques. Algo que todavía no ha sucedido, pero que tendría que suceder de aquí a noviembre.

Mientras tanto, el líder de los naranjas anda desaparecido en combate. Como si también estuviera esperando a que suceda "algo" que le haga aparecer.

¿No tiene usted esa sensación? ¿No parece que es como si estuvieran esperando que pasase algo que les fuerce a tomar decisiones y a posicionarse respecto a ello? Eso explicaría la aparente inactividad y el desasosiego de Podemos, que parece ser el único que se toma un poco en serio esto de la investidura. Y digo "un poco" porque bien podrían darle el sí a Sánchez, y dejarle entrar ya en acción. O al menos, dejarle en evidencia. Porque me temo que la hoja de ruta que hay marcada espera el momento decisivo que vendrá de la mano del Tribunal Supremo.

Sí, efectivamente: el detonante que desencadenará alianzas, bloques y formaciones será la sentencia a los catalanes independentistas. En base a lo que dictamine la Sala Segunda del Tribunal Supremo vendrán las reacciones en Cataluña, y a su vez, éstas conllevarán un aluvión de respuestas desde Madrid. Es una cadena de acontecimientos que se activará en cuanto la sentencia vea la luz.

Todo apunta a que la sentencia será condenatoria. Se esperan condenas de prisión de entre 8 y 10 años para los que actualmente se encuentran en prisión. Los exiliados están ya preparando acciones conjuntas para sumar fuerzas, e incluso plantean algunos que una opción sería convocar elecciones en Cataluña tras la sentencia para así poder formar un gobierno de concentración independentista. Algo parecido a lo que hay ahora pero con una mayoría más fuerte. Sin embargo esta opción tiene demasiados riesgos, en mi opinión. Aunque este no es ahora el asunto que quería abordar con el artículo.

En definitiva: esta calma chicha en realidad está esperando a que llegue "el momentum". El día D. La hora H. Esa tos que activaba todo el tinglado del doctor Andreu para que la bolita fuera cayendo por todos los laberintos hasta que la pastilla se ponía en su boca. ¿Lo recuerda? Pues algo parecido, aunque intuyo que con menos éxito por parte del Gobierno de España.